La trampa de que ‘manden’ los científicos y no los políticos

La trampa de que ‘manden’ los científicos y no los políticos

'¿Ustedes mandan pero no saben?'. No todos los científicos están a favor del manifiesto.

Carolina Darias, Salvador Illa y Fernando Simón en una resunión del grupo Covid.EFE

De primeras, es tan fácil estar de acuerdo con la afirmación ‘en una crisis sanitaria deberían mandar los científicos’ que casi resulta demagógica. Curiosamente, la demagogia es una práctica política, no científica, que trata de apelar a los sentimientos elementales de los ciudadanos para conseguir su favor.

Este fin de semana, un total de 55 sociedades científicas han publicado un manifiesto titulado En salud, ustedes mandan, pero no saben, dirigido a los políticos. Una de sus peticiones es que cese el enfrentamiento político a costa de la pandemia, y eso les honra. Otra es que las políticas se basen “exclusivamente en criterios científicos”. Y ahí han pinchado en hueso.  

Para algunos profesionales de la salud, este enfoque peca de “simplista” y tiene poca utilidad. Para otros, el fallo es más de forma que de fondo, y se refleja principalmente en la “arrogancia” del título del documento. Para muchos, afirmar que la ciencia manda es desconocer el significado de la política. 

El debate está servido. De un lado, las 55 sociedades firmantes, que han impulsado una iniciativa en Change.org para recoger firmas de apoyo. Del otro lado, quienes no comprenden o comparten esta tesis. ¿Por qué? Esto es lo que argumentan:

¿Quién posee ‘la verdad’?

Daniel López Acuña, exdirector de la Acción Sanitaria en Crisis de la OMS, reconoce que no le ha gustado “el tono del manifiesto” y que él “lo habría enfocado de otra manera”. “La ciencia debe informar a la política y la política debe responder al bien común y a la salud de las personas”, resume. No hay, por tanto, una dicotomía ciencia-política por la que haya que decantarse, defiende el epidemiólogo. 

“El mundo no opera así”, prosigue. “No se trata de que manden los científicos, sino de que lo hagan los políticos en base al conocimiento, y que actúen en consecuencia”, argumenta.

No se trata de que manden los científicos, sino de que lo hagan los políticos en base al conocimiento

En su opinión, el manifiesto puede dar a entender que “la verdad sólo la tenemos nosotros, los científicos, y que los políticos son una partida de ignorantes, y eso no tiene ningún sentido”, sostiene López Acuña.

“Lo que me gustaría es tener una ciencia que se moja, en el sentido de que plantea dónde hay problemas y confronta a la política cuando la política no busca el bien común”, explica. “Me habría gustado ver un manifiesto que diga: ‘Por parte de algunos políticos, se está negando la evidencia científica para actuar’. Para mí, ese es el verdadero problema, que no es lo mismo que ‘los políticos no saben, los científicos sí’”.

El peligro de despolitizar la política

Uno de los mensajes más compartidos sobre el tema en redes sociales ha sido el de Lluís Orriols, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid.

Para el politólogo, el problema no es tanto el manifiesto en sí, sino las ideas que evoca el título. “La anti-política, la despolitización de la política y la tecnocracia”, enumera.

“La cuestión que se está planteando de escuchar a los técnicos tiene dos vertientes”, explica Orriols. “Obviamente, un político riguroso tiene que escuchar a voces autorizadas para tomar una decisión informada, y gran parte de este manifiesto va en esa dirección, igual que la mayoría de las declaraciones de políticos en las últimas semanas”, dice. “No obstante, hay una fina línea entre decir que se tienen que tomar decisiones con conocimiento y decir que los políticos deberían dejar que sean los técnicos quienes tomen decisiones”, distingue. 

Una cosa es decir que los políticos tienen que escuchar y otra muy distinta es decir que los técnicos tienen que mandar

“Creo que el título es para captar la atención, pero todo esto propaga la idea de cómo debería ser la política basada en un modelo tecnocrático en el que los políticos sean técnicos y en el que no existen alternativas, sólo hay buenas y malas decisiones y para tomar una buena decisión sólo necesitas tener expertos”, plantea el profesor.

“Esta pulsión tecnocrática está aumentando desde abril, y en parte es normal, pero tenemos que advertirlo. “Una cosa es decir que los políticos tienen que escuchar y otra muy distinta es decir que los técnicos tienen que mandar”, insiste.

La política no es una ciencia exacta

Lo que le “preocupa” a Orriols de esta situación es “que no se entienda lo que es la política”. “Considerar que la política es algo técnico, que poniendo a unos expertos tendrás LA solución, es un error”, avisa. “Esa visión de la política no se ajusta a la realidad, y puede resultar tentadora en momentos de crisis o de antipolítica, cuando se piensa que todos los políticos son unos corruptos o unos ineptos”, explica. No obstante, aclara el politólogo, “siempre hay principios que conciliar”.

¿Qué expertos van a ser los que tomen decisiones? ¿Los economistas? ¿Los epidemiólogos? ¿Los educadores?

