La leche de Franco
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En los 70 Franco seguía dando leche a los escolares de la patria. Doy fe. También cantábamos el “cara al sol” y rezábamos el “padre nuestro”. A la típica foto con el mapa de España detrás, no llegué. Se dejaron de hacer fotos y luego de recitar doctrinas y credos . Pero sí recuerdo que durante un año, los viernes venía un furgón con leche para los alumnos. El litro de leche venía envasado en una bolsa de plástico blanca y con algo impreso en verde, con no sé qué cháchara del estado.

Tocábamos a dos bolsas por cabeza, que repartían al salir de clase a un alumnado disciplinado y alfabéticamente ordenado.

A veces, cuando sobraban algunas bolsas de leche se repartían entre los tres o cuatro alumnos que quedábamos al final de la fila. Minutos más tarde, al llegar al cruce más transitado del pueblo, la bolsa extra se convertía en una inofensiva bomba láctea al arrojarla bajo las ruedas de los coches.

Éramos unos críos ajenos a la política y a los dictadores. Pero esa era la manera de expresar nuestra inconsciente rebeldía hacia las doctrinas escolares. Los “reglazos” en las puntas de los dedos, los coscorrones con anillos y el rofe1 bajo las rodillas sosteniendo libros con los brazos en cruz nos daban la razón.

1. Rofe: Término específico que se usa en Lanzarote para la arena volcánica de granos gruesos y rugosos, usada como capa superior de un terreno de cultivo.