Las claves de la semana: Los conversos del "madinismo.com"

Las claves de la semana: Los conversos del "madinismo.com"

La semana que acaba obliga a un repaso de todos los neófitos del madinismo.com, que son muchos. Zapatero, Bono, Blanco, Chacón, Ximo Puig, Carmona, Gómez.. y la mismísima Susana Diaz. Casi dos años ha tardado la 'reina de sur' en glosar con entusiasmo las aptitudes del vasco. Y es tan extremo el ahora sobrevenido elogio de quienes participaron activamente en la derrota de Madina frente a Sánchez en 2014 que al escucharles uno diría que no hubo más y mejor socialista en España desde Largo Caballero.

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"Si queremos ganar el 26-J pongamos a los que pueden sumar más. Eduardo Madina debe ir de número 3 por Madrid". La frase que ha puesto la guinda a la semana socialista no es de Javier Fernández, ni de Guillermo Fernández Vara, ni de Elena Valenciano, ni de Alfredo Pérez Rubalcaba por citar los cuatro y casi únicos dirigentes socialistas que apoyaron al ex diputado vasco en su batalla frente a Pedro Sánchez por la secretaría general del partido en junio de 2014.

La coalición de "enemigos íntimos" liderada por Díaz

Ni de 7, ni de 5, ni de 3... Madina hubiera ido de número uno al Congreso en las elecciones del 20-D de no haberse tejido la coalición de "enemigos íntimos" que lideró Susana Díaz, y prestó apoyo orgánico, logístico y, en algunos casos, hasta económico a la candidatura de Sanchez en 2014.

Pero, asómbrense, si aún conservan la capacidad de sorpresa para este PSOE, porque el entrecomillado que reclama el puesto 3 de la plancha de Madrid es de Antonio Miguel Carmona, quien fuera mano derecha del defenestrado Tomás Gomez, uno de los entonces gerifaltes territoriales que se conjuraron para que Madina perdiera el congreso federal de aquél año. Y no porque ninguno de ellos viera cualidades ni brillantez en un Sánchez entonces desconocido, sino porque el vasco cometió la osadía de exigir "un militante un voto" para la elección directa del secretario general con lo que cortocircuitó las aspiraciones de la presidenta de Andalucía de ser aclamada en un congreso cerrado.

Nada como la fe del converso, que ya saben que es la de aquel que cambia de opinión por el motivo que sea y adopta posiciones contrarias llevándolas al extremo y hasta el ridículo. Pues a lo extravagante lo han llevado porque de la facción crítica del PSM salió ayer la campaña con el hashtag #MadinaAlCongreso, que se promovió en las redes sociales, y también la recogida de firmas en change.org con el mismo reclamo. En la organización de peticiones online hay campañas para lograr la gratuidad de los libros de textos, conseguir determinados tratamientos farmacológicos para gente sin recursos o paralizar desahucios... y para que Madina ocupe un escaño en el Congreso.

Ironías aparte, la semana que acaba obliga a un repaso de todos los neófitos del madinismo.com, que son muchos. Zapatero, Bono, Blanco, Chacón, Ximo Puig, Carmona, Gómez.. y la mismísima Susana Diaz. Casi dos años ha tardado la 'reina de sur' en glosar con entusiasmo las aptitudes del vasco («No existen muchas personas que gocen de reconocimiento interno y externo de Eduardo. Se le quiere dentro del PSOE pero igual o más, fuera. Y yo voy a colaborar porque quiero que esté dentro del Parlamento»). E ídem todos los mencionados que, de un modo u otro, han reconocido en el último año haber errado en su elección de 2014. Es tan extremo el ahora sobrevenido elogio de quienes participaron activamente en la derrota antaño de Madina que al escucharles uno diría que no hubo más y mejor socialista en España desde Largo Caballero. Pero el apoyo del perdedor del congreso de 2014 no está en los cuadros sino en las bases y en un amplio sector del electorado urbano y joven que en diciembre buscó refugio en Podemos.

La solución a un PSOE en liquidación y ruina

Es probable que Díaz desee de buena fe que el vasco entre en el nuevo Parlamento y que desee para él un puesto seguro de salida en la candidatura de Madrid en lugar del fallido 7 que ocupó en diciembre y le dejó sin escaño. Lo que no está tan claro es que a la presidenta de la Junta de Andalucía le haga gracia alguna que otros socialistas crean que Eduardo Madina sigue siendo la solución a un PSOE en liquidación y ruina, y no ella que ha sufrido un severo desgaste público en el último año. Tanto es así que cuentan en los cenáculos socialistas que Díaz temió seriamente que el exsecretario general del Grupo Socialista en el Congreso se presentara -como le pidieron Zapatero, Bono y hasta Chacón- a las primarias para el cartel del 26-J y volviera a cerrarle el paso a la de Triana.

La llamada de Luena a Madina

El caso es que todos ellos han iniciado una campaña en favor del vizcaíno, que estos días reflexiona sobre su futuro inmediato. César Luena, y no Sánchez, le telefoneó el jueves para preguntarle si estaba dispuesto a ayudar al PSOE en la próxima campaña. La respuesta fue afirmativa para colaborar con el partido, lo que no quiere decir que aceptara ya, como ha trasladado Ferraz, ocupar el número 7 de la candidatura por Madrid. Lo decidirá en los próximos días.

Y la decisión última no es baladí para los "sanchistas", que han asistido perplejos a la estampida que inició Carme Chacón con su renuncia a encabezar la lista de Barcelona y siguió Irene Lozano al anunciar su deseo de no repetir en la plancha de Madrid. Si Madina, que cuenta con un amplio apoyo entre la militancia, decidiera también abandonar la política, el desgaste para los "sanchistas" sería mayor.

El vasco, que perdió frente al actual secretario general con un 40 por ciento del apoyo de las bases, no es Chacón, cuya enésima retirada táctica de la primera línea ha causado más frío que calor después del malestar que generó entre sus compañeros del PSC la forma en que impuso los nombres de quienes le acompañaron en su candidatura el 20-D, y el veto a la presencia de Pere Navarro, exprimer secretario de los socialistas catalanes.

Chacón, "la Esperanza Aguirre del PSOE"

Los motivos esgrimidos por Chacón para su retirada hay que buscarlos, pues, en su negativa a competir en unas primarias para encabezar la candidatura por la Ciudad Condal, como ha sugerido el propio Miquel Iceta. Sin embargo el relato público, medido y esperpéntico de la catalana deslizó "motivos políticos" con intención de trasladar discrepancias con la dirección federal que, sin embargo, no abandona.

La exministra de Defensa, que fue "susanista", "sanchista" y ahora "madinista", ya es conocida por sus correligionarios como la "Esperanza Aguirre del PSOE" por su afición a notificar con toda solemnidad su retirada de la política, no marcharse definitivamente nunca y no percatarse de que su tiempo ha pasado. Volvió tras aquella compungida intervención en la que anunció que no competería en unas primarias frente a Rubalcaba en 2011 y regresó de su viaje de ida y vuelta a Miami.

Irene Lozano, más estrellada que estrella

En lo que no hay cálculo ni táctica es en el fichaje, más estrellado que estrella, de Irene Lozano, la tránsfuga de UPyD que acompañó a Sánchez de número cuatro. Su salida tiene que ver, más que con una oferta profesional como ha dicho, con la animadversión y el rechazo de la inmensa mayoría de los socialistas, que no vieron jamás con buenos ojos la apuesta de su secretario general por alguien que había vilipendiado al PSOE de forma virulenta en sus años de diputada magenta.

Sánchez busca otro número 2

La salida de Lozano abre espacio en las listas para el regreso de Luz Rodríguez, que tuvo que ser desplazada a la plancha de Guadalajara en diciembre, o para la ex diputada por Madrid Ángeles Alvarez, que no logró escaño. El caso es que Pedro Sánchez, que pensaba no modificar las candidaturas, tendrá que hacer ajustes de forma obligada. Su número dos, que en diciembre fue Meritxel Battet, está vacante, después de que la catalana se haya visto forzada a competir sin ninguna gana en las primarias para la candidatura de Barcelona tras la retirada de Chacón. Y en Ferraz ya han puesto la máquina de ocurrencias en on.

Los barones plantan a Sánchez

Todo en una semana en la que el Congreso echó el cierre a la legislatura más corta de la historia y para Sánchez acabó, además de con su sueño de ocupar La Moncloa, con un intento fallido de reunir a los barones del PSOE anoche en una cena informal. El abultado número de bajas anunciadas obligó a cancelar una cita con la que el secretario general pretendía tender puentes con el poder territorial. Demasiado tarde, quizá.