Los grandes avances del feminismo en los últimos 20 años

Los grandes avances del feminismo en los últimos 20 años

En política, en el trabajo o en la lucha contra violencia... Así ha transformado el feminismo a la sociedad española.

Manifestación del 8-M en 2020.Getty Images

El feminismo está cambiando el mundo. Así, en gerundio. Porque aunque durante el año del coronavirus este movimiento ha pasado más desapercibido, no ha cesado en sus reivindicaciones. Hasta el punto de que hoy es difícil que alguien discuta que los hombres y las mujeres deban ser iguales. 

De momento, en un 8-M en el que habrá menos reivindicaciones en la calle y en el que los balcones volverán a desempeñar un papel importante como altavoz - aunque esta vez para reclamar los derechos de las mujeres-, merece la pena hacer un repaso de las cosas que sí se han conseguido desde la primera manifestación, en el año 2000, hasta hoy. Dos décadas de lucha feminista en las que se ha conseguido concienciar a más de la mitad de la población (un 58%), que se declara afín a las ideas de este movimiento, según una encuesta de 40db que se realizó en 2018.

  Manifestación del 8 de marzo en 2019 en Madrid.Getty Images

Manifestaciones 375 veces más grandes

En Madrid, en el año 2000, apenas 1.000 personas se concentraron una pequeña plaza del centro, según los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid facilitados en 2019 a Maldita.es. En 2019 el número de asistentes era alrededor de 375.000 y se cortaron dos grandes aristas de la capital para que todo el mundo pudiese marchar, se tiñendo medio Madrid de morado. En 2020 y pese al temor al coronavirus tras los primeros casos en España, se reunieron cerca de 120.000 manifestantes. 

El punto de inflexión se produjo en el año 2017, cuando acudieron a la manifestación de Madrid unas 40.000 personas, 35.000 más que el año anterior. Hasta entonces (excepto en 2015), la participación rondaba entra las 1.000 y las 5.000 personas. Ese año comenzó con la peor cifra de mujeres asesinadas en casi una década - con, al menos, 15 asesinadas los primeros 60 días del año- y meses antes se había producido La Manada. Fue entonces cuando el feminismo español cogió impulso y el 8-M pasó de consistir en puñado de concentraciones minoritarias a ocupar titulares internacionales. 

  Una joven sujeta una pancarta en la manifestación en Madrid en 2017.Getty Images

En el trabajo: una brecha profunda, aunque cada vez menos

Una de las reivindicaciones históricas de estas manifestaciones es la de acabar con la brecha salarial y laboral entre hombres y mujeres. A pesar de que hace alrededor medio siglo, con la llegada de la Democracia y la muerte de Franco, las mujeres se unieron al mercado laboral en España, actualmente las españolas tendrían que trabajar al menos diez años más que sus compañeros para ganar lo mismo, según un informe de UGT. 

Aunque la cifra en sí es indignante, ha mejorado a lo largo del tiempo. Entre otras cosas, debido a la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres aprobada en 2007. La norma, que ha supuesto un antes y un después en la historia feminista de España, establece medidas concretas en favor de la igualdad en las empresas y sobre los procesos de selección, transparencia garantizada, la implantación de informes de impacto de género y de protocolos antiacoso, el reconocimiento de los permisos paternales o las listas paritarias en las formaciones políticas. La ley aprobada por Zapatero recibió alabanzas de la ONU y sirvió de inspiración a otros países. 

Ni la crisis económica de 2008 ni la del coronavirus han paralizado los grandes avances gracias a esta legislación. El Global Gender Gap 2020 del Foro Económico Global situaba a España en la octava posición de 153 países analizados en igualdad de género. Pero aunque se han dado avances en términos de paridad en los puestos de trabajo, aún hay brechas en los salarios, ingresos y la presencia de mujeres en puestos directivos.

Obviamente, otro de los factores que han contribuido a la llegada de la mujer en al mundo laboral ha sido la necesidad de emancipación económica de la mujer ha tenido que ver en esta evolución. El número de mujeres afiliadas a la Seguridad Social en España ha aumentado en un millón dede 2009 hasta 2021, a pesar de que han sido las más afectadas por las crisis.

Un cambio radical en la Política

Tampoco en términos políticos, España tiene mucho que envidiar a otros países. En 2018, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez hizo historia estar compuesto por el gabinete con más presencia femenina de la Democracia. Sánchez siguió así los pasos de uno de sus predeceso socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que en 2004 formó el primer gabinete paritario de España. Con Rajoy se rompió esta tendencia.

  La coalición de Gobierno en enero de 2020.Getty Images

El Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos formado en 2020 también es paritario, aunque ellas ya no son mayoría. De las 23 personas que forman el Ejecutivo, 11 son mujeres. También hay una importante representación femenina en los cargos de vicepresidencia: Carmen Calvo; Nadia Calviño y Teresa Ribera. Pero todavía queda la asignatura pendiente de que España cuente con una presidenta del Gobierno.

El número de mujeres en el Parlamento ha crecido un 100%, pasando de 77 en la legislatura que terminó en el año 2000 a las 154 actuales del total de 350 diputados del Congreso. La tendencia, además, ha sido, en general, ascendente.

Otro de los hitos feministas en España  fue la creación en 2008 del primer Ministerio de Igualdad liderado por Bibiana Aído. La cartera desapareció en 2010, integrándose en el Ministerio de Sanidad. Pedro Sánchez ha revivido el ministerio con Irene Montero al frente. “El feminismo es un movimiento de una enorme capacidad transformadora”, explicó Montero tras su nombramiento, antes de comprometerse a crear “una poderosa alianza feminista que haga que España sea un país más justo, más equitativo, más digno y con más derechos”.

Violencia: nunca será suficiente, pero se ha hecho mucho

Pero sin duda, la lacra más pesada del machismo ha sido y es la violencia de género. La punta del iceberg. En el año 2004, José Luis Rodríguez Zapatero hizo que este tipo de violencias pasasen de ser un problema de ámbito privado a uno público. Aprobó entonces la Ley de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género, que abarca aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales, sanitarios y penales de la violencia machista. Fue aprobada con todos los votos a favor en el Congreso de Diputados, convirtiéndose en la primera y única ley integral contra la violencia de género en Europa.

En el año 2017 se aprobó en España el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, del que aún hay muchas medidas que no se han puesto en marcha. Una de las novedades era la de reconocer como víctimas de violencia de género en casos donde el agresor no ha sido necesariamente pareja de la víctima. 

En 2020 hubo 45 mujeres asesinadas por violencia de género, diez menos que el año anterior. Pero la experiencia dice que esta tendencia no tiene por qué ser ascendente y que en otros momentos de la historia, la cifra ha disminuido para crecer más el año siguiente, como ya pasó en 2009 y 2010.

Durante los últimos años se ha puesto el foco en la violencia sexual, sufrida por casi tres millones de mujeres en España, tanto dentro como fuera de la pareja. Ante este problema, el Ministerio de Igualdad ha impulsado la ley del ‘solo sí es sí’, que se basa en la idea del consentimiento expreso. 

Pero, aunque se hayan dado pasos agigantados, no hay avance en el feminismo que se pueda considerar un éxito completo cuando siguen asesinando cada año a decenas de mujeres y una de cada dos sufre violencia machista a lo largo de su vida.