'Lope y sus Doroteas' o la niña de Lope se hace mujer

'Lope y sus Doroteas' o la niña de Lope se hace mujer

"Lo interesante es el meollo de la obra".

Escena en el patio de butacas de Lope y sus Doroteas.Marcos G Punto

Mucha gente se ha quedado con ganas de ver Lope y sus Doroteas de Ignacio Amestoy en Madrid, donde la han programado los Veranos de la Villa. Esta situación se ha producido porque la obra solo estaba tres días en cartel en un espacio ideal para ella, pero de aforo muy reducido como es Patio del Pozo del Instituto de Enseñanza Secundaria de San Isidro.

Un interés del público que seguramente se deba a varios factores. Desde luego, que el protagonista sea el propio Lope de Vega, cuya vida de aventuras y vodevil es tan interesante como sus comedias. A lo que se añade el autor de la obra, Ignacio Amestoy, un dramaturgo contemporáneo de prestigio con una larga trayectoria en esto del teatro. 

Por no seguir con el equipo artístico. Ainhoa Amestoy que ya ha dado muestras de sobra que sabe lo que se hace en esto de la dirección de escena. O Elisa Sanz en el vestuario. O Juan Cañas en el asesoramiento musical, un asesoramiento que ha hecho con mucho gusto, por lo que hay que poner bien el oído en este aspecto.

Y, por supuesto, el elenco. Un elenco que lidera Lidia Otón y que muestra que está en ese momento en el que podría hacer una de esas Celestinas que no se olvidan. Y que no está nada mal acompañada por Nora Hernández, que Lluis Homar acaba de fichar para la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Y es que a esta actriz no hay que dejársela escapar.

Tampoco hay que olvidar a los actores que les acompañan. A Ángel Solo que va haciendo crecer a ese Lope a medida que pasa la obra hasta no verse nada más que al poeta. Ni a Daniel Miguelañez que es capaz de ser un Lope junior y, manteniendo esos rasgos de enamoradizo y ligón, convertirse en el Cristóbal Tenorio que quiere seducir y robarle al Lope senior a su sobrina/ahijada/hija/secretaria.

Una obra que se beneficiaría de ser acortada. Pues la introducción, que se ha resuelto escénicamente con belleza, se alarga en demasía contando todo lo que no se puede poner en escena por falta de producción. También podía acortarse el final confesional, de reproches y de reconciliación entre Lope y Lorenza. Su criada en la obra, su amante y su actriz en otros tiempos. Este tipo de escena que cuesta cortar porque permite el lucimiento dialéctico de los actores y que los personajes se digan las verdades a la cara pero que no siempre son necesarias o no tan largas.

  Escena inicial de Lope y sus Doroteas.Marcos G Punto

Porque lo interesante es el meollo de la obra. Esa relación que se establece entre Lope, Antoñita y Lorenza. Esa unidad doméstica en la que cada uno jugaba su rol. El talentoso dramaturgo y poeta el de líder. Antoñita, la alegría de una casa con demasiada historia amenazada por la ruina y la inquisición. Hija putativa que traía bocanadas de aire fresco a su padre, Lope, y cuya inteligencia, a pesar de su edad, la convirtieron en su secretaria, escriba y actriz para probar las comedias. Pero, sobre todo, Lorenza la criada. Chica para todo que lo mismo gestionaba la economía doméstica que podía hacer de alcahueta, tanto para el padre como para la hija.

Unas situaciones en las que hay un juego en el lenguaje a la manera de las comedias del Siglo de Oro que ni chirrían ni molestan, como si fueran actuales. Permitiendo la introducción de parlamentos de comedias que se reconocen sin identificar la procedencia o poemas de aquel tiempo, sin que parezcan añadidos o un remiendo. Que fluyen en el texto.

Como fluyen las referencias contemporáneas. Pequeñas. Muchas veces una palabra, que permite al público actual contextualizar desde hoy de lo que se hablaba en aquella época. Un juego que resulta demasiado insistente a la hora de equiparar Sevilla con Nueva York. Que si se acaba aceptando es por esa escena de musical cantando a Nueva York y que expresa tan bien la alegría que podría suponer el irse a Sevilla, al puerto de entrada del oro que venía de las Indias y, por tanto, una de las ciudades más ricas del mundo con todo lo que ello implica.

  Escena de Lope y sus Doroteas.Marcos G Punto

A todo lo anterior se añade, por un lado, el espacio en el que se representa la obra que en este caso data de los tiempos de Felipe II. Perfecto para esta obra porque le da un contexto de aquella época que difícilmente podría darle una escenografía al uso. Como la que lleva esta producción en gira.

Una excepcionalidad que hace preguntarse porqué no se ha programado durante todo el verano en este espacio, aprovechando que el instituto está cerrado para la docencia. O porque no se representa, tanto en Madrid como cuando gira, en espacios similares a este.

Por otro lado, está el humor. Algo que no le falta y, aunque no se trata de una comedia, está bien colocado y dispuesto. Como ese momento en el que la criada dice que Lope, ya sacerdote, visita mucho los conventos porque en ellos hay muchas pecadoras. Lo que contribuye a la alegría con la que sale el público. 

Aunque al final esta historia cuente que los hijos crecen. Algo que muchos padres viven como una tragedia o una traición. Ya que en ese crecimiento se vuelven adultos como sus padres y como estos tendrán sus deseos y anhelos amorosos, que a veces cuesta aceptar. Habitualmente más los padres cuando hablan de sus hijas.

Aunque se haya sido y se sea un disfrutón de dichos deseos y anhelos. Como el Lope que ha creado Ignacio Amestoy. Un picha brava de hacer caso a los mentideros de la villa y corte de entonces y a los historiadores del teatro y sus biógrafos que han documentado sus aventuras. Una historia que como al Don Giovanni de Mozart permitiría a Lorenza, la criada de Lope y sus Doroteas, cantar “Ma in Spagna son gia mile e tre.”

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.