La vuelta al mundo en 12 fotos (y 12 historias) que deja 2021

La vuelta al mundo en 12 fotos (y 12 historias) que deja 2021

El año ha dado para mucho, incluso para asaltos y volcanes que no entraban en las quinielas. Este es nuestro resumen.

2021 se acaba casi como empezó: con miedo, incertidumbre y hartazgo por la pandemia de coronavirus que ya ha cumplido su segundo aniversario en la Tierra; aunque ahora con vacunas... para la mayor parte del mundo rico.

El covid pujaba por convertirse en monotema un año más, pero los últimos 365 días han dado mucho más de sí en el mundo, desde la tumultuosa salida del presidente estadounidense Donald Trump en enero —con insurrección incluida— hasta la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, que en septiembre cambió la vida de los isleños.

Las quinielas para 2022 ya están abiertas. Aquí traemos un repaso de 2021 con doce fotos y doce historias para recordar:

  Seguidores de Donald Trump, incluido el conocido como 'Lobo de Yellowstone' (en el centro), irrumpen en el Capitolio el 6 de enero de 2021, mientras los congresistas se disponían a certificar la victoria de Joe Biden. SAUL LOEB via AFP via Getty Images

El último día de Reyes en Estados Unidos fue de todo menos apto para niños. Los señores —y alguna señora— que aparecen en la foto no eran magos de Oriente acudiendo a una suerte de portal ultranacionalista; eran seguidores radicales del presidente saliente, Donald Trump, que, alentados por este, decidieron asaltar la sede del Capitolio en Washington mientras se certificaba la victoria electoral del actual dirigente estadounidense, Joe Biden. Las hordas supremacistas y conspiranoicas pusieron en peligro a políticos, funcionarios y a toda una democracia, además de al resto del mundo en vilo. Todavía hoy se investiga el intento de golpe y la responsabilidad que tuvo Trump en ello. 

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  Una pareja se besa frente a una barricada ardiendo, tras los disturbios entre la Policía y los manifestantes que protestaban por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. En Barcelona, el 18 de febrero de 2021. Emilio Morenatti via AP

Ya poca gente lo recordará, pero febrero fue un mes caliente en España, tras el deshielo de Filomena. La chispa prendió en Barcelona, con las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél por injurias a la corona, que se extendieron por las principales ciudades del país en defensa de la libertad de expresión, ideológica y artística. El ambiente se caldeó después por el sur, en Linares, donde la paliza de dos policías a un padre y su hija hizo estallar la olla a presión que se cocinaba desde hace tiempo en este municipio jiennense.

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  Varias manifestantes tratan de derribar la valla que blinda el Palacio Nacional de México, durante la protesta del 8 de marzo de 2021 por el Día Internacional de la Mujer. PEDRO PARDO via AFP via Getty Images

Y México se levantó contra el machismo. El 8 de marzo de 2021, las mujeres de uno de los países con más casos de violencia de género en el mundo se alzaron en una protesta que ya es histórica. El Palacio Nacional, blindado con vallas para la ocasión, se convirtió en el escenario de movilizaciones y disturbios con la Policía. Miles de manifestantes llenaron el muro de nombres de mujeres víctimas de feminicidios, transformándolo así en un “muro de la memoria”... y de la vergüenza. 

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  Una mujer de la comunidad LGBTI se encara con un antidisturbios durante una protesta contra el Gobierno del colombiano Iván Duque, en Bogotá, en mayo de 2021.JUAN BARRETO via AFP via Getty Images

Lo que empezó el 28 de abril como una protesta contra la reforma fiscal del Gobierno del colombiano Iván Duque se convirtió en pocos días en un estallido social pocas veces visto en el país sudamericano, y en la mayor crisis a la que se enfrentaba Duque. Con epicentro en Cali, las movilizaciones se saldaron con la muerte de al menos 80 personas y centenares de heridos, entre críticas de las organizaciones internacionales por la represión y la violencia de las fuerzas de seguridad. En 2022, Colombia irá a las urnas.

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  Abrazo entre Luna y Abdou, a la llegada de este a las costas de Ceuta, cerca de la frontera entre España y Marruecos. El 8 de mayo de 2021.Bernat Armangue via AP

La foto del abrazo que dio la vuelta al mundo, que ablandó el corazón y desató la ira de la gente a partes (casi) iguales, eclipsaba, en el fondo, un drama mayor que no cesa: el de los migrantes que cruzan el Mediterráneo y mueren en el intento –945 en lo que va de año–, o el de los que sí consiguen llegar a Europa y se encuentran con concertinas o con devoluciones en caliente. La historia de Luna, la voluntaria de Cruz Roja que en ese momento hacía labores humanitarias en Ceuta, llegó a los oídos, ojos y dispositivos de toda España. De Abdou, en cambio, se supo mucho menos. 

