María Domínguez, primera alcaldesa de España, exhumada de la fosa a la que la arrojaron en 1936

María Domínguez, primera alcaldesa de España, exhumada de la fosa a la que la arrojaron en 1936

Maestra y pionera del feminismo, accedió a la alcaldía de Gallur (Zaragoza) en 1932 y ahora sus restos han sido localizados en un fosa de la cercana Fuendejalón.

María Domínguez, en un recorte de prensa de la época de su mandato.JAVIER LAMBÁN / TWITTER

El viernes pasado, dos asociaciones memorialistas, ARICO (Asociación aragonesa por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido) y Charata, comenzaron a exhumar una fosa en el cementerio de Fuendejalón (Zaragoza). Buscaban a María Domínguez Remón (1882-1936), la primera alcaldesa democrática de España, que entre 1932 y 1933 fue la regidora de Gallur, con la Segunda República.

Los documentos de los historiadores e investigadores y los testimonios orales señalaban a ese punto la sepultura de esta socialista, pero los primeros trabajos no dieron resultado. Al día siguiente, el sábado, sí que dieron con ella, con sus restos agujereados por las balas y con su peina rota por el impacto que le quitó la vida. La mataron el 7 de septiembre de 1936.

Domínguez fue fusilada por las tropas franquistas, un tiro en la cabeza. Así acabaron los golpistas con una mujer que fue una absoluta revolución en su tiempo. Nacida en Pozuelo de Aragón, fue una pionera en la defensa del feminismo y en la militancia por los derechos humanos, ejerció como periodista y fue además maestra en Gallur, el municipio zaragozano del que se hizo alcaldesa con un enorme cariño popular, del que da cuenta la prensa de entonces.

El proceso de exhumación, impulsado de oficio por el Gobierno de Aragón, ha sido tutelado por la Asociación de Familiares y Amigos de los Asesinados y Enterrados en Magallón (AFAAEM), presidida por Pilar Gimeno, y los trabajos a pie de campo han sido desarrollados por el equipo de la ARICO y Charata. Salvo sus huesos y su peina, no se han encontrado más objetos con ella que unas sencillas horquillas. La alcaldesa siempre llevaba un moño.

Según las narraciones orales, se creía que sus restos estarían en la tumba señalada en el cementerio de Fuendejalón. Sin embargo, tras una primera cata infructuosa sobre el terreno los expertos decidieron buscar en otra zona del camposanto. De este modo, los arqueólogos exploraron en sábado la zona de enterramientos civiles en los que se localizó un solo esqueleto, por lo que se decidió proceder directamente a una exhumación definitiva, que estaba prevista para finales de febrero. Los objetos que encontraron hicieron pensar que habían dado con ella.

El Gobierno de Aragón se ha felicitado del hallazgo de esta mujer asesinada “por socialista, por feminista y por pionera”, como ha escrito en Twitter el presidente regional, el socialista Javier Lambán.

La vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia y Memoria Democrática del Gobierno de España, Carmen Calvo, ha sido la encargada de difundir el trabajo realizado por los memorialistas. “Merece reconocimiento y que reivindiquemos su legado”, escribió en la misma red social.

Asimismo, ha agradecido la labor de AFAAEM y ARICO, que “han hecho posible la recuperación de María y de tantas otras personas asesinadas”, concluyendo que desde el Gobierno central trabajarán para que “no quede nadie en una fosa y recuperar su memoria”.

Los forenses serán ahora los encargados de cotejar el descubrimiento con el ADN de los parientes más cercanos de Domínguez. Según indicó la directora general de Patrimonio de Aragón, Marisancho Menjón, el Ejecutivo autonómico se hará cargo del estudio para su identificación.

La recuperación del cuerpo de Domínguez significa un avance en la recuperación del pasado reciente. La propia presidenta de AFAAEM considera que hasta el momento no se ha hecho justicia con el legado de una pionera que debería ser un referente en toda España. “Fue siempre una defensora de los derechos de la mujer”, destaca Gimeno.

Un ejemplo

De origen humilde, Domínguez aprendió a leer por su empeño personal y fue puesta en busca y captura cuando apenas tenía 25 años escapó de las palizas que le propiciaba su primer marido, con el que la obligaron a casarse a los 18 años. Dejó su localidad natal y se instaló en Barcelona como sirvienta.

“Mis padres eran unos pobres jornaleros del campo que no sabían leer ni escribir. Naturalmente, a mí también, en cuanto pude, me pusieron a trabajar. Iba a espigar, a vendimiar, arrancar trigo y cebada, a recoger olivas, a lo que salía. En los ratos libres deletreaba todos los impresos que caían en mis manos, romances de ciego, libros, cuentos de la escuela y cosas así. Me gustaba mucho. A mi madre en cambio, la enfadaba”, explicó sobre su propia historia al periódico Ahora cuando fue elegida alcaldesa de Gallur, en 1932.

En ese periodo, comenzó su formación y tras volver a la Zaragoza inició su colaboración con los periódicos progresistas de la época y empezó a estudiar magisterio. En 1922 quedó viuda y contrajo segundas nupcias con Arturo Segundo Romanos con quien se instaló en Gallur.

Muy respetada como maestra, comenzó a dar conferencias en las provincias de Zaragoza y Huesca, ganado el respeto de amplias capas de la sociedad. En 1932 el gobernador civil de Zaragoza la puso al frente del ayuntamiento de Gallur, tomando posesión el 28 de julio de 1932, convirtiéndose así, según se acepta generalmente, en la primera mujer alcaldesa de España durante un periodo democrático.

Durante su mandato, dicen los investigadores, creó las bolsas de trabajo rural para reducir los niveles de desempleo, constituyó una escuela unitaria de niños y niñas, ofreció subvenciones a los maestros para que contrataran a limpiadoras para que los niños no tuvieran que limpiar, aprobó una subvención de sacos de carbón para que los niños no tuvieran que llevarlo de sus casas a la escuela y también el blanqueo de las escuelas para que estuvieran más dignas.

A pesar de los elogios que ha recibido por su gestión al frente del consistorio, la dureza de la oposición la hizo abandonar. Tras dejar la alcaldía se dedicó a la docencia y a las colaboraciones periodísticas. Con el golpe militar del 36, se vio obligada a abandonar Gallur y se refugió en la casa de su hermana, en Pozuelo, donde fue capturada. La fusilaron el 7 de septiembre frente a las tapias del cementerio de Fuendejalón. Su marido fue ejecutado poco más tarde en Tabuenca.

Desde AFAAEM esperan poder organizar un homenaje a su figura en primavera al que no se descarta que pueda asistir la ministra Calvo, informa El Heraldo de Aragón. Serán los familiares los que decidan qué pasa con los restos, aunque previsiblemente descasarán en Fuendejalón.