Las artistas afganas que se enfrentaron a los talibanes

Las artistas afganas que se enfrentaron a los talibanes

"El futuro de las mujeres y niñas de Afganistán es responsabilidad global, borrarlas de las calles es borrarnos a todas".

Shamsia Hassani

Decía Audre Lorde que ninguna mujer sería verdaderamente libre hasta que todas las mujeres no estuvieran sometidas. Esta frase suena como un eco estos días de noticias sin descanso sobre cómo los talibanes han tomado Afganistán.

La historia del país, para quien no la conozca, pasa por colonialismo, invasiones por intereses capitalistas e intervencionismo continuo; pero también por la fuerza y resistencia de sus mujeres: desde 1964 celebran el 8 de marzo y la etapa de mayor libertad para las mujeres, incluido el establecimiento de la República Democrática de Afganistán, supuso su acceso a educación superior y desempeño de labores profesionales en todos los campos. En esta cronología Nazanín Armanian lo relata mucho mejor.

Las feministas de todo el planeta presenciamos, con el corazón encogido y a través de los medios de comunicación y las redes sociales, el avance imparable del régimen talibán y lo que conlleva: integrismo, reacción, violencia machista. Las imágenes, siempre reflejo de lo que las ideas manifiestan, muestran ya el ocultamiento y borrado de las mujeres en las calles de Kabul. Vídeos y fotos de mujeres huyendo, de niñas que volverán a hacerse pasar por niños para no ser abusadas sexualmente y convertidas en esclavas de los talibanes: 

En medio de la sinrazón, el curador Omaid H. Sharifi comparte un vídeo desde su galería de arte ArtLords en Kabul, como último rayo de esperanza ante la barbarie:

El arte se reivindica como herramienta de resistencia, celebrando el Día Internacional de la Juventud con alumnas y alumnos pintando en las calles de Kabul mientras el integrismo avanza:

Decía Gabriel Celaya que la poesía era un arma cargada de futuro; con esta pequeña recopilación de mujeres artistas de Afganistán se busca remover las conciencias de quienes, pudiendo hacer algo por ellas, no hacen nada. El futuro de las mujeres y niñas de Afganistán es responsabilidad global, borrarlas de las calles es borrarnos a todas, condenarnos a representar el eterno estereotipo sexista del pecado. Para no dejar que nos borren, nombrémoslas a todas, difundamos sus trabajos, hagámoslas virales contra la sinrazón patriarcal. Estas son sólo algunas de las valientes artistas que han desafiado al patriarcado más extremo en Afganistán. 

Abarzanan

El 8 de marzo de 2019 y 2020 se celebraban las exposiciones “Abarzanan” (Súper mujeres) bajo el impulso de la fotógrafa Rada Akbar, dos exposiciones colectivas con mujeres de Afganistán, Irán, Pakistán y otras partes del mundo, reivindicando a las pioneras de todos estos lugares. Una de las obras, por ejemplo, rememoraba la figura de Rokhshana, una joven de 19 años de Ghor que fue secuestrada y apedreada hasta la muerte en octubre de 2015.

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Lida Abdul

Nacida en 1979 en Kabul, Abdul trabaja performance y vídeo. Huyó a la India, Alemania y Estados Unidos tras la invasión soviética de Afganistán, por lo que ha definido su trabajo como “nómada artística”. Sus obras se mueven en una estética abstracta y de ensoñación y utiliza técnicas cinematográficas para hablar de temas como la esperanza, el progreso, el futuro en un país devastado y el conflicto familiar/personal. El cuerpo, el nomadismo y el desplazamiento (que ella misma vivió), la destrucción y la identidad son cuestiones que Abdul también aborda en su trabajo.

  Lida Abdul, White House, 2005LIDA ABDUL

Shamsia Hassani

Shamsia Hassani (1988) nació en Teherán (Irán) de padres originarios de Kandahar, huidos durante la guerra. Hassani es una de las primeras grafiteras de Afganistán. A través de sus obras Shamsia retrata a las mujeres afganas en una sociedad dominada por los hombres. 

Sus obras dan a las mujeres afganas un rostro diferente, un rostro con poder, ambiciones y voluntad de futuro. El personaje de la mujer que utiliza retrata a un ser humano orgulloso, poderoso y que puede aportar el cambio. Durante la última década de la posguerra en Afganistán, las obras de Shamsia han significado color y han puesto en valor a todas las mujeres del país. “El arte cambia la mente de la gente y la gente cambia el mundo”, es su lema.

  Shamsia Hassani
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Malina Suliman

Nacida en 1990 en Kabul, Suliman es pintora, escultora y graffitera. De pequeña tuvo que trasladarse de su lugar de nacimiento a Kandahar huyendo de los talibanes. Suliman desafía la cultura patriarcal musulmana, especialmente el burka, al que denomina “una forma de control bajo la falsa idea de respeto. Cada religión le da un nombre diferente al burka pero en realidad solo sirve para controlar a las mujeres y mantenerlas encerradas”. Como consecuencia de su posicionamiento claro ha tenido que abandonar Kandahar e irse a vivir a Mumbai (India) por amenazas contra su vida y la de su familia por parte de los talibanes (que consideran que su trabajo incita a “adorar ídolos”). También ha sido apedreada mientras pintaba. No sólo los talibanes, su propia familia la encerró durante casi un año para evitar que siguiera pintando, alegando sentir vergüenza de sus obras. 

Una de las que más críticas recibió fue un esqueleto portando un burka; Suliman se defiende: “es un autorretrato”. Una imagen de cómo la han hecho sentir en sus poco más de 30 años.

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Kubra Khademi

Artista de performance nacida en Kabul en 1989, tuvo que huir a Pakistán durante la guerra aunque más tarde volvería para estudiar Bellas Artes en la Universidad de Kabul. Una de sus obras más conocidas es “Armadura” (2015), en la que Khademi pasea por las calles de Kabul con una armadura de metal a la medida exacta de su cuerpo, enfatizando sus pechos, nalgas e ingles. Bajo la armadura lleva puesto el hijab tradicional, en una performance que denuncia la continua violencia sexual sufrida por las mujeres afganas, incluso por miembros de su familia. Una armadura para protegerlas. Aunque la performance tenía una duración inicial de 20 minutos, a los 8 minutos tuvo que cancelarla por los ataques que recibió. Tras esta performance se vio obligada a exiliarse en Francia.

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