La economía española necesita un gobierno estable

La economía española necesita un gobierno estable

Manjagui via Getty Images

La economía española, una economía que  según algunos analistas hasta ahora se mostraba inasequible a la desaceleración que experimentaba la economía mundial ya comienza a mostrar signos de debilitamiento más pronunciados. Las tensiones políticas que se suceden diariamente en el juego de pactos, así como la incapacidad de formar gobierno, agrava la situación.

Y es que, aunque lo hayamos repetido en numerosas ocasiones, si hay algo que penaliza gravemente a la economía es la incertidumbre. La economía no es algo que fluya solo, o mejor dicho, la economía no es algo que vaya a funcionar de forma correcta si las decisiones que se toman a nivel político no son las correctas. La economía española precisa de un proyecto económico que, ante el escenario actual, tardará en desarrollarse.

Como hemos dicho, la economía muestra una ralentización a nivel global. Los principales organismos económicos, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, ya han alertado de la situación y el grave peligro que corre la economía a nivel global. Pese al dinamismo logrado en el cuarto trimestre del año pasado, los registros que dejan ahora los países muestran una severa moderación.

Las economías comienzan a debilitarse, los organismos que, a priori, mostraban unas proyecciones muy optimistas acerca del futuro económico, ya han comenzado, y comenzaron hace meses, a realizar reajustes en las previsiones de crecimiento, reajustes a la baja que mostraban un fuerte frenazo en los crecimientos de las economías occidentales desarrolladas.

Muchos países, como Estados Unidos o China, tenían en cuenta una mayor desaceleración de la economía, pero los registros que han dejado en el primer trimestre del año, así como las políticas adoptadas, por ejemplo, en China, han surtido el efecto deseado, espoleando los crecimientos pronosticados y suavizando la desaceleración que se esperaba.

España o Italia son dos territorios que podrían correr serios riesgos de darse una crisis económica.

Sin embargo, en el caso de Europa, la economía muestra una mayor ralentización de lo esperado. En Europa, a diferencia de Asia o Estados Unidos, la desaceleración se está dando de forma más intensa. La locomotora económica europea, Alemania, muestra unas magnitudes en la industria que reflejan la paralización que está sufriendo la economía. Un aspecto a tener en cuenta, ya que hay países dentro de la propia Unión que cosechan unos crecimientos difícilmente sostenibles.

España o Italia son dos territorios que podrían correr serios riesgos de darse una crisis económica, un shock en la economía. El nivel de deuda que contraen ambos países y el nivel de apalancamiento de ambos son muy elevados, lo que podría generarles muchas dificultades en el caso de que la economía continúe decreciendo. Además de la vulnerabilidad que esto conlleva, podría provocarles serias dificultades en el caso de precisar una refinanciación de las economías.

Italia, hace unos meses, ya tuvo dificultades y pasó el susto cuando su economía entraba en recesión técnica tras cosechar varios trimestres en los que el PIB sufrió contracciones. En España, por suerte, aún no se ha dado la misma situación. Sin embargo, sí hay indicadores industriales que muestran un agravamiento de la situación económica y que, en muchos momentos de la historia, han predicho una severa crisis económica.

Como dicen algunos economistas, los tambores de crisis se escuchan en el horizonte y, aunque muchos esperan que así sea para confirmar sus teorías, para el país es lo peor que podría pasar, pues seguimos saliendo de los escollos de la anterior depresión económica. La alerta roja sobre la industria española hace saltar las alarmas para los analistas, que ya se están pronunciando para informar sobre la situación.

Esta vez, las malas noticias vienen por el lado del consumo eléctrico, donde los datos arrojan una muy pronunciada caída del consumo, y que ya cosecha su quinto mes consecutivo en caída libre. Algo que no ocurría desde 2012 y que presenta el mayor hundimiento en el indicador de los últimos siete años, cuando el país atravesaba uno de los peores momentos de la anterior crisis económica.

Esto es bastante preocupante, pues como digo, lo que refleja este indicador es que el consumo eléctrico en la industria española está hundiéndose por completo, lo que refleja que la industria cada día está produciendo menos en España. Una industria que soporta un gran porcentaje del PIB y el empleo en el país. Por poner un ejemplo, solo el sector del automóvil soporta el 12% del PIB en España.

De no ser así, seguiremos navegando hacia el estallido económico, hacia una severa crisis que, sin lugar a dudas, acabará con el bienestar del que hoy gozan los ciudadanos españoles.

He puesto este ejemplo dado que el consumo eléctrico en el sector ha sido de los más agravados. El consumo en el sector del automóvil está en mínimos, lo que muestra una severa ralentización en la producción, y por ende, en el sector. Estamos hablando, y cabe recalcar, el gran peso que tiene el sector del automóvil en la economía española y las serias repercusiones que tendría una fuerte moderación de la industria.

Como vemos, en resumen, estamos ante una situación que, aunque se dé de forma gradual, debilita la ecoomía. España necesita cuanto antes un proyecto político que, a su vez, genere ese proyecto económico que precisa el país. Estamos atravesando una situación en la que se debe actuar y la ingobernabilidad  actual sigue provocando que los políticos tengan que mostrarse impasibles ante cualquier suceso económico.

España necesita que el Gobierno tome las riendas de un proyecto con serios problemas estructurales, dotando nuevamente de recursos a una economía debilitada y con crecimientos muy frágiles. De no ser así, seguiremos navegando hacia el estallido económico, hacia una severa crisis que, sin lugar a dudas, acabará con el bienestar del que hoy gozan los ciudadanos españoles. Es hora de actuar y no de esperar.

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