La nueva aventura de Pierce Brosnan que poco tiene que ver con el cine

La nueva aventura de Pierce Brosnan que poco tiene que ver con el cine

El actor lleva explorando su faceta artística desde hace décadas.

Pierce Brosnan, en una imagen den archivo.Presley Ann via Getty Images for The Hollywood R

Pierce Brosnan pasará a la historia por ser uno de los James Bond más venerados por los fans del agente 007, pero su vida no ha sido siempre glamour y aventura. El actor creció huérfano y su primera mujer, Cassandra Harris, murió a los 43 años, quedándose viudo con tres hijos.

A modo de terapia, Brosnan comenzó a pintar en 1987 y, ahora, el intérprete ha anunciado que expondrá sus cuadros en una muestra a finales de este año en Los Angeles.

En su cuenta de Instagram, el protagonista de Mamma Mia ha posado con algunas de sus creaciones y ha revelado cómo se ha decidido a dar el paso de compartir su pasión con el público.

“A veces me pregunto si mostrar o no el trabajo practicado lentamente desde una noche oscura en 1987, cuando comencé a pintar. Sin embargo, como dice mi querida esposa Keely, solo vas a pintar unos cuantos en tu vida. Así que, a finales de año, tendré mi primera exposición de arte en Los Angeles... si no es ahora, ¿cuándo?”, ha compartido el actor con sus seguidores.

Esa noche oscura de la que habla el actor llegó tras el diagnóstico de cáncer de ovario de Cassandra Harris, que falleció en 1991. Su hija Charlotte, a la que Brosnan adoptó tras su primer matrimonio, también murió de cáncer a los 41 años.

Además de la pintura, el pilar fundamental en la vida de este James Bond es su actual pareja, la periodista Keely Shaye Smith, a la que conoció en 1994. Se casaron en 2001, tienen dos hijos y una de las relaciones más estables de Hollywood. “Ella tiene esa fuerza sin la que yo no sería capaz de vivir”, ha dicho Brosnan en alguna ocasión sobre ella.

  Keely Shaye Smith y Pierce BrosnanMatt Winkelmeyer via Getty Images for InStyle

Shaye Smith es la mayor fan de la faceta artística del actor, pero no es la única. En 2018, Brosnan subastó para causas benéficas en la gala AMFAR del Festival de Cannes un retrato de Bob Dylan que se vendió por casi un millón y medio de dólares.

Entonces confesó que  “el dolor, a veces, se manifiesta en color”, en referencia a la pintura como terapia. También bromeó con dejar la interpretación si su carrera como artista despegada y seguía vendiendo a ese precio.