Por ejemplo, “¿qué expertos van a ser los que tomen decisiones? ¿Los economistas? ¿Los epidemiólogos? ¿Los educadores? ¿Qué estrategia se va a utilizar para doblegar la curva? ¿Una drástica? ¿Una suave? ¿Cuáles van a ser los costes? ¿Quién decide si los niños van o no a clase? ¿Se prioriza el valor sanitario al cien por cien? ¿O se tiene también en cuenta que los niños no pueden perder un curso más? No son decisiones obvias. Y eso es la política”, reflexiona el profesor.

  Reunión del Grupo Covid entre representantes de la Comunidad de Madrid (a la izquierda, Antonio Zapatero, Ignacio Aguado y Enrique Ruiz Escudero) y del Gobierno central (a la derecha).Europa Press via Getty Images

Pedro Gullón, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), incide sobre esta cuestión. “Cuando se dice ‘hay que hacer caso al criterio técnico’, me pregunto: ¿Cuál es el criterio técnico? A veces las evidencias no están del todo claras, sobre todo en una situación nueva, a veces hay que manejar una paleta de grises... A veces la ‘ciencia’ da dos evidencias contradictorias en cierto aspecto. Por ejemplo, si preguntas a un economista, probablemente te dirá que mantener los comercios abiertos es muy importante; en cambio si preguntas a un salubrista dirá que no, que hay que cerrar absolutamente todo para frenar el avance del virus”, señala. “Ahí se tiene que decidir qué se considera esencial y qué no, teniendo en cuenta todas las variables que operan. Y esa es la labor de la política”, apunta.

Cuando se dice ‘hay que hacer caso al criterio técnico’, me pregunto: ¿Cuál es el criterio técnico? A veces las evidencias no están del todo claras

Curiosamente, las principales asociaciones de epidemiólogos en España la SEE y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS)— no han firmado, por el momento, este manifiesto. “Se debe simplemente a que no fueron invitadas”, explica Pedro Gullón. “Este documento sale de un congreso médico sobre el Covid, así que sólo aparecen las sociedades científicas que participaron, en su mayoría sociedades clínicas”.

La importancia del contexto (y de la política)

Gullón no apoya el manifiesto porque “simplifica mucho la realidad”. “Creo que todos estamos de acuerdo en que este clima de tensión política no facilita para nada que se sigan recomendaciones internacionales basadas en la evidencia científica, pero si dices: ‘Vosotros no sabéis, sabemos nosotros’ denotas precisamente que no sabes de política”, opina.

“Las acciones de Salud Pública tienen que estar basadas en la mejor evidencia científica disponible pero también tienen que tener en cuenta todo el contexto alrededor, y eso no te lo da la evidencia científica, sino la política”, defiende el epidemiólogo. 

No dudo de la buena voluntad de muchos firmantes, pero este discurso no es edificante

“La salud pública tiene que tener un contenido social y un contenido político. Porque se trata de acciones públicas para mejorar la sanidad”, coincide Daniel López Acuña. “El discurso que plantea el manifiesto no sirve. Y no dudo de la buena voluntad de muchos firmantes, pero este discurso no es edificante”, matiza.

No todos ‘los políticos’ son iguales

Para el ex dirigente de la OMS, la cuestión es saber “si los políticos, mandatados por el voto de la población, están tomando decisiones con base en la objetividad de los hechos o en la subjetividad de las posiciones ideológicas”. 

Ahí estaría la clave. Tanto a un lado como a otro del espectro político. “Galicia, por ejemplo, donde gobierna el PP, ha tomado acciones tempranas y eso les ha permitido estar en una posición muy buena”, ilustra López Acuña. “Lo que no se puede es evitar tomar acciones como si eso fuera una forma de hacer oposición”, critica.  

Ignacio Rosell, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, también rompe una lanza en favor de los políticos, “tanto por la buena capacidad de algunas de las personas que están en el Consejo Interterritorial tomando decisiones como por la diferencia entre el contexto científico y el político”, afirma. “Eso no evita que puedan haberse cometido un montón de errores criticables por parte de los políticos. De todos los partidos”, insiste.

Pero el epidemiólogo no comparte el “ustedes no saben” que se infiere del manifiesto. “Me parece mal porque generaliza, denota cierta arrogancia y porque los contextos de ciencia y política son diferentes”, explica.

Democracia no es lo mismo que tecnocracia

“No vivimos en una tecnocracia, sino en una democracia y, para bien o para mal, los políticos son responsables de las decisiones”, apunta Gullón.

Justo en eso hace hincapié Lluís Orriols. “El problema es que se confunda democracia con tecnocracia; que se piense que estamos en democracia sin decisiones”. alerta. “El problema es que se piense que no existe una sociedad pluralista con distintos intereses y objetivos que compiten, sino que hay una regla, hay una opción correcta y simplemente hay que preguntar a los expertos. En realidad, la sociedad es mucho más plural y compleja; hay distintos intereses y decisiones que perjudican a unos y benefician a otros”, continúa.

No vivimos en una tecnocracia, sino en una democracia y, para bien o para mal, los políticos son responsables de las decisiones

No es o blanco o negro. Ni siquiera para los científicos, coincide Pedro Gullón. “Es verdad que los políticos tienen que hacer caso a la evidencia disponible, pero no puede ser el único factor, porque probablemente si sólo se hubiese hecho caso a los criterios sanitarios, se habría cerrado absolutamente todo durante un tiempo indeterminado y no sabemos qué consecuencias habría tenido esto sobre la sociedad”, señala Gullón.