La ONU advierte de que debemos cambiar nuestra forma de alimentación para combatir la crisis climática
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La ONU advierte de que debemos cambiar nuestra forma de alimentación para combatir la crisis climática

Mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados no podrá lograrse sin políticas urgentes.

EFEEFE

Después de cinco días de reuniones en la 50 sesión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), los científicos destacan que no es factible reducir el aumento de la temperatura si no se reformula de manera urgente nuestra gestión del suelo y  nuestro modelo productivo alimenticio.

En definitiva, el mensaje es claro: “comer más verdura, despilfarrar menos y no olvidarnos de la tierra”.

El segundo informe emitido, de los tres que han sido encargados al IPCC tras la firma del Acuerdo de París de 2016, será decisivo para posteriores negociaciones entre los Estados parte.

Claves del análisis: Cuidar el suelo y la alimentación.

El amplio documento contiene una serie de recomendaciones que pretenden incitar a los gobiernos a dictar políticas que cambien el uso forestal y agrícola del suelo para contribuir a la protección del medio, y a la lucha contra el cambio climático.  Esto es fundamental teniendo en cuenta que los bosques absorben cerca de un tercio de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Los procesos naturales de la tierra absorben dióxido de carbono equivalente a casi un tercio del emitido por los combustibles fósiles y las industrias”
Hans-Otto Portner.

“La tierra juega un rol muy importante en el sistema climático. La agricultura, la silvicultura y otros tipos de uso representan el 23% de las emisiones de efecto invernadero. Al mismo tiempo los procesos naturales de la tierra absorben dióxido de carbono equivalente a casi un tercio del emitido por los combustibles fósiles y las industrias”, ha asegurado el experto Hans-Otto Portner.

“Manejar los recursos de manera sostenible es básico, no solo pueden ayudar a reducir el impacto climático, sino incluso a revertirlo” ha expresado también uno de los científico del Panel Kiyoto Tanabe.

El informe ha advertido de un aumento de las sequías en regiones como el Mediterráneo o África del Sur, y reconoce que en otras zonas, como bosques boreales, los efectos del cambio climático podrían derivar en un claro riesgo de incendios forestales o de plagas.

En la misma línea, la alimentación juega un papel crucial en esta lucha. El estudio destaca que en la actualidad alrededor de un tercio de la comida se pierde o se desperdicia.

“Algunas dietas requieren más agua y más tierra, y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global. Las dietas balanceadas con más alimentos a base de granos, legumbres, frutas y verduras y con alimentos animales producidos de manera sostenible, presentan oportunidades para limitar el cambio climático”, ha revelado  la experta Debra Roberts.

Para ello, no solo es imprescindible cambiar la dieta, sino políticas firmes que reduzcan la desigualdad, aumenten el nivel adquisitivo de la población y aseguren el acceso a la comida en regiones donde la tierra ya no produce.

"Las dietas con más alimentos a base de granos (legumbres, frutas...) presentan oportunidades para limitar el cambio climático"
Debra Roberts

En definitiva, la meta del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global  por debajo de 2 grados no podrá lograrse sin cambios cruciales que llevan aparejados nuevos hábitos.

España toma nota

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha respaldado este jueves el llamamiento de los expertos en favor de una dieta más sostenible en el mundo, con nuevos hábitos frente a “modelos cada vez más hiperproteicos” y cultivos que no ayudan a mitigar las emisiones contaminantes en la atmósfera.

El 72 por ciento de la superficie no helada en la Tierra está destinada a actividades humanas, preferentemente a agricultura, ganadería y construcción de infraestructuras, de acuerdo a las cifras.

El suelo tiene un papel ecológico muy importante para el ecosistema y el bienestar ambiental y la calidad de vida en el planeta, por lo que “debe evitarse su degradación” y aquellos cambios en su uso que incidan “muy significativamente” en el ciclo del carbono, ha asegurado Ribera.

23 de septiembre: Cita clave en Nueva York

Nadie escapa al impacto del cambio climático. Ha llegado para quedarse como no tomemos medidas urgentes.

Los últimos análisis indican que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C, o incluso a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, según los datos científicos más recientes.

Por ello, la próxima convocatoria a nivel mundial será el próximo 23 de septiembre en Nueva York. El Secretario General de la ONU, António Guterres ha hecho un llamamiento a todos los líderes para que acudan con planes concretos y realistas para mejorar sus contribuciones concretas a nivel nacional para 2020, siguiendo la directriz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en los próximos diez años y a cero para 2050.