Mi mejor amiga murió demasiado joven

Mi mejor amiga murió demasiado joven

Sigo recuperándome. Cuando una persona tan cercana a ti muere es como si salieras de una película a color y entraras a otra en blanco y negro.

COURTESY OF KATY WINSHIP

Vicki, mi mejor amiga, tenía solo 32 años cuando yacía en el hospicio Santa Gemma de Yorkshire cuando le prometí que su muerte no sería en vano.

Después de que le diagnosticaran cáncer ovárico de célula pequeña hipercalcémico, un tipo poco frecuente de cáncer de ovarios, Vicki vivió seis meses intensos en los que cumplió sus deseos pendientes gracias a una página de recaudación de fondos que se hizo viral.

En cuestión de semanas, recaudamos más de 20.000 dólares y Vicki consiguió vivir un montón de experiencias fantásticas gracias a la generosidad de amigos y desconocidos. Entre esas experiencias, visitamos el set de rodaje de la serie de Netflix Cristal oscuro: la era de la resistencia, estuvo presente en la proyección de La casa de verano en la alfombra roja del Festival de Venecia, recibió una clase privada con el taxidermista Chris Elliot y la comediante Katherine Ryan la invitó a su tour Glitter Room. Fueron experiencias que pudimos hacer gratis porque la gente quiso ayudar, y todo porque lo pedimos amablemente.

La sensación de urgencia por pasar tiempo con nuestra querida amiga significaba que la agenda de Vicki estaba saturada. Después de los festivales  burlescos en Berlín, los viajes a Londres y un último viaje familiar a Whitby, tuvo que asistir a muchas citas médicas y sesiones de quimioterapia.

Sé cómo me sentiría yo si te pasara a ti. Pero yo no estaré aquí. Yo me habré ido, así que a mí me dará igual

En relativamente poco tiempo (le dieron el diagnóstico en agosto y la admitieron en el hospicio en enero), Vicki sacó fuerzas para viajar y participar en innumerables actividades, como patinaje sobre ruedas, fiestas nocturnas y un viaje familiar a Disneyland París, pese al fresco que hacía en noviembre. Para entonces, su salud se había empezado a deteriorar, pero aun así nos las arreglamos para seguir echando un par de partidas a los bolos de madrugada.

Como puedes ver, la forma en que Vicki afrontó su muerte no fue nada ordinaria. De hecho, esos seis meses fueron extraordinarios. No era momento para estar tristes. Eso