La policía confirma que Blanca Fernández Ochoa fue vista el día 24 en un supermercado

La policía confirma que Blanca Fernández Ochoa fue vista el día 24 en un supermercado

400 personas rastrean la sierra de Madrid en busca de la antigua esquiadora

La Policía, la Guardia Civil, los organismos de emergencias y voluntarios reanudan la búsqueda, esta mañana, en Cercedilla. Agencia EFE

La Policía ha confirmado esta mañana que la esquiadora Blanca Fernández Ochoa, de 56 años y desaparecida desde el 23 de agosto, fue vista en un supermercado de Pozuelo de Alarcón comprando víveres el pasado día 24 de agosto. Una dependienta de ese supermercado es quien alertó a la policía, que ahora trata de recuperar las imágenes de las cámaras de seguridad de ese local comercial para averiguar cómo iba vestida, otro de los datos que pueden ser claves para su localización aparte del hallazgo de su vehículo, ayer, en la sierra de Cercedilla.

La policía también ha aclarado que, pese a que la esquiadora fue vista por última vez el día 24 de agosto, sus familiares no denunciaron su desaparición hasta el pasado jueves 29 y tardaron dos días en decidirse a hacerlo público. No era la primera vez que Blanca Fernández Ochoa se iba por su cuenta.

Aunque su cuñado aseguró este lunes que no estaba en un mal momento personal en los últimos días, otras fuentes próximas a la investigación citadas por El País aseguran que la medallista olímpica vivía un situación “un poco precaria”. En todo caso, tanto los investigadores como los familiares confían en encontrarla “porque se haya desorientado” o porque “haya sufrido algún accidente”.

Los agentes de la Unidad de Desaparecidos a cargo de la investigación la buscan desde que se marchó del domicilio familiar, en el barrio madrileño de Aravaca, dejándose el móvil y a su perro (del que nunca se separaba) recién operado en casa de su hermana Lola: “Tenía que haberle llevado a una revisión esta misma semana”, aseguran fuentes próximas a la familia.

Son datos que han llevado a los investigadores a calificar de “voluntaria” la desaparición, también de “alto riesgo” por los días que han transcurrido sin noticias de la deportista.

Todos los esfuerzos

Unos 400 profesionales participan en el operativo de búsqueda, en las 3.000 hectáreas del valle de Fuenfría. Un equipo de los GEO (Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional) está centrado en la zona de Siete Picos, la más complicada del terreno por estar plagada de “canchales” (afloramientos de piedras) y una de las preferidas de la esquiadora.

Además, 150 voluntarios divididos en 11 grupos (uno de ellos formado por familiares) peinan las zonas más sencillas del valle en cuadrillas de unas 10 o 12 personas. Hay también apoyo de guías caninos, helicópteros y caballería. El portavoz policial ha señalado esta mañana que el dispositivo de búsqueda “no se centra solamente en la sierra de Madrid”.

Lola Fernández Ochoa, hermana de Blanca, ha señalado este lunes que la familia tiene la esperanza de hallar a su familiar: “Estamos todos esperanzados, esperamos encontrarla, aunque sea accidentada”. Antes de participar en la búsqueda ha añadido que en los últimos meses su hermana “estaba fenomenal”. “Desgraciadamente no hay ninguna novedad en la investigación”, ha destacado Adrián Federighi, cuñado de la esquiadora y portavoz de la familia. Federighi ha apuntado a un “accidente” como probable causa de la desaparición, y ha subrayado: “No hay ninguna razón para pensar otra cosa”.

Un portavoz de la Guardia Civil que participa en el dispositivo ha declarado pasadas las 11.45 que los equipos no han encontrado aún ningún rastro de la deportista desaparecida. Ha recordado que este lunes “es un día importante” para las batidas, porque cuentan con “mucha gente”, aunque ha apuntado también de la complejidad que les plantea la zona: “Hay que ser conscientes de la dificultad que tiene este monte. Es una zona muy amplia, montañosa, boscosa y con mucho helecho; debajo de él puede haber cualquier cosa, que una persona que pase a tres metros no vea”, ha especificado. Los equipos trabajan en la “hipótesis” de que los rastreos lleven largo tiempo.