Merche Valimaña, la voz de Eurovisión

Merche Valimaña, la voz de Eurovisión

Ni Conchita Bautista, ni Raphael, que fueron dos veces. La artista española que en más ocasiones ha acudido a Eurovisión es Merche Valimaña, que con el Trío La, La, la acompañó a Massiel la noche que ganó el festival en Londres.

Una foto de archivo de Merche Valimaña.Merche Valimaña

Aquella memorable actuación en el Royal Albert Hall la convirtió en un personaje popular en los años 60 y 70. Su altura, su fisonomía no pasaban desapercibidas para los espectadores de la única televisión en blanco y negro. Merche Valimañana había llegado a la música pop tres años antes, en 1965, después de que pusiera su voz en la campaña publicitaria con la que Coca-Cola lanzó en nuestro país el envase de litro.

A partir de ahí, junto a sus compañeras Ana María y Cristina, las principales discográficas empezaron a llamarlas para sus grabaciones. Manolo y Ramón, el Dúo Dinámico, eligieron al trío para los coros de La, la, la, tanto en la primera versión que grabó Joan Manuel Serrat como en la definitiva, junto a Massiel.

Ella misma cosió el vestido que lució en la actuación pero, además del triunfo, Merche se trajo un recuerdo agridulce de Londres. Las alojaron en un modesto hotel de las afueras, apenas si tuvieron relación con la representante española, con la que, incluso, algún periodista llegó a confundirla.

“A pesar de todo, tuve una buena amistad con Massiel, pero con los años se ha ido distanciando, hasta evita hablar de nosotras en televisión. Yo no se qué puede haberle pasado. Peor para ella, porque mis compañeras son un encanto”, cuenta.

Al año siguiente, en 1969, Salomé, acompañada por otro trío famoso, Los Valldemosa, volvió a ganar en Eurovisión en el Teatro Real de Madrid, aunque debió compartir el primer puesto con Frida Boccara, Lenny Kuhr y Lulu.

En esa ocasión, el trío subió al escenario junto a la representante noruega, Kirsti Sparboe, otra asidua al eurofestival que quedó en último lugar. Sparboe, que había grabado la versión en noruego de La, la, la no encajó demasiado bien la derrota y durante los tres años siguientes rechazó participar en el certamen.

Si junto a Massiel vistieron de blanco y lucieron minifalda con Sparboe y su llamativo moño, para cantar con Julio Iglesias en Ámsterdam prefirieron un traje pantalón de color rosa. La edición eurovisiva de 1970 tuvo menos participantes y más de una polémica.

Julio debió conformarse con ser cuarto, empatado con otros tantos países, gracias a los votos de Irlanda, Alemania, Italia y Mónaco. Pese a ese modesto resultado, entre el futuro astro y su coro se estableció una amistad que ha perdurado con el paso del tiempo y en multitud de grabaciones.

Para entonces, la de Merche Valimaña era la voz de acompañamiento preferida del compositor Waldo de los Ríos, al que en 1971 encargaron los arreglos y la dirección orquestal de En un mundo nuevo, con la que Karina se presentó en el Gaiety Theatre de Dublín. Durante los primeros segundos de la actuación, las únicas voces que se escuchan son las del coro. Inexplicablemente, Karina empieza a cantar en el segundo verso de la letra.

¿Fue un fallo técnico o un lapsus de la artista? ¿Tuvo alguna repercusión ese incidente en el resultado? Medio siglo después no hay respuestas concluyentes.  Aunque en la primera parte de la votación la representante española se situó en la cabecera de la tabla, al final Mónaco se impuso.

En 1975, España decide enviar por primera vez al certamen a un dúo, Sergio y Estíbaliz, que también serán arropados por un cuarteto. A Merche y su compañera se suman dos voces masculinas. Seis voces en el escenario, el máximo que permite el reglamento del certamen.

El autor de la composición, Juan Carlos Calderón, otro de los grandes músicos de la época, suele contar con ellas. Pocos meses después de Eurovisión, con Cecilia, las llevará al Festival de la OTI.

La última experiencia eurovisiva de Valimaña llegó en 1978 con José Vélez y el infatigable Dúo Dinámico, que habían compuesto para el canario una pegajosa historia de amor a ritmo de vals. En las imágenes previas a la actuación, Vélez, que por primera vez en su carrera va a cantar con una orquesta de más de 40 músicos, avanza hacia el escenario del brazo de Merche. El estribillo en francés no evitará que quede el séptimo en la tabla, arrollado por el Abanibí de los israelíes Izhar Cohen y Alphabeta.

Sin saberlo, millones de españoles tarareaban en esa época una canción interpretada por Merche: la que se escuchaba en la cabecera de la serie La abeja Maya. Su voz también estaba de Isidoro, en muchos anuncios de televisión e, incluso, en la banda sonora de Tarzán, donde canta a dúo con el mismísimo Phil Collins.

Como las voces de José Luis Uribarri o Miguel de Santos, como el logo azul con estrellas doradas o la sintonía que precedía a la conexión, aquellas chicas del Trío La, la, la forman parte de la iconografía un festival que cada año animaba la vida cotidiana de miles de españoles, aunque ahora, nostálgica, a Merche le parezca que Eurovisión ya no es lo que era.

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Miguel Fernández (Granada, 1962) ejerce el periodismo desde hace más de treinta y cinco años. Con 'Yestergay' (2003), obtuvo el Premio Odisea de novela. Patricio Población, el protagonista de esta historia, reaparecería en Nunca le cuentes nada a nadie (2005). Es también autor de 'La vida es el precio, el libro de memorias de Amparo Muñoz', de las colecciones de relatos 'Trátame bien' (2000), 'La pereza de los días' (2005) y 'Todas las promesas de mi amor se irán contigo', y de distintos libros de gastronomía, como 'Buen provecho' (1999) o '¿A qué sabe el amor?' (2007).