Fernando León de Aranoa: "Poca gente se siente ya clase trabajadora"

Fernando León de Aranoa: "Poca gente se siente ya clase trabajadora"

El director vuelve a rodar con Javier Bardem en 'El buen patrón', candidata de España a los Oscar.

Fernando León de Aranoa, en San Sebastián el pasado septiembreDaniel GonzalezGTRES

La agenda de Fernando León de Aranoa en las últimas semanas es un auténtico torbellino. El director estrena este viernes su nueva película, El buen patrón, que ha sido seleccionada para representar a España en los Oscar.

Su cinta, que es una comedia trágica en la que Javier Bardem interpreta a un empresario graciosete y sin escrúpulos, ya recibió muy buenas críticas en el Festival de San Sebastián y vuelve al entorno de las relaciones laborales que León de Aranoa ya abordó hace 20 años en Los lunes al sol. A pocos días del estreno, el cineasta hace un hueco al El HuffPost para charlar sobre su nueva película, un mercado laboral precarizado, los Oscar y la esperanza por cambiar las cosas.

“Lo primero que aparece en mi cabeza para esta película es el personaje, ese señor que en este caso tiene una empresa de balanzas industriales. Ese personaje que tiene algo de picaresca y esa manera de relacionarse con sus trabajadores, como se ve en la película, entrando en sus vidas personales mucho más de lo que sería deseable solo para que las cosas le vayan bien”, relata León de Aranoa sobre el germen del film. Ese personaje es Julio Blanco (Javier Bardem), el responsable de Balanzas Blanco y un empresario obsesionado con ganar un premio a costa de sus empleados. Este ‘patrón’ entra en sus vidas con la carta del jefe gracioso y preocupado para utilizarlos sin piedad en beneficio de su empresa. Solo una nueva becaria, interpretada por Almudena Amor, consigue sacarlo de sus casillas. 

  Javier Bardem es Julio BlancoFERNANDO MARRERO

A pesar de que lo primero que surge es el personaje, el director no se inspiró en una persona concreta, sino “en muchas personas y en muchas historias que están todas relacionadas con ese personaje”. Retratar a Julio Blanco permitió a León de Aranoa explorar dos aspectos fundamentales en la película: “Por un lado el sentido del humor, porque es verdad que hay algo en el comportamiento de este tipo de personajes que me parece que podía dar lugar a situaciones cómicas, pese a todo. Y por otro lado sentí que me iba a permitir hablar de las relaciones dentro de un entorno laboral. Tanto del patrón con los empleados como de los empleados entre sí y hacer un pequeño retrato de ese microcosmos laboral”. 

En El buen patrón los personajes viven situaciones extremas, tanto que algunas de ellas culminan en plena tragedia. Sin embargo, en lugar de apostar por un melodrama, el cineasta ha decidido abordar la trama desde una perspectiva cómica. ¿Por qué? “Sentía que esta película tenía que contarla así, con ese sentido del humor. Siento que el humor es una forma fantástica de entender las cosas, de estudiarlas o analizarlas y también de explicarlas, y que con sentido del humor se pueden decir muchas cosas que de otra forma sería mucho más difícil”, analiza León de Aranoa.

El director explica que utilizar el humor le sirvió no solo para acentuar más las escenas cómicas de la película, sino también las más trágicas. “Para mí se trata de acentuar el drama y al hacerlo necesitas acentuar el humor para ejercer de contrapeso, hablando de balanzas”, bromea durante la conversación. León de Aranoa reconoce que le apetecía dirigir una comedia, aunque en su nueva cinta no deja de lado el compromiso social que marca su filmografía. 

Para él, en este caso esa comedia puede ser un viaje terapéutico para los espectadores: “Cuando cuentas una historia como esta, en la que pasan cosas muy terribles, hay algo catártico en el hecho de poder reírte de esas cosas, de esas situaciones que describe la película, de mostrarlas de una manera que sean reconocibles y que cuando las veas arriba en la pantalla te hagan sonreír porque las sientes cercanas. Incluso si las exorcisas, las vences”. 

‘Los lunes al sol’ y Javier Bardem

En El buen patrón, León de Aranoa vuelve a trabajar con Javier Bardem después de Loving Pablo y cuando están a punto de cumplirse 20 años de Los lunes al sol. Poco tiene que ver Julio Blanco, el cacique al que el actor interpreta con maestría, con Santa, el trabajador desempleado que le valió un Goya, pero Bardem y León de Aranoa han fantaseado con un encuentro entre ellos.

  Javier Bardem, en una escena de 'El buen patrón'FERNANDO MARRERO

“Tendríamos interés en rodar esa conversación porque me parece que sería muy interesante. Los dos son personajes fuertes y carismáticos. Cada uno a su manera más allá de que los interpreta Javier, aunque seguro que eso tiene algo que ver”, confiesa el cineasta, que ha especulado “con la idea de escribirla”. 

Sobre el lugar que ocuparía Santa en la fábrica, el director lo tiene claro: “Estaría más cerca de ese trabajador que está fuera y acampa enfrente de la factoría para reclamar su puesto de trabajo”. Jose, un empleado que pierde su empleo, representa en cierta manera en cómo han cambiado las relaciones laborales en los 20 años que han pasado entre ambas películas.

Para León de Aranoa, tiene que ver no solo con el paso del tiempo, sino también con el contexto y el entorno. “En Los lunes al sol, sí tenía mucha importancia eso de que eran trabajadores de astilleros y entre ellos sí que había ese apoyo y esa solidaridad de clase, sobre todo esa identidad de clase que les permitía sobrevivir, flotar y estar bien incluso cuando las cosas están mal”, señala el cineasta, que añade que el medio en esta cinta es diferente, “no con tanta tradición de lucha, o sindica”.

En ese ambiente se explica el personaje de Jose: “No se siente clase trabajadora, es un administrativo. Poca gente se siente ya clase trabajadora en su entorno de trabajo. Entonces, cuando se ve despedido, cuando acampa ahí enfrente, pues nadie va a cruzar la calle para apoyarle porque tiene miedo de ser el siguiente despedido”.

  Jose, el trabajador despedidoFERNANDO MARRERO

Para León de Aranoa, el paisaje “es más descorazonador” y por ese motivo se inclinó a utilizar el humor. En Los lunes al sol “estaba la solidaridad de clase entre ellos. En este caso que no existe, pues quizás es por esto que he necesitado más el humor para contar esa tragedia. Están solos, ese trabajador ya no tiene esa identidad, ese salvavidas que es saber que perteneces a algo”.

Sobre la identidad de clase, el cineasta cree que los cambios en el mercado de trabajo, las reformas laborales o la movilidad han llevado a que esté desapareciendo o que, según él, muchas personas “se burlen de ella” o esté mal vista. “Creo que la identidad de clase se ha ido deteriorando porque el empleo se ha ido precarizando”, sentencia. 

“No sé el teletrabajo, que ahora mismo está en discusión porque acabamos de salir de esta pandemia... Habría que estar muy atentos a ver cómo eso influye en esto de lo que estamos hablando, ¿cómo vas a tener solidaridad entre trabajadores si no conoces a tus compañeros?”, reflexiona León de Aranoa. 

La cultura, la política y la ilusión por cambiar las cosas

El director, que se considera una persona de “naturaleza esperanzada”, nunca se ha apartado de posicionarse política y socialmente y fue testigo de la irrupción de Podemos tras pasar un año siguiendo a la formación y grabando Política, manual de instrucciones.

León de Aranoa tuvo acceso al corazón del partido y lo recuerda como una experiencia interesante y enriquecedora. “Fue la oportunidad de retratar un momento que yo sentía que tenía algo de histórico, que iba a cambiar muchas cosas y otra vez de consignarlo, de dejar ahí grabado ese momento, cuanto más desde dentro mejor”, recuerda. 

Para él, la cinta tiene y tendrá todavía más valor en perspectiva. ”Era un documental que siempre sentí que tenía valor en su momento pero sobre todo para dentro de unos años, cuando se viera con distancia, y creo que fue un trabajo que había que hacerlo. Me pareció valioso”, apunta, descartando que se sintiera etiquetado o perjudicado por filmar a la formación morada. “Quizás soy ingenuo, pero creo que debería interesar a cualquiera, independientemente de cuál fuera su ideología”, añade. 

En el momento en el que grabó el documental, parte de la sociedad española recuperó la ilusión por cambiar y mejorar las cosas, algo que para León de Aranoa no se ha perdido. “Puede haber momentos donde suceda algo como la irrupción en ese momento de Podemos, que podía polarizar esa ilusión y esa necesidad de que las cosas cambien. Sí que hay momentos en los que eso está más afuera y otros en los que no está tan a la vista, pero yo creo que eso siempre está”, señala el director, que se refiere a los cambios que se han conseguido desde el gobierno de coalición. 

Entre las cuestiones pendientes, la posición de la cultura en la sociedad. “Debería ser prioritaria en el gobierno de cualquier país, sea cual sea el momento, con o sin pandemia. La importancia de la cultura está por encima de cualquier ejecutivo o de cualquier situación, porque es la base”, sentencia el director. Para él, “la apuesta por la cultura en un país es un trabajo de fondo” y pone de ejemplo a Francia. 

“Entienden su valor y saben la importancia de la cultura en general y del cine en particular. Yo creo que eso es algo que aquí todavía tenemos que aprender de ellos en ese sentido. Independientemente de quién gobierne y de lo que nos esté pasando como país, es algo que debería ser siempre una de las prioridades, no considerarlo algo de menor importancia”, insiste. 

Camino a los Oscar

  Póster de 'El buen patrón'MEDIAPRO/ELLAS COMUNICACIÓN

A pesar de que parte de la industria daba por hecho la selección de Madres paralelas para representar a España en los Oscar tras el éxito en el Festival de Venecia, El buen patrón ha sido la elegida por la Academia de cine. La cinta todavía tendrá que pasar el primer corte de 15 títulos que se conocerá el 21 de diciembre y, si lo consigue, se sabrá si entra en el quinteto de nominadas el 8 de febrero.

La decisión de la Academia ha sido una sorpresa para muchos, pero León de Aranoa cree que el revuelo que se ha formado “es relativamente artificial” y confía en su película y en las posibilidades que tiene de seducir en Hollywood. “He visto y he leído a muchísima gente, a más de hecho, aplaudiendo la selección y apoyándola y contentos de que suceda”, sentencia el director.

“No lo siento como un cuestionamiento hacia mí o hacia la película. Cuando se hace eso es más un cuestionamiento a la Academia y yo creo que es soberana. La Academia toma sus decisiones, sus miembros son los que hacen películas, los que saben de la dificultad de hacerlas y yo creo que cuestionar esa decisión, pues yo no lo entiendo. Es una decisión soberana de la Academia y que no se debería cuestionar, pero bueno, allá cada uno”, concluye el cineasta.