Lucía Etxebarría denuncia el cierre de su cuenta de Twitter: "Ellos no incitan al odio"

Lucía Etxebarría denuncia el cierre de su cuenta de Twitter: "Ellos no incitan al odio"

La red social ha considerado uno de sus contenidos ofensivo, aunque según las políticas estaría exento de penalización.

MADRID, SPAIN - OCTOBER 26: Writer Lucia Etxebarria attends 'Las Aventuras de TinTin: El Secreto del Unicornio' Premiere at Callao Cinema on October 26, 2011 in Madrid, Spain. (Photo by Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)Pablo Blazquez Dominguez via Getty Images

Lucía Etxebarría ha vuelto a desatar la polémica en redes sociales. Al menos a ojos de la política de Twitter. Esta vez el cierre de su cuenta no se ha debido a ningún comentario incendiario ni reivindicativo, sino a una supuesta “incitación al odio” a raíz de un análisis que hizo del artista Putochinomaricón en un artículo publicado en El Periódico.

Según ha contado la escritora en su cuenta de Instagram, la red social le ha cerrado la cuenta —no puede acceder ni publicar, aunque sus seguidores si pueden ver sus tuits— por escribir los tres términos que conforman el nombre del cantante y activista: “Puto”, “chino” y “maricón”.

“Twitter ha cerrado mi cuenta. ¿La razón? Escribí un tuit sobre el artista @putochinomaricon . Y se considera que los términos put* y maric*n constituyen una “incitación al odio” (Lo de chino no me lo han dejado claro)”, empieza diciendo antes de denunciar los insultos que recibe cada día por su posicionamiento con los movimientos LGTBI y feminista, e incluso por su físico.

Twitter ha cerrado mi cuenta (Por lo visto es visible para otros. A mí no me dejan entrar) ¿La razón? Escribí un tuit sobre el artista @putochinomaricon . Y se considera que los términos put* y Maric*n constituyen una "incitación al odio" ( Lo de chino no me lo han dejado claro). Si a mí me llaman feminazi TODOS LOS DIAS no pasa nada. No, aunque viniera de Bélgica precisamente huyendo de los nazis, no es incitación al odio. Si me llaman put* boller* de mierd* TODOS LOS DIAS tampoco pasa nada. Si me llaman gorda TODOS LOS DIAS tampoco pasa nada, pese a que la gordofobia sea una de las primeras causas de acoso escolar y por ende de suicidio en España. Pero si yo hablo de un artista, incito al odio. De paso iñ, ncita al odio el periódico en el que trabajo que público es artículo. Incita al odio el Primavera Sound en el que ha participado ese artista. Incita al odio todos los locales que programan a ese artista. Todos los medios que lo han encumbrado y todas las marcas que le apoyan. y la editorial que le ha publicado el libro y la casa de discos que le ha publicado su disco. Todos invitamos al odio. Pero la señora que dice que hay que tener terapias para curar a los homosexuales resulta que es concejala. Los señores que dicen que hay que echar a los inmigrantes tienen un partido representado. Ellos no incitan al odio. En fin, que llevo 48 horas sin cuenta de Twitter por escribir sobre @putochinomaricon . Si tienes una cuenta de Twitter escribe a @twitter y pídeles que me devuelvan la cuenta, por favor. Gracias.

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“Si a mí me llaman feminazi TODOS LOS DÍAS no pasa nada. No, aunque viniera de Bélgica precisamente huyendo de los nazis, no es incitación al odio. Si me llaman put* boller* de mierd* TODOS LOS DÍAS tampoco pasa nada.

Si me llaman gorda TODOS LOS DÍAS tampoco pasa nada, pese a que la gordofobia sea una de las primeras causas de acoso escolar y por ende de suicidio en España. Pero si yo hablo de un artista, incito al odio”, señala.

La escritora continúa señalando que si su publicación incita al odio, el medio en el que escribe su pieza también lo hace, así como todas las marcas que colaboran con el artista.

“Pero la señora que dice que hay que tener terapias para curar a los homosexuales resulta que es concejala. Los señores que dicen que hay que echar a los inmigrantes tienen un partido representado. Ellos no incitan al odio”, señala con una clara referencia a las declaraciones de Vox sobre las terapias de conversión para el colectivo LGTBI. 

La escritora concluye pidiendo a sus seguidores que reclamen a Twitter que le reactiven la cuenta.

Pero, ¿qué criterios aplica la red social respecto a este tipo de contenidos?

Una dura política contra el odio, pero con filtros

Según la política de Twitter en España se prohibe “dirigir a las personas insultos, tropos [metáforas] u otros contenidos que pretendan deshumanizar, degradar o reforzar estereotipos negativos o dañinos sobre una categoría protegida”. Dentro de estas categorías se incluirían la raza —en este caso chino—, la orientación sexual —lo que sería “maricón”— y otras como la religión, la discapacidad o la identidad de género.

A pesar de esto, según se lee en la directiva, cuando alguno de estos términos se utiliza de forma consensuada no tendría ninguna repercusión.

“Algunos tuits pueden parecer de incitación al odio cuando se los analiza de forma aislada, pero no cuando se tiene en cuenta el contexto de la conversación de la cual forman parte. Por ejemplo, los miembros de una categoría protegida pueden referirse el uno al otro usando términos que normalmente se consideran como un insulto. Cuando se usan de forma consensual, la intención detrás de estos términos no es abusiva, sino que constituye un medio para reclamar los términos que se usaron históricamente para degradar a las personas”

Las consecuencias por incitación al odio irían, desde el cierre de la cuenta a una medida cautelar que permite solo la lectura, que es en el punto en el que se encuentra la cuenta de Etxebarría.

¿Qué pasa con Putochinomaricón?

El artista Putochinomaricón —llamado del madrileño barrio de Usera, es un cantante y activista LGTBI y antirracista de ascendencia taiwanesa que precisamente se reivindica en contra de estos términos.

Por esta razón, entraría dentro de la excepción de “consenso” de la política, porque los utiliza como apropiación de los insultos que él mismo ha recibido.

“En los 90, era difícil ser un niño inmigrante, y más aún siendo homosexual. Como inmigrante POC (persona de color) homosexual, en un país europeo te sentías infrahumano. Veías como la palabra chino adquiría una connotación negativa, que la gente la usaba erróneamente, que la gente, por ignorancia, pensaba que mis padres estaban aquí para robar sus trabajos”, señaló en una entrevista publicada en Tribus Ocultas de laSexta.