Una conversación global sobre los menús escolares

Una conversación global sobre los menús escolares

¿Es la generación de los adolescentes una causa perdida en la lucha contra la obesidad? Nos hemos propuesto averiguar cómo comen nuestros jóvenes en los colegios públicos de EE.UU., Reino Unido, Canadá, Francia, España e Italia.

Mmmmm... sabrosos Tettrazzini de pavo (un guiso de carne, setas, verduras y nata), bañados en un mejunje de color marrón. ¿Cómo puede nadie olvidar la comida del instituto? ¿Han mejorado las cosas desde que terminé el bachillerato, hace 24 años? Y, en estos momentos en los que en Estados Unidos se está debatiendo -nada menos que en el Congreso- sobre lo que comen nuestros hijos en el colegio, ¿comen mejor los estudiantes en otras democracias occidentales?

En un estudio para The Huffington Post, mi empresa de investigación de datos, The RIWI Corporation, se propuso averiguar exactamente cómo podían compararse las comidas de los colegios públicos en seis países en los que HuffPost tiene ediciones: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, España e Italia. Sobre todo, queríamos descubrir qué piensan los alumnos de su comida, desde el punto de vista del sabor y desde el punto de vista de la salud.

Nuestro estudio entrevistó a 9.532 estudiantes con recuerdos cercanos de la comida del instituto (con un peso desproporcionado de los alumnos de instituto y jóvenes que hubieran terminado el bachillerato hace poco), repartidos por igual entre hombres y mujeres. El resultado, el Índice de Comidas de Instituto de HuffPost, es el primer sondeo mundial de este tipo sobre el tema.

Lo que más me ha interesado de nuestros hallazgos es la falta de toda correlación estadística entre lo horribles que nuestros encuestados consideran las comidas del instituto y lo sabrosas que esos mismos encuestados consideran esas mismas comidas. Un descubrimiento es que la comida de instituto no es algo de lo que los estudiantes, actuales o recientes, tengan buena opinión, y las diferencias entre unos países y otros son mínimas a este respecto. A continuación hay varias conclusiones generales y algunos aspectos metodológicos, pero antes examinemos la cuestión: ¿por qué, al comparar resultados individuales de los entrevistados -como se necesita hacer en muchas pruebas estadísticas-, no existe ninguna correlación entre la percepción de que una comida de instituto es saludable y la percepción de que está rica?

Para ayudarme a entenderlo, pregunté a una de las principales autoridades mundiales en obesidad, el doctor Arya Sharma, catedrático de medicina y director de la cátedra de Investigaciones y Gestión de la Obesidad en la Universidad de Alberta (Canadá). Nuestros hallazgos no le sorprendieron en absoluto. Su respuesta fue la siguiente:

"Si consiguiéramos hacer que la comida sana supiera mejor, costara menos y fuera más cómoda de consumir, eso es lo que comería todo el mundo. La gente decide qué comer basándose en el sabor, el coste y la comodidad. Para hacer que la comida sana esté rica hace falta saber cocinar; es difícil superar el sabor de las grasas, el azúcar y la sal (y la textura crujiente de algo rebozado y frito). Los ingredientes frescos y saludables son caros. No hay nada más cómodo que comer un sándwich o una hamburguesa a toda prisa. Comer sano exige más tiempo (hacer la compra, limpiar, cocinar, masticar) y más dinero (que tenemos pero no queremos gastar en comida). Es cuestión de cultura y valores, y si se añade una dosis de biología evolutiva, ya está: se obtiene exactamente lo que tenemos ahora".

En definitiva: ¿Es la generación de los adolescentes una causa perdida en la lucha contra la obesidad? El mero hecho de iniciar una conversación de alcance mundial nos ayudará a empezar a encontrar soluciones mundiales a una de las crisis sanitarias más graves que afronta el planeta. Los políticos y los nutricionistas escolares de Estados Unidos pueden aprender mucho de lo que están haciendo sus homólogos de otras democracias para combatir los hábitos alimentarios poco saludables de nuestros hijos, y viceversa.

He aquí las principales conclusiones del Índice de Comidas de Instituto:

  • En Estados Unidos los entrevistados dijeron que las comidas de instituto eran horribles tanto en sabor como desde el punto de vista de la salud (en cuanto a la salud, el 25% dijo que las comidas eran "horribles"; en sabor, dijo que eran "horribles" el 27%) ¡Puaj!
  • En Canadá, tanto desde el punto de vista del sabor como desde el punto de vista de la salud, las cosas parecen algo más positivas. Solo el 17% dijo que las comidas de instituto eran horribles para la salud; el 16% dijo que tenían un sabor terrible. Ahora, para poner esto en perspectiva, no sé cómo de buena calificaría mi clase, en la que un 16-17% recibió un suspenso.
  • Italia parece muy similar a Canadá en sabor y en salud: el 19% dijo que las comidas de instituto eran horribles para la salud, y el 17% dijo que eran terribles en sabor.
  • Francia parece estar más o menos en estos niveles, tanto en sabor como en salud; el 16% considera la comida horrible para la salud, y la misma proporción (16%9 considera horrible el sabor.
  • España es similar en sabor y en salud: el 16% cree que la comida es horrible para la salud, y el 15% (¡la cifra más baja!) que las comidas tienen un gusto horrible.
  • Gran Bretaña, pese a la anorme atención que prestan los medios de comunicación y los cocineros famosos (como Jamie Oliver) a la necesidad de que las comidas de los institutos sean más sanas, está mucho más cerca de Estados Unidos que de Canadá y los demás países investigados: el 21% cree que las comidas de instituto en el Reino Unido son terribles para la salud, y el 24% dice que tienen un sabor horrible.

En Estados Unidos, como es natural, hay ciertas variaciones según la región:

  • Medio oeste: la puntuación media de las comidas de instituto desde el punto de vista de la salud es de -0,61, y desde el punto de vista del sabor, de -0,66. La máxima puntuación posible es 2 (ver el proceso de puntuación más abajo).
  • Nordeste: La puntuación media en salud es -0,39 y en sabor es -0,43.
  • Sur: La puntuación media de las comidas de instituto en salud es -0,51 y en sabor es -0,59.
  • Oeste: La puntuación media en salud es -0,38 y en sabor es -0,37.

Las puntuaciones para cada una de las áreas mencionadas de Estados Unidos se calcularon basadas en las puntuaciones medias dadas por los entrevistados en los estados incluidas en cada zona. Una respuesta de horrible = -2, malo = -1, OK = 0, bueno = 1, excelente = 2.

En resumen, da la impresión de que ninguno de estos países ofrece comidas sanas y que gusten, al menos desde el punto de vista del alumno.

Vamos a hablar de ello.

Notas sobre la Metodología de Captura de Datos de RIWI Corporation:

En los seis países, todas las conclusiones reflejan la población internauta en cada país más menos 2,5%, 19 de cada 20 veces. Estos datos -respondieron casi 10.000 estudiantes de un total de seis países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España, Italia y Francia)- los estudió RIWI Corporation, una empresa privada basada en mis patentes originales y mi labor académica en vigilancia de pandemias y supervición de seguridad de las vacunas en todo el mundo por encargo del Gobierno. RIWI [=Real-Time-Interactive-Worldwide-Intelligence] está adquiriendo prestigio como una de las principales empresas en el campo de los "datos inteligentes", un enfoque único, evaluado por profesionales y patentado de la recogida de percepciones de los consumidores en todas las regiones del mundo las 24 horas del día. En la última publicación de RIWI, Smarter Data: Eliciting Insights from the Cloud (Datos más inteligentes: extraer conclusiones de la nube), en colaboración con el gigante financiero asiático CLSA, el experto analista informático y de tecnología de CLSA Ed McGuire señala en el prefacio que "el peculiar y exclusivo enfoque de RIWI abre la puerta a poder descubrir unos conocimientos hasta ahora inaccesibles sobre las preferencias y el comportamiento de los consumidores".

Porcentajes de respuesta por países*

  • Estados Unidos: 80,8% [53% mujeres; 47% hombres]
  • España: 59,4% [41% mujeres; 59% hombres]
  • Italia: 58,4% [39% mujeres; 61% hombres]
  • Francia: 70,5% [44% mujeres; 56% hombres]
  • Reino Unido: 75,7% [48% mujeres; 52% hombres]
  • Canadá: 72.3% [48% mujeres; 52% hombres]

*Los porcentajes de respuesta se calculan basándose en el porcentaje de entrevistados con internet y no incentivados que respondieron a cualquier pregunta de valor (por ejemplo, la edad) y respondieron a todas las preguntas.

Los enlaces a la metodología de captura de datos mundiales de RIWI Corporation -que no utiliza "panelistas" seleccionados e incentivados, no entresaca "conclusiones" de lo que la gente escribe en internet y no captura los llamados grandes datos, están aquí y aquí. En resumen, la metodología patentada y evaluada de RIWI permite, sin dañar la privacidad, capturar las respuestas de un grupo representativo de usuarios de internet no incentivados en 193 países, en función de la frecuencia de uso de internet en cuaquier población concreta. Las reivindicaciones de la patente y el software de RIWI Corporation dan asimismo a RIWI la capacidad de geolocalizar hasta un nivel inferior a la ciudad.