Black Lives Matter, violencia racial y Trump: el peligroso combo para las elecciones en EEUU

Black Lives Matter, violencia racial y Trump: el peligroso combo para las elecciones en EEUU

Las calles de algunas ciudades se han convertido en campos de batalla.

Protesta antirracista contra la violencia policial en Washington (Estados Unidos) Probal Rashid via Getty Images

George Floyd y Jacob Blake están siendo dos de los nombres más escuchados en la carrera presidencial en Estados Unidos. Y no precisamente porque sean candidatos. El primero no estará para ver cómo ha marcado el ritmo de los acontecimientos, ya que el 25 de mayo murió asfixiado en Mineápolis por un policía que se arrodilló sobre su cuello en un arresto. El segundo lucha estos días contra la muerte esposado a la cama de un hospital —a pesar de no poder andar— tras ser abatido a tiros por otros agentes en presencia de sus hijos. Ambos tienen algo en común: son afroamericanos y forman parte de los incontables ejemplos de racismo estructural que hay en el país.

La muerte de George Floyd mientras pedía ayuda y repetía una y otra vez que no podía respirar fue la el desencadenante de las protestas más masivas en el país desde los años 60, salpicadas por algunos altercados violentos que han vuelto a encenderse sólo tres meses después con los disparos a quemarropa a Jacob Blake. Este verano ha habido casi 11.000 manifestaciones en el país y la policía ha intervenido en unas 725 de ellas, según los últimos datos de US Crisis Monitor. Aunque la mayoría de las protestas no son violentas, la última semana han muerto al menos cuatro personas. La policía ha reprimido varias de las concentraciones con gases lacrimógenos, golpes a manifestantes o balas de goma.

Las líneas divisorias cada vez están más marcadas en el país y las protestas y la respuesta a las mismas cada vez más violentas, llegando a parecer las calles de algunas ciudades campos de batalla. El presidente Trump agita estas protestas con declaraciones incendiaras y provocadoras. La tensión es tal que la situación tiene rasgos de confrontación civil.

De hecho, la policía y la Guardia Nacional no son los únicos actores. También grupos no gubernamentales de extrema derecha —algunos vinculados a supremacistas blancos y el Ku Klux Klan— que actúan por su propia cuenta contra los manifestantes citándose por internet y animándose unos a otros a ir armados. Estos grupos extremistas han organizado alrededor de 400 manifestaciones contra el movimiento ‘Black Lives Matter’ (‘Las vidas negras importan’) con el lema ‘Blue Lives Matter’, utilizado también en algunos mítines de Trump y que se refiere a la vida de los policías.

De hecho, el martes pasado un joven de 17 años que marchaba con un grupo local de vigilantes armados, presuntamente disparó y mató a dos manifestantes antirracistas e hirió gravemente a otro. El sábado, un miembro del grupo de extrema derecha Patriot Prayer, conocido por atacar violentamente a izquierdistas en el noroeste de Estados Unidos, fue asesinado a tiros durante una manifestación a favor de Trump en Portland. Este miércoles, la Policía de Los Ángeles mató a otro hombre negro por una infracción en bicicleta. 

  Protestas en junio en Mineápolis. Ringo Chiu / reuters

“Tenemos todas las piezas para que haya una tormenta perfecta, por decirlo de alguna forma, a medida que nos acercamos más a las elecciones”, ha asegurado el doctor Roudabeh Kishi, director de investigación e innovación del centro de datos US Crisis Monitor, a los compañeros de The HuffPost. Se trata de un momento de crispación en el país a sólo dos meses de unos comicios en los que aún no hay nada decidido y en los que los negros representan alrededor de un 12,5% del electorado.

“Las próximas semanas van a ser una especie de seguimiento real de cómo evoluciona todo”, asegura el politólogo Jorge Galindo a El HuffPost. “Lo que importa son un puñado de votos de los estados que votaron a Obama y después a Trump”, explica el experto. En 2016, la elección se decidió por 200.000 votantes en cuatro estados, por lo que “es muy difícil de calibrar”.

Por su parte, José Antonio Gurpegui, investigador principal del Instituto Franklin-UAH, cree que se utilizará mucho esta cuestión en campaña, aunque “no sabe” hasta qué punto pueden afectar finalmente en las elecciones.

El ‘ley y orden’ de Trump

“Nadie sabe qué va a hacer Donald Trump y de qué es capaz”, explica Galindo. El presidente se ha apropiado del famoso lema ‘ley y orden’ (law and order) y ha aprovechado las protestas para hacerlo un pilar central de su campaña. Ha arremetido y criminalizado sin distinciones al grupo Antifa y el movimiento Black Lives Matter y aún no ha condenado los asesinatos de Kenosha.

Una parte de los swing voters (aquellos ciudadanos cuyo voto oscila entre un partido y otro) en los estados clave son población blanca sin estudios universitarios. “Es la gente que en principio es más cercana a las posiciones de ley y orden, con algo de racismo implícito o actitudes racistas”, asegura Galindo. Los sectores anti-Trump del Partido Republicano temen que las protestas “polaricen demasiado” y esto ayude “a que Trump movilice este voto a su favor”, explica el politólogo.

Gurpegui coincide con esta tesis: “Trump lanza un mensaje de ley y orden para reforzar el voto que ya tenía, por lo que las protestas podrían revalidar su voto y este discurso”.

Joe Biden, un candidato entre medias

Joe Biden es un “buen candidato para el voto afroamericano”, dice Galindo. La elección de Kamala Harris, primera mujer negra en postular a la vicepresidencia, “ha sido un gesto con las etnias minoritarias”, añade Gurpetegui.

“Son candidatos caleidoscópicos. Kamala es de las que más  a la izquierda ha votado en el Senado, pero también tiene un pasado como fiscal general relacionado con esa parte de ley y orden”. Se trata de candidatos con “muchos ángulos” y “es posible que cualquier tipo de votante, más o menos moderado, les vea cercanos a su posición”.

Pero también llegan a otro electorado. “A Biden, las protestas le pueden venir mejor porque moviliza al votante demócrata de izquierdas que votaba a Sanders y que en 2016 no pudo movilizar Clinton. Personas que votan para echar a Trump”, explica Gurpegui.

¿Un momento histórico en EEUU?

Más allá de cómo pueda afectar a las elecciones, habrá que observar qué pasa los próximos meses en Estados Unidos y “si estamos en un momento como el de los Derechos Civiles de los 60 en el que quedó claro que si no estabas en el lado correcto de la historia lo estabas del incorrecto”, explica Galindo. “Porque puede ser así y entonces todo esto de las elecciones da igual”, añade. Si esto se decanta con un “viraje paulatino pero constante o en lugar de mantenerse la polarización y acabásemos con una especie de norma social, como en los años 60, con un nuevo aparato legislativo, la cuestión electoral no importa”, asegura.

Eso sí, lo que pase en las elecciones podría ser un indicador de esto. “Si a Trump le va fatal y se la pega porque se queda mucho votante en casa, es una pista de que estamos en un momento con más calado”, añade Galindo.

Según las encuestas recogidas por la BBC,  en las últimas semanas Biden se ha mantenido en torno al 50% y ha llegado a tener una ventaja de 10 puntos en algunos momentos, pero Trump ha recuperado terreno recientemente. Los expertos coinciden en que la situación de las protestas podría intensificarse durante y volverse más violenta según se acerquen estos comicios en los que aún no hay nada decidido.