Marcus Burghardt, el ciclista que ya sí puede disfrutar del paisaje, último en la etapa del Tour

Marcus Burghardt, el ciclista que ya sí puede disfrutar del paisaje, último en la etapa del Tour

A casi media hora del ganador en la cima del Tourmalet, Thibaut Pinot.

Marcus BurghardtVAAJU

En la meta, la cima del Tourmalet, postre de lujo para la decimocuarta etapa del Tour de Francia. Para unos, un sprint de poco más de 100 kilómetros; para otros, un día de calculadora y grupeta vigilando el fuera de control. Ahí se ha movido nuestro protagonista de hoy, el veterano alemán Marcus Burghardt (Bora), que se ha dejado 29′57″ del ganador, Thibaut Pinot (Groupama-FDJ).

Veterano, veterano. Acaba de cumplir los 36 años y lleva desde 2004 en el pelotón profesional. Tres lustros resistiendo, trabajando y de vez en cuando llevándose alguna alegría. Una etapa en el Tour hace 11 temporadas, dos victorias en la Vuelta a Suiza, el Campeonato de Alemania, la clásica Gante-Wevelgem...  poco pero muy bueno para este potente rodador, hábil en fugas y reconvertido hace años a gregario. Prometía mucho en su juventud hasta verse escorado a labores menos reconocidas. En el podio no hay sitio para todos.

Decía el famosísimo sprinter Mario Cipolloni que para él el puerto más fácil del mundo era el Mortirolo -quizás la cima más dura durante sus años de profesional-. La subía sin prisas ni preocupaciones... y con algún que otro empujón de los aficionados.No se sabe si a Burghardt le habrán ayudado, pero nervioso seguro que no estaba en los casi 20 kilómetros cuesta arriba de la mitica cima pirenaica.

Realismo frente a su lema motivacional “si luchas puedes perder, si no luchas ya has perdido”. En honor a la verdad, para él su lucha no está en el gran coloso pirenaico, sino en los días de viento y trabajo al frente del pelotón y en favor de su líder Peter Sagan y otros compañeros.

Lo que sí habrá poddo hacer este sábado es disfrutar de una de sus experiencias favoritas en el pelotón: los paisajes por los que transitan las carreras. Es lo bueno de ir a cola, que se ve bien el entorno. Aunque también sabe correr... Como curiosidad, tiene registrado en la red social Strava -donde publican sus entrenamientos- récords de velocidad en descenso. 126 kilómetros por hora; imaginad si le coge un radar...