Las siete ciudades europeas más verdes (y una es española)

Las siete ciudades europeas más verdes (y una es española)

Son varias las ciudades que han conseguido mejorar su entorno y la calidad de vida de sus vecinos, animándoles a practicar una forma de vida más saludable, auténtica, en el que el disfrute de las zonas verdes y los paseos en la naturaleza forma parte del día a día.

Cada viernes, millones de jóvenes de todo el mundo se manifiestan en favor del medioambiente, clamando a gobiernos e instituciones mundiales políticas que ayuden a proteger el planeta, tratando de evitar la condena a la que parece le llevamos si seguimos así. Son los llamados Fridays For Future.

Vivimos un momento histórico en este sentido: o ahora o nunca. Y parece que, poco a poco, las cosas empiezan a marchar.

En el caso de Europa, son varias las ciudades y capitales que llevan unos años apostando por políticas sostenibles y por una planificación y ordenación urbana más verde y ecológica. Han reducido las emisiones de CO2 incentivando el uso de medios de transporte no contaminantes; han invertido en la gestión y reciclaje de los residuos; han ampliado el número de espacios verdes...

Así, han conseguido mejorar su entorno urbano y la calidad de vida de sus vecinos, animándoles a practicar una forma de vida más saludable, auténtica, en el que el disfrute de las zonas verdes y los paseos en la naturaleza forma parte del día a día, muy de acuerdo con la filosofía que inspira la línea de bebidas Honest.

Honest es una marca de bebidas ecológicas que promueve un estilo de vida responsable contigo mismo y con el entorno que te rodea. Iniciativas como moverte en bici, el reciclaje, el consumo responsable o la reutilización son parte de su filosofía de vida: el #modohonest. Y tú, ¿ya lo has probado?

Precisamente, en esta línea vienen trabajando en estos últimos años las que han sido elegidas Capital Verde Europea por la Comisión Europea, reconociendo así su empeño en ocuparse por el medioambiente y el entorno vital de sus habitantes

OSLO

  OsloGETTY IMAGES

Es la actual Capital Verde Europea. La ciudad noruega, además de ser uno de los lugares más felices del mundo, es uno de los mejores ejemplos de ciudad bien gestionada desde el punto de vista medioambiental.

Oslo ha resultado ser todo un modelo de eficiencia energética, en un país en el que el gris y el frío exigen un alto consumo de electricidad. En este sentido, la energía solar y la reutilización de estructuras y materiales son los dos pilares en los que se apoya este ahorro.

Además, la capital noruega se ha propuesto reducir la contaminación atmosférica a la mitad y ha puesto en marcha un ambicioso plan turístico sostenible.

VITORIA

  Vitoria

Hace más de una década que la capital alavesa apostó por ser una ciudad verde, una ciudad orgullosa de su historia, cómoda para sus vecinos y sostenible. 

El resultado de todo esto se puede visitar y pasear hoy: exhibe un cuidado y rico patrimonio, es la ciudad española con más espacios verdes y ha conseguido reducir sus emisiones gracias a un transporte público más verde y a construcciones más eficientes desde un punto de vista energético. 

Además de ser declarada Capital Verde Europea en 2012, también fue reconocida como Ciudad Verde Global por la Global Forum on Human Settlements, auspiciada por la ONU.

COPENHAGE

  Copenhage

Esta es una de las ciudades más sostenibles de Europa por varios motivos. 

Su gran apuesta ha sido la reducción de sus emisiones de CO2 que ha conseguido disminuir en un 20%, en parte gracias a su sistema de transporte público de fácil acceso para todos sus vecinos y a sus 388 kilómetros de vías ciclistas —el 50% de sus habitantes utilizan este medio de transporte para desplazarse—.

Desde el punto de vista energético, la capital danesa apuesta por las energías renovables, fundamentalmente la eólica que ya supone más del 33% de la energía consumida.

NANTES

  Boats and yachts on the Erdre river dock in Nantes city, Francesaiko3p via Getty Images

Fue Ciudad Verde Europea en 2013 y una de las primeras urbes europeas en focalizar la gestión de su día a día en medidas sostenibles. Gracias a ello, todos sus vecinos viven a menos de 300 metros de una zona verde y para desplazarse utilizan la bicicleta o comparten coche.

La ciudad francesa, además, puede presumir de ser pionera en la gestión de residuos, basado en el reciclaje selectivo y en la obtención de energía por incineración. Actualmente, solo el 10% de sus desperdicios van a parar a vertedero.

ESSEN

  Skyline of Essen-Kettwig, GermanyLukassek via Getty Images

De todas, la ciudad alemana es la que presenta un proyecto más ambicioso y admirable: una población minera transformada en una ciudad referente de sostenibilidad.

Desde que cerró su última mina de carbón, Essen ha ido transformando sus fundiciones y zonas industriales en espacios verdes, y ha recuperado el curso fluvial del río que cruza la zona norte y que durante décadas fue utilizado para verter aguas residuales. 

Además, ha apostado seriamente por las energías renovables, por la movilidad ecológica y la reducción de la contaminación.

LIUBLIANA

  LiublianaGETTY IMAGES

La encantadora capital de Eslovenia es también un ejemplo de ciudad sostenible, por muchos motivos: políticas de movilidad sostenible, recuperación de espacios verdes, plan de calidad del agua, gestión y reutilización de residuos… 

Pero sobre todo se han puesto en marcha proyectos concretos que han revertido positivamente en la calidad de vida de sus habitantes. Una de ellos es el cierre al tráfico de su centro histórico en 2007. Esto se traduce en ausencia de contaminación acústica y en una mejora de la calidad del aire.

También ha desarrollado estrategias de turismo sostenible que invitan al turista a descubrir sus espacios naturales, a recorrer su vías verdes en bici y a disfrutar a orillas del río Ljubljanica de sus terrazas al aire libre.

BRISTOL

  BRISTOLGETTY IMAGES

Una ciudad al lado del mar, lleno de parques y zonas verdes, de caminos de bicis… tiene todas las papeletas para presumir de un presente como modelo de ciudad sostenible, lejos de su pasado industrial.

Edificios sostenibles, mercados de productos de proximidad, la naturaleza como principal fuente de ocio, incentivos a la economía verde, eficiencia energética y transporte ecológico son las huellas ecológicas que ha dejado Bristol desde que ejerció de Ciudad Verde Europea en 2013.