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  Una pareja celebra el primer día sin mascarilla en exteriores en España desde que comenzó la pandemia. El 26 de junio de 2021, en la Puerta del Sol de Madrid.Manu Fernandez via AP

Con un lenguaje poético pocas veces visto en política, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunciaba el 21 de junio de 2021 que las mascarillas daban de nuevo paso “a las sonrisas”. Cinco días después, los cubrebocas dejaban de ser obligatorios en exteriores siempre que se pudiera guardar la distancia de seguridad. Eran momentos de optimismo en España, con la incidencia acumulada de covid por debajo de 100 casos por 100.000 y el plan de vacunación “como un tiro”, con ya casi la mitad de la población parcialmente inmunizada. Seis meses después, y contra todo pronóstico, el Gobierno anunciaba la vuelta a la mascarilla al aire libre.

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  La atleta estadounidense Simone Biles entrena en Tokio (Japón), en el contexto de los Juegos Olímpicos. El 22 de julio de 2021Ashley Landis via AP

Posiblemente Simone Biles ha hecho este año más por la salud mental que cualquier campaña gubernamental de concienciación. La gimnasta estadounidense, favorita en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, anunció in extremis que se retiraba de las finales por equipos, de salto y barras. “Tengo que concentrarme en mi salud mental. Eso es más importante ahora mismo que el deporte”, dijo. Biles rompía así uno de los grandes tabúes sociales —el de la salud mental y cómo su fragilidad puede afectar a cualquiera—, especialmente persistente en el mundo del deporte

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  Los talibanes entran al aeropuerto de Kabul, el 28 de agosto de 2021. WAKIL KOHSAR via AFP via Getty Images

Los primeros días de agosto fueron un goteo constante. Los nombres de ciudades y regiones afganas aparecían sin cesar en los telediarios con la noticia de que habían caído en manos de los talibanes. Aybak, Ghazni, Logar, Uruzgan, Kandahar… mientras tanto, el mundo mantenía la calma, aparentemente. El 15 de agosto, cuando cayó Kabul, el panorama internacional cambió por completo. Los países occidentales —incluido España— se apresuraron a sacar a sus tropas y a sus colaboradores, en medio del caos que se había apoderado del país y del aeropuerto. Los talibanes prometieron una amnistía y un aperturismo que no parecen estar cumpliendo. Pero Occidente ha vuelto a su calma, es decir, a cerrar sus ojos ante las atrocidades. 

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  Un bombero se apoya sobre el memorial a las víctimas de los ataques terroristas del 11-S, en el 20 aniversario de la masacre. John Minchillo via AP

Veinte años de aquel estallido, de aquel miedo, de aquel pánico ensordecedor, de aquella incertidumbre, de aquellos recuerdos que, todavía hoy, guarda cualquiera que viera aquellas imágenes de las Torres Gemelas colapsando, ya fuera en vivo y en directo o a miles de kilómetros de distancia, desde su televisor. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 acabaron con la vida de más de 3.000 personas, en el mayor ataque terrorista a la mayor potencia mundial. Ese día empezaba también la llamada guerra contra el terrorismo.

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  Una vivienda cubierta por las cenizas del volcán de La Palma, el 30 de octubre de 2021.  AP Photo/Emilio Morenatti

En un año marcado por historias e imágenes distópicas no podía faltar el estallido de un volcán. En este caso, el de Cumbre Vieja, en La Palma. Con la primera erupción el 19 de septiembre, el volcán ha estado tres meses escupiendo lava, ceniza y gases. Si en algún momento se presentó como un espectáculo visual que merecía la pena disfrutar, el discurso adquirió rápidamente un tono trágico: más de 2.000 personas han perdido sus viviendas y otras 5.000 han sido evacuadas. El 25 de diciembre, después de diez días de inactividad, la erupción se dio por finalizada, haciendo a los palmeros el mejor regalo de Navidad posible.

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  Un hombre desinfecta una pared ante la expansión del coronavirus en Harare (Zimbabue) el 29 de noviembre de 2021.Tsvangirayi Mukwazhi via AP

Y cuando parecía que lo peor (del año y de la pandemia) ya había pasado y el mundo se disponía a prepararse para las navidades, el coronavirus volvió a ponerlo todo patas arriba. Ómicron, la nueva variante aparecida en el cono sur de África —una de las regiones con menos acceso a vacunas del mundo—, traía nuevas incertidumbres, nuevas restricciones y nuevos contagios. Europa ya estaba, de por sí, inmersa en una nueva ola imparable que ómicron no ha hecho más que acelerar y agrandar. España tampoco se libra, por muy alta cobertura vacunal que tenga. 

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  La ya ex canciller alemana Angela Merkel se despide del actual canciller, Olaf Scholz, tras la toma de posesión de este último, el 8 de diciembre de 2021, en Berlín. Markus Schreiber via AP

Frau Merkel dijo adiós, 16 años después. La despedida de Angela Merkel como canciller alemana, que deja paso a una coalición progresista, unió a todo el arco político —salvo a la ultraderecha— en su reconocimiento a esta líder. Con sus luces y sus sombras, Merkel se fue el pasado 8 de diciembre como llegó: con humildad, discreción y un punto de extravagancia. Sin ella al frente, queda vacío el ‘sillón de mando’ de la Unión Europea, que el francés Emmanuel Macron ansía heredar.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es