La ONU tiene información de que Rusia usa armas prohibidas en Ucrania

La ONU tiene información de que Rusia usa armas prohibidas en Ucrania

Apunta de nuevo, como ya hiciera HRW, a las bombas de racimo, que tienen en su interior numerosas otras bombas

Efecto de los bombardeos en la ciudad ucraniana de Kharkiv, el 8 de marzo. SERGEY BOBOK via Getty Images

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha recibido “información creíble” de que Rusia ha usado varias veces, en las dos semanas transcurridas desde que invadió Ucrania, municiones de racimo, un tipo de armamento prohibido por su impacto indiscriminado entre los civiles.

El uso de esas bombas se habría producido “incluso en zonas pobladas”, dijo hoy la portavoz del organismo, Liz Throssell, quien detalló que el 24 de febrero una bomba de racimo explotó en el hospital principal de Vuhledar, ubicado en la parte de Donetsk bajo control gubernamental y donde murieron cuatro civiles y una decena resultaron heridos.

“Hubo otros ataques con bombas de racimo en varios distritos de Járkov, en los que nueve civiles murieron y 37 fueron heridos”, continuó la portavoz. “Debido a sus efectos en una amplia área, el uso de bombas de racimo en áreas pobladas es incompatible con el derecho internacional humanitario”, agregó.

Un tratado internacional que prohíbe el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento de bombas de racimo está en vigor desde 2010. Actualmente 110 Estados se han adherido plenamente a este instrumento jurídico y otros trece lo han firmado, pero aún no lo han ratificado. Rusia, al igual que Estados Unidos o China, no están entre los adherentes a este tratado, del que Ucrania tampoco es parte.

La comunidad internacional juzgó necesario negociar un tratado específico para prohibir totalmente este tipo de armamento por el terrible impacto que causa en la población civil en situaciones de conflicto. Sea lanzada desde el suelo o desde el aire, las bombas de racimo consisten en contenedores que se abren y dispersan cientos y en ocasiones miles de submuniciones sobre una amplia zona. Muchas se quedan sin detonar y se convierten en explosivos remanentes que pueden herir o matar a alguien incluso décadas después, así como impedir el uso de tierras cultivables.

Según el Observatorio sobre uso de bombas de racimo y minas antipersonales, las primeras fueron utilizadas durante entre julio de 2014 y febrero de 2015, durante el anterior conflicto en Ucrania, cuando grupos separatistas se alzaron en armas contra el gobierno central y tomaron el control de parte de dos regiones del este del país, fronterizas con Rusia.

Por otra parte, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó hoy que ha verificado la muerte de 549 civiles en la actual guerra en Ucrania, así como los casos de 957 personas heridas. “Escuelas, hospitales y guarderías han sido alcanzadas, con consecuencias devastadoras”, lamentó Throssell.

Imprecisas y bestiales

Las bombas de racimo contienen un dispositivo que, al abrirse, libera un gran número de pequeñas bombas. Estas sub-municiones causan diferentes daños, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva o alcanzar y herir a la mayor cantidad de gente posible con sus fragmentos de metralla o comenzar incendios.

Existe una gran controversia sobre ellas. Para empezar, son armas “de área”, es decir, pueden cubrir una gran porción de territorio, lo que puede causar daño indiscriminado. Son también “tontas”: al no contar con mecanismos de guía muy precisos, pueden errar el blanco.

Las bombas de racimo tienen un importante índice de error del 5%. Esto implica que muchas sub-municiones pueden no explotar pero, al igual que las minas terrestres, permanecen en el terreno como latas de bebidas arrojadas a la calle para detonar años más tarde.