La historia del albañil de Navarra que casi arruina al banco más importante del mundo

La historia del albañil de Navarra que casi arruina al banco más importante del mundo

Esta suerte de 'Robin Hood' español puso contra las cuerdas al First National City Bank, que acabó retirando los cargos a cambio de que terminase con las estafas millonarias. Eran "expropiaciones", según él.

Un hombre camina frente a una sucursal de Citybank, en una imagen de archivo.ANOEK DE GROOT/AFP via Getty Images

Su nombre es Lucio Urtubia. Puede que no suene, pero este albañil navarro ha pasado a la historia por haber estafado cerca de 20 millones de dólares a uno de los bancos más importantes del mundo con estafas millonarias. Él prefería llamarlas “expropiaciones”. Un término más apropiado para una suerte de ‘Robin Hood’ español que decía que sus robos estaban motivados por la causa antifranquista y que aseguraba que sus botines eran repartidos entre las causas con las que simpatizaban él y sus compañeros en todo el mundo.

Este albañil de Navarra falleció en 2020, pero su historia ha sido recuperada por El Economista en un reportaje en el que repasan cómo a finales de la década de los 70 y comienzos de los 80 logró perpetuar semejante estafa al First National City Bank of New York, hoy en día Citibank. Para hacerse una idea de la magnitud de la operación, esa cuantía era el equivalente de los beneficios anuales de la entidad en un año, por aquel entonces.

Urtubia comenzó su carrera delictiva en la España de la posguerra, cuando imperaba el hambre. En la década de los 40 comenzó con hurtos pequeños y se metió en el contrabando en la frontera francesa, dos clásicos de la época. Una vez exiliado, el navarro dio un paso más y empezó con atracos a mano armada en bancos y algunos secuestros.

Con este currículum criminal, pasó de John Dillinger a Frank Abagnale. Lucio dejó a un lado los crímenes con violencia para entrar en un mundo exponencialmente más lucrativo: falsificaciones de nóminas, monedas y todo tipo de cheques.

  Una mujer utilizando un cajero del First National City Bank, en Nueva York.Bettmann Archive via Getty Images

¿Cómo roba 20 millones un albañil a Citibank?

El método usado por Lucio Urtubia para estafar a esta entidad financiera consistió en el cobro masivo de cheques de viaje falsificados. A grandes rasgos, el sistema funcionaba usando los conocidos como travelers checks. Se trata de unos talones con importes prefijados, que se pueden comprar en la sucursal de un banco y después ser cobrados en otra de cualquier parte del mundo en la que esté presente la entidad. También en la que cuente con una oficina asociada.

El método era simple, pero efectivo. Los travelers checks del First National City Bank of New York arrasaban en la época ya que era un banco con multitud de presencia en numerosos países del mundo. En teoría, estos cheques solo podían ser cobrados una vez por sus dueños. En teoría porque Urtubia compró cheques de viajes legales con documentación falsa y después los copió para distribuir falsificaciones a lo largo de todo el mundo que eran cobradas de forma simultánea en distintas sucursales.

En un contexto en el que la globalización crecía a pasos de gigante, la tecnología no lo había hecho tan rápido. Eso impedía tener un control instantáneo si un grupo de personas cobraba al mismo tiempo, el mismo talón  en diferentes ciudades del planeta. La clave es que Urtubia no operaba solo. Lo hacía en colaboración con un grupo de antisistema que había organizado desde Francia, donde se encontraba exiliado.

Las estafas continuaron con él en prisión

No le fue bien la cosa y le pillaron ya con Franco muerto. A finales de los 80 fue acabó en la cárcel parisina de La Santé. Sin embargo, eso no quiere decir que las estafas a Citibank cesasen. Todo lo contrario, lo que llevó al banco a negociar un acuerdo extrajudicial con Urtubia.

El banco retiró los cargos contra él a cambio de que pusiera fin a la estafa. Así fue como un navarro que pasó del andamio a atracar sucursales a mano armado acabó haciendo que uno de los gigantes financieros más grandes de la época tuviera que pedirle que dejase de robarle.