La ley del 'solo sí es sí' obtiene el aval de la Comisión de Igualdad tras alejarse de la polémica por la prostitución

La ley del 'solo sí es sí' obtiene el aval de la Comisión de Igualdad tras alejarse de la polémica por la prostitución

El PSOE aceptó retirar su enmienda sobre prostitución para salvar el texto tras quedarse sin apoyos. PP y Vox, los únicos que han votado en contra.

La ley orgánica de garantía integral de libertad sexual, conocida como del ‘solo sí es sí’, ya tiene vía libre para su tramitación en el Pleno del Congreso. Y, pese al mayoritario respaldo final en la Comisión de Igualdad, 23 votos a favor y 14 en contra, sin abstenciones, ha sido una pelea al límite en la que ha tenido que ceder el PSOE.

Minutos antes de las votaciones, el grupo socialista ha retirado del debate su enmienda sobre la prostitución que inicialmente pretendía incluir, ante la falta de apoyos y advertidos, también por sus socios Unidas Podemos, del riesgo de que la ley no saliera adelante por los vetos del resto de fuerzas.

La sesión, presidida por la exvicepresidenta Carmen Calvo, ha sido una sucesión de críticas al PSOE, con acusaciones de “embarrar” y “pervertir” la ley por mezclar los postulados más específicos del consentimiento sexual y los delitos sexuales con la penalización del proxenetismo no violento y la tercería locativa (la explotación de espacios donde se ejerce la prostitución).

La prostitución se debatirá aparte... a partir del jueves

Finalmente, tras un tenso debate solventado con el paso a un lado de los socialistas y una interminable ronda de votaciones, se ha acordado un texto consensuado por Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, el Grupo Plural, el grupo Mixto y Ciudadanos. A su contenido se ha sumado el apoyo in extremis del PSOE, que ha hecho inútil el rechazo de PP y Vox. En él se deja para más adelante las cuestiones relativas a la prostitución y las críticas al PSOE han tornado en reconocimientos por haber atendido a las peticiones de la mayoría.

La cuestión se aplaza, pero para ya mismo. La diputada y secretaria de Igualdad del PSOE Andrea Fernández ha anunciado que “mañana” (por este jueves) presentarán una proposición de ley en el Congreso específica sobre esta materia, tras el “triste retroceso” en el texto de este miércoles, “que pierde mucho valor”, ha explicado en un tuit al que luego ha acompañado con el anuncio de “una proposición de ley que abordará una redacción efectiva del proxenetismo y de la tercería locativa”.

“El proxenetismo no quedará impune, nuestra posición sigue siendo la misma, nuestra posición no se ha movido ni un milímetro; la abolición de la prostitución llegará”, ha espetado la portavoz socialista en la Comisión, Laura Berja.

Irene Montero, especialmente agradecida con el PSOE

A esta cuestión se abre la ministra de Igualdad, que ha agradecido la “generosidad” de todos los grupos, “especialmente al PSOE, que además impulsa una ley abolicionista que suma a los esfuerzos del Gobierno para acabar con la impunidad de la industria proxeneta y garantizar derechos de mujeres en contextos de prostitución”.

Irene Montero ha asegurado que es necesario impulsar también la ley contra la trata, “cuyo borrador está listo desde enero”, como ha recordado en un hilo de Twitter antes de culminar con una llamada a la unidad: “Caminaremos de la mano”. 

Qué dice la ley

El ‘sí’ de la Comisión al dictamen avala el texto aprobado por el Gobierno el pasado julio, cuando el Consejo de Ministros presentó un catálogo de medidas que incluían la necesidad del consentimiento expreso en las relaciones sexuales, la eliminación de la distinción entre abuso y violación y tipificaba por primera vez como delito el acoso callejero.

Esta norma, entre otras medidas, regula el consentimiento expreso, termina con la distinción entre abuso y violación, persigue a la industria proxeneta y tipifica por primera vez el acoso callejero como delito.

Desde Justicia se aclaró que la ley “deja claro que el silencio o la pasividad no necesariamente significa consentimiento; que el no mostrar oposición no puede ser una excusa para actuar en contra de voluntad de la víctima”. “De esta forma, se evita dejar indefensas a aquellas mujeres que, por diferentes razones, no llegan a manifestar expresamente su oposición a los actos de carácter sexual en los que se ven implicadas”.