Lydia Lozano se rompe al hablar de este momento de su pasado: "Siempre creyeron que tuve la culpa"

Lydia Lozano se rompe al hablar de este momento de su pasado: "Siempre creyeron que tuve la culpa"

La periodista del corazón estuvo con Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'.

Lydia Lozano en 'Mi casa es la tuya'TELECINCO

La periodista Lydia Lozano compartió un rato muy personal con Bertín Osborne en una versión especial de Mi casa es la tuya (Telecinco) celebrada al aire libre en la isla canaria de La Palma, de donde se siente y donde ha vivido durante años.

La conversación, sobre su vida amorosa, el mundo del corazón y con muchas anécdotas de la socialité también tuvo su momento emotivo. Lozano recordó el accidente de tráfico en 1986 en el que falleció quien era su pareja por entonces, Juan Carlos Pérez. “Veníamos de tomar algo de Torrelodones, pero se metieron unos tíos en la carretera con tan mala suerte que por la maniobra caímos a un barranco porque había obras”.

″Él salió disparado y yo acabé con la cara en el motor”, recuerda. También detalla cómo “los que venían detrás reconocieron nuestro coche y me sacaron, pero a Juan Carlos no”.

Entonces es cuando Lydia rompe a llorar y se le entrecortan las palabras del relato. “Curiosamente la familia nunca me llamó pensando que era yo la que conducía. Pero un día contando una anécdota de Juan Carlos me llamó la hermana y me dijo perdona.

“Al final se supo”, le interrumpe Bertín Osborne. “Sí, pero siempre que hay un accidente y lo leo, pienso pobrecilla la que se queda. Yo me preguntaba por qué no me llaman, por qué no me llaman... Siempre se creyeron que yo tuve la culpa, pero aunque hubiera conducido yo no hubiera tenido la culpa, Bertín; fueron unos borrachos. Por eso lo del alcohol en la carretera, tremendo, tremendo, señala con rechazo.

La colaboradora de Sálvame confiesa que lo vivido “me marcó mucho, mucho”, aunque no le queden secuelas físicas evidentes desde entonces. “Secuelas no tengo, bueno se me quemó la cara, el brazo lo tengo más corto, estuve escayolada nueve meses, como un parto... esto lo digo como broma para relajar un poco y tenía que dormir apoyada en la biblioteca de casa para que la costra de la cara se cayese”. Lozano también asegura que no se sometió a ninguna cirugía: “No, no, simplemente madre me curaba y me daba vaselina a diario y ya enseguida me puse a trabajar, aunque iba más lenta porque tenía que escribir con la mano izquierda”.