La Organización Trump, en el punto de mira: los detalles de la acusación formal contra el imperio del magnate

La Organización Trump, en el punto de mira: los detalles de la acusación formal contra el imperio del magnate

El expresidente de EEUU asegura que la investigación de la Fiscalía no es más que "una caza de brujas".

Donald Trump, expresidente de EEUU.EFE

Para el expresidente estadounidense Donald Trump, las denuncias de la Fiscalía por evasión de impuestos contra la organización que lleva su nombre —la compañía inmobiliaria denominada Organización Trump—  y contra su director financiero, Allen Weisselberg, no son un más que “una caza de brujas”. Para los juristas, en cambio, se trata más bien de toda una trama que se alargaría más de 15 años en el tiempo y que habría cometido delitos de la talla de hurto mayor, fraude, conspiración y falsificación de documentos.

El pasado jueves la empresa del exmandatario era acusada por la justicia del país de haber armado supuestamente entre 2005 y 2021 un sistema a través del cual se pagaba a las personas más próximas al entorno del magnate con compensaciones, de forma que se pudiese limitar el pago de impuestos tanto por parte de los ejecutivos como de la propia compañía. Un nuevo golpe al imperio Trump, ya acuciado por millonarias deudas, repudiado por los bancos y en jaque por la crisis derivada del coronavirus.

Weisselberg, principal acusado

La acusación recoge en un documento judicial cómo Weisselberg, el asesor principal del expresidente, habría recibido alrededor de 1,76 millones de dólares en pagos indirectos y ocultos que le habrían permitido evadir cientos de miles de dólares en tributos, sumado a un total de 133.000 dólares que también habría percibido de manera indebida.

No es el único. Además de él, a quien también se le atribuye haber colocado a varios familiares y haber declarado falsamente que su residencia no estaba en Nueva York para aliviar cargas fiscales, otros muchos empresarios se encuentran en el punto de mira por haberse lucrado, presuntamente, con bonificaciones a través de las propiedades de Trump.

Por el momento, el que no ha sido señalado directamente es el propio exmandatario, quien pese a estar directamente vinculado a la inmobiliaria, no ha sido acusado hasta la fecha de haber actuado de forma irregular.

Trump, en el foco

Es pronto, la investigación continúa y el foco también está puesto en él. Un equipo de fiscales, auditores externos y peritos forenses siguen analizando las millones de páginas de declaraciones fiscales de Trump, así como demás registros y documentos, señala el New York Times. Un examen que prevé extenderse hasta final de año. “Seguiremos los hechos y la ley donde sea que nos lleven”, declaraba ante los medios la fiscal general de Nueva York, Letitia James.

El expresidente estadounidense opta entre tanto ruido por tildar de “ataques” las informaciones. Tras conocer la noticia, calificó las acusaciones de “cacería de brujas” en una breve entrevista para el mismo medio y tras ser preguntado por su director financiero, se limitó a referirse a él como un “hombre honorable”.

Por su parte, la Organización Trump aseguró mediante un comunicado que Weisselberg estaba siendo usado como “peón en un intento de tierra quemada para dañar al expresidente”.

“El fiscal de distrito está realizando una persecución penal relacionada con las prestaciones de los empleados que ni al Servicio de Impuestos Internos ni a ningún otro fiscal de distrito se le ocurriría llevar a cabo”, recoge el texto. “Esto no es justicia; es política”. Para los abogados de la empresa, los casos fiscales deben ser manejados por las autoridades tributarias civiles y no por los fiscales.

Lo cierto es que a pesar de todo, la simple apertura del proceso podría pasar una gran factura al imperio empresarial. Ya lo ocurrido el pasado mes de enero, el asalto al Capitolio, provocó un fuerte rechazo para numerosas compañías que prefirieron desmarcarse y tomar distancia.

El Deutsche Bank, uno de sus principales socios financieros, se apresuró entonces a anunciar que no haría más negocios con Trump una vez éste devolviera el préstamo de más de 300 millones de dólares contraído con la entidad financiera. Una actitud que secundaron también el Signature Bank, BankUnited y Professional Bank.

A ellas se sumaron numerosas empresas y organizaciones que prefirieron cortar por lo sano antes que verse perjudicadas por la vinculación.

Según publicó el pasado octubre la revista Forbes, el empresario debe hacer frente a un agujero de casi 1.000 millones de dólares, aunque según la propia publicación, los activos con los que cuenta el magnate para hacer frente a estas deudas superarían los 2.400 millones.

El medio revela que el famoso constructor de las torres Trump debe 285 millones por su edificio en la avenida de las Américas en Nueva York, 170 por el Hotel Trump International en Washington, 162 por un rascacielos que levantó en San Francisco y otros 125 por el hotel y campo de golf Trump National Coral en Miami.

Para la exfiscal Barbara McQuade, las acusaciones pueden dificultar al conglomerado de Trump solicitar más préstamos en el futuro y, en caso de ser encontrados culpables “las multas substanciales podrían dificultad la capacidad de devolver las deudas”. “Incluso si finalmente son absueltos, tendrán que gastar mucho tiempo y dinero en su defensa”.