La Unión Europea que viene

La Unión Europea que viene

La emisión de deuda conjunta puede ser el embrión del brazo fiscal europeo, imprescindible para llevar a cabo políticas públicas justas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la Conferencia por el Futuro de Europa.Anadolu Agency via Getty Images

El pasado domingo, 9 de mayo, celebramos un año más el Día de Europa. Y este último ha sido para la Unión Europea todo un reto sin precedentes que, a pesar de las dificultades, parece que este curioso y poco común club de países ha estado a la altura. En medio de una durísima pandemia con terribles consecuencias en las vidas de muchísimas personas la UE sí ha conseguido armar una respuesta conjunta y solidaria como no se había visto nunca antes, dando grandes pasos como la deuda conjunta o, lo que viene a ser lo mismo, el futuro en común. Porque no hay nada como la deuda para diseñar y planificar el futuro, hablemos de un Estado o conjunto de ellos, de una empresa o de una familia. Ese gran paso puede ser, y debería ser, el embrión del brazo fiscal europeo, imprescindible para llevar a cabo políticas públicas justas y garantizar un mínimo de derechos sociales para todos los ciudadanos y ciudadanas de la Unión, vivan en el estado que vivan.

El propio proceso de vacunación, que tampoco ha estado exento de sobresaltos iniciales, va viento en popa según lo previsto, y es otro ejemplo de la coordinación europea que ha evitado un más que previsible caos si cada estado hubiera ido por libre, haciéndose la competencia entre sí. Lo vimos al inicio de la pandemia, cuando cada uno buscaba por su propia cuenta materiales sanitarios que llegaban tarde y que costaban más. Cooperando, vimos que podíamos hacerlo mejor, más rápido y con menores costes.

También en el proceso de vacunación, la UE ha actuado de una forma solidaria no solo entre los Estados miembros, sino hacia los Estados que no integran la Unión. Si EEUU y Gran Bretaña han exportado un total de cero vacunas a otros países, la UE lo ha hecho con la mitad de su producción. Es decir, los europeos hemos enviado una de cada dos vacunas a países con dificultades para acabar de una vez con este maldito virus. Poco se habla de ello.

Los europeos hemos enviado una de cada dos vacunas a países con dificultades para acabar de una vez con este maldito virus

Los retos que la UE tiene por delante son muchos, y no debe olvidarse una de las principales promesas que la nueva Comisión situó en el centro de la agenda política común: el pacto verde europeo. La recuperación económica y social pasa por planificar el crecimiento económico y repensar nuestra forma de convivir con el entorno, cuidando un planeta insustituible y sin el cual no hay ni economía ni justicia ni nada. Si bien la UE nació con una gran promesa, la paz, y siguió su construcción décadas después con otra promesa, la prosperidad, ahora entra en juego una tercera, un futuro sostenible para todas y para todos.

La Conferencia sobre el Futuro de Europa que ha empezado estos días, aunque con un año de retraso, tiene el reto de debatir, reflexionar y planificar los retos de futuro que tenemos todos los europeos y las europeas si queremos seguir ampliando y consolidando este insólito espacio de paz, libertad y justicia social. La construcción del pilar social europeo para no dejar a nadie atrás, e introducir la perspectiva ecológica y sostenible en todas las políticas públicas es y será una obligación para las autoridades de los Estados miembros y también para las comunitarias.

El mundo post covid habrá aprendido que sin solidaridad, sin redistribución de la riqueza, sin combatir las injusticias, y sin combatir el cambio climático tenemos un futuro negro por delante. Y la mayoría de las personas aspiramos justo a lo contrario. Paz, igualdad, justicia y protección medioambiental.