La ventaja de aprender español viajando: conocer un lugar y enfrentar desafíos

La ventaja de aprender español viajando: conocer un lugar y enfrentar desafíos

El turismo idiomático es una opción cada vez más elegida para sumergirse en nuevas ciudades. El 50% de quienes realizan este tipo de experiencias aseguró que “conocer gente, otras culturas, ponerse a reto al no tener amigos o familia cerca y no conocer el lugar ni el idioma” eran puntos importantes de la vivencia.

Turismo idiomático

El turismo idiomático -que permite aprender una lengua y al mismo tiempo conocer nuevas culturas y lugares- genera herramientas para resolver estas situaciones cotidianas, y, al viajar por nuestra cuenta, implica también el desafío y la gratificación de hacerlo solos. El español es uno de los idiomas con mayor interés: es la segunda lengua materna en el mundo -unos 580 millones de personas se comunican en español, y 483 millones de ellos son nativos- y sumó estudiantes de orígenes diversos, que generalmente se encuentran ante el desafío de descubrir una fonética, gramática y estructuras totalmente desconocidas. Para sumergirse en este mundo realmente, el espacio más recomendado es una escuela de español en Barcelona o Buenos Aires.

En ese sentido, la referencia es la escuela de español Expanish -que nació hace 12 años en Buenos Aires y en 2017 sumó en sede en Barcelona-, que brinda experiencias de calidad no solo académicas, sino también con vivencias personales en la ciudad y en los espacios compartidos. Ana, estudiante que llegó desde Inglaterra a Buenos Aires, comparte esta forma de conocer lugares, aprender el idioma y enfrentarse a desafíos al mismo tiempo: “El turista tiene un tiempo limitado y más apuro. Alguien que viaja así lo hace más fluido, no tiene que ver todo en un día y la velocidad es más lenta. Se permite sumergirse para ir más profundo. Estaba decepcionada con mi capacidad para interactuar con hablantes del español y el mundo hispánico. A veces tienes nervios porque no sabes dónde vas a ir o es difícil comunicarse, pero al final sale bien”. Jonas, de Suiza, también suma su testimonio: “Quería aprender acerca de la cultura de Latinoamérica a través del idioma, con más profundidad, de un modo diferente. Mi objetivo era aprender español, viajar y conocer una nueva cultura. Pero, además, ver cómo resolver situaciones diferentes porque estaba muy cómodo con mi rutina. Allí podía retarme a mí mismo: sin familia, sin amigos, sin idioma ni conocer la cultura. Pierdes la seguridad que tienes en tu vida. Es un viaje a lo desconocido”.

Sumergirse en la ciudad de la mano del turismo idiomático

Para que esto no sea una misión imposible y poder realmente “vivir la ciudad”, el turismo idiomático es una opción cada vez más elegida: en una encuesta realizada a alumnos que deciden realizar este tipo de experiencias, se encontró que “conocer gente, otras culturas, ponerse a reto al no tener amigos, familia y no conocer el lugar ni el idioma” es importante para el 50% de los encuestados.

Es que, sin dudas, aprender en una escuela de español resulta una buena oportunidad para poder enfrentar cualquier reto diario: desde pedir un plato de comida, tomar el subte, preguntar cómo llegar a un punto geográfico hasta pagar el supermercado o generar una charla casual; y así formar parte del 7,6% del mundo que se comunica en este idioma, que en los últimos tres años sumó unos tres millones más de hablantes. ¿Por qué Expanish es una referencia? Desde sus espacios -todos instagrameables- genera un vínculo con cada estudiante, a partir de un seguimiento personalizado. No es sólo una escuela, sino un espacio en el que cada uno es llamado y conocido por su nombre, intereses y objetivos. Avalada por organizaciones internacionales que acreditan su calidad académica, la escuela usa el “método comunicativo de aprendizaje”, que permite que los estudiantes aprendan la lengua hablando desde el primer momento. Esto garantiza una evolución rápida.

Pasar por la experiencia del turismo idiomático en Expanish es aprender a reconocer que uno es capaz de resolver situaciones, de vivir pequeños triunfos y mejorar el autoconocimiento y la confianza. “Fue como haber escalado Los Andes: tener una maravillosa vista desde ahí y lo único que tienes que hacer después de todo el esfuerzo es contemplar la hermosa vista. La vida cotidiana se convierte en un reto, pero lo haces paso a paso, son pequeñas victorias. Me esforcé, ahora comprendo la cultura y la disfruto a plenitud”, concluye Jonas.