La solidaridad se propaga más rápido que el coronavirus… entre algunos

La solidaridad se propaga más rápido que el coronavirus… entre algunos

Cuando no hay reglas severas ni multas grandes, pasa lo que pasa en Reino Unido.

Una persona con mascarilla en Londres. Leon Neal via Getty Images

Voy a intentar hacer un párrafo sin decir la palabra maldita.

Los españoles somo especiales, sí. Como los italianos, los turcos o los canadienses, sí. Todos somos especiales, ni mejores ni peores, y cada uno con una identidad propia y unas maneras de ser que a muchos les pueden parecer extrañas.

Hecho. No he dicho coronavirus, pero a partir de ahora me temo que tendremos que entrar en harina.

Los países y sus gentes están lidiando con este virus de maneras diferentes. Ni los españoles son más caraduras ni los ingleses o alemanes tan disciplinados.

Cada familia es un mundo y mientras muchas nos hemos recluido y seguimos al dedillo lo que se nos dice, muchos otros que se autodenominan listos, pero en realidad son jetas, tuercen y doblan las reglas para salirse (ellos creen) con la suya.

Cuando no hay reglas severas ni multas grandes, pasa lo que pasa en Reino Unido. Y es que aquí nos dice nuestro infectado prime minister (no es un insulto, es una descripción) que tenemos que estar encerrados.

Tenéis que encerraros en casa, dice, y seguido puntualiza, pero oiga que a la compra diaria puede salir, y a pasear al perro, y a hacer deporte. Es decir, enciérrese en casa el rato que no esta fuera… la excusa ya la buscará usted.

¿Si te pillan que pasará? Pues que la multa que te ponen es menor que la multa por aparcar mal, porque el Covid-19 nos preocupa sí, pero no tanto como aparcar bien.

La cantidad de policía en Reino Unido es la que hay. Poca tras los recortes que Boris, la Sra. May o David Cameron nos han obsequiado en los últimos lustros. De 2010 a 2018, un 15% menos, y desde 2018 pues me imagino que, con la prioridad de llegar al unicornio del Brexit, habrán seguido recortando… ¿y por qué no? Reino Unido a partir del 1 de enero de 2021 será un país modelo y lograremos una sociedad justa fuera del malvado ente europeo (jajaja, no puedo tomármelo en serio).

Sin policía patrullando, los grupos máximos de dos personas paseando se convierten en grupos de cuatro o seis, y sin nadie que compruebe este encierro forzado para todos.

Y esos recortes han sucedido también en otro sector clave siendo el más demandado ahora mismo (qué curioso) la sanidad.

Cuando no hay reglas severas ni multas grandes, pasa lo que pasa en Reino Unido.

A la falta de seriedad en las medidas y de recursos policiales, los padres trabajadores se hacen el favor mutuo de ir rotando a preescolares por casas durante la semana. Como si el coronavirus no tocara a esos niños que disfrutan tanto compartiendo sus mocos y babas. Y así al igual que durante el año escolar comparten al osito Johnny, que va a diferentes casas de lunes a viernes, el Covid-19 es el que ahora se van pasando.

La disciplina 0 y el laxo “enciérrense, pero pueden salir tres veces al día de casa” tendrá efectos.

Giles Tremlett, de The Guardian, decía el jueves que quizás España y los españoles, conocidos por su capacidad de dar besos y abrazos por doquier, así como hablar muy cerca unos de otros, han sido víctima de sus propias cualidades.

Y probablemente esto sea verdad, y sea un factor clave en la propagación del virus y sus efectos.

Ellos se lo pierden, y quizás esto vaya a ser también factor que explique que el coronoavirus no haya crecido al mismo ritmo en Reino Unido que en España, pero ante la oportunidad de aislarse completamente no hay por parte del Gobierno británico la misma energía para hacer que se tomen medidas en serio.

Ahora Boris, enfermo, pasa el relevo a Dominic Raab, que será el que tenga que quemarse políticamente en las próximas semanas y tomar las decisiones duras que no se han tomado. Autoinmolarse por la causa de dejar al señor Johnson impoluto y que nadie pueda tacharle de poner en marcha medidas draconianas…

Tres semanas de aquel programa en el que dijo que quizás era mejor tomar el riesgo y dejarnos infectar para conseguir inmunidad de rebaño. Pues es fenomenal que nuestro primer ministro sea conejillo de indias por todos nosotros.

En España nos damos muchos besos, queda claro. Quizás esta parte de nuestra personalidad esté relacionada con la apreciación por el prójimo y solidaridad.

Generalización muy grande, ya que hay muchos que se hartan a dar besos y luego su mayor esfuerzo lo hacen con sus pulgares y sus pantallas desde sus sofás, para organizar estrategias de mejora de las decisiones políticas…gladiadores de sofá. Con betún en la cara y cinta en el pelo. Capitanes a posteriori. Abogados del sistema sanitario público, escondidos tras papeletas de partidos que exigen recortes, privatizaciones.

Es fenomenal nuestro primer ministro sea el conejillo de indias por todos nosotros.

La generalización no funciona esta semana en Reino Unido, donde no dan tantos besos, pero más de tres cuartos de millón de ciudadanos se han ofrecido como voluntarios para ayudar al NHS.

Pues la solidaridad española también está presente en nuestros emigrantes, y en Reino Unido ya mas de 100 voluntarios se han ofrecido a aportar su granito de arena a aquel que nos solicite ayuda.

Acción Coronavirus, se ha creado para asegurarnos de que podemos ayudar a familias a no quedarse aislados por esta crisis. Asistir a aquellos que tienen problema con la lengua de Shakespeare y ayudarles a concertar citas médicas, o llevarles la compra del supermercado a sus casas.

La ayuda ya se esta ofreciendo y muchas dudas se están derivando a algunas de las organizaciones de ayuda ciudadana como la Oficina Precaria de Escocia, que están respondiendo dudas legales y laborales a aquellos que han perdido el trabajo debido al coronavirus.

El Covid-19, afecta a nuestros pulmones, a nuestros mayores, y a nuestras conciencias. Pero no a todos, eh, no te vayas a suponer. Algunos tienen callo en sus dedos para criticar y propagar bulos y luchar del lado del Covid-19.