La sombra del 'glamour'

La sombra del 'glamour'

Aitana Sánchez-Gijón en la marcha del 8-M. NurPhoto via Getty Images

Hace unos días leí unas declaraciones de Aitana Sánchez-Gijón. Entre otras cosas decía que en los últimos quince años había trabajado solo en tres películas. Las palabras las pronunció en el Cara a cara con profesionales que organiza la Unión de Actores. La cosa está más jodida de lo que pensaba... Me entristeció leer lo que, en cierto modo, ya sabemos sobre la cruda realidad de las mujeres a partir de los treinta y cinco en el mundo de la interpretación, especialmente en el cine y la televisión.

Pero me pareció esperanzadora su honestidad. Sería una pena que los actores pasáramos más tiempo fingiendo en el día a día, en las redes o en las entrevistas que delante de las cámaras o en un escenario. No es nuevo lo de tener que aparentar una vida ajetreada y plena, llena de rodajes y compromisos glamurosos que no dejan si quiera tiempo para disfrutar de esos carísimos regalos con los que las mejores marcas suelen agasajar. Hay que vender éxito, seguridad y solvencia para que los objetivos quieran seguir enfocando.

La cosa está más jodida de lo que pensaba... Me entristeció leer lo que, en cierto modo, ya sabemos sobre la cruda realidad de las mujeres a partir de los treinta y cinco en el mundo de la interpretación.

No sorprende que el periodo en el que la mujer es más fértil para procrear, coincida con los años más prolíficos de una actriz. ¿Es la sociedad, entonces, la que rechaza esos cuerpos en decadencia que se supone somos las actrices que rozamos o sobrepasamos los cuarenta? La productoras tienen que apostar por lo que vende, no son una ONG. Pero, ¿de verdad solo vende lo que nos dan? En las diferentes ocasiones en las que he charlado con profesionales y compañeros sobre este tema, la conversación ha terminado con la misma conclusión: “tienen que pasar unos años para que se reflejen en la ficción los cambios que ha experimentado en nuestros tiempos la situación de la mujer”.

Señores guionistas, directores, productores y directivos de televisión y plataformas: dense prisa, por favor. Aceleren el paso, inventen, adelántense a los acontecimientos, sean visionarios. Imaginen cómo será la sociedad dentro de unos años y denle más protagonismo a la mujer madura. Construyan esas historias que nos sitúen a todos en un lugar más humano, porque el tiempo apremia y algunas ya han pasado demasiados lunes a los focos del sol.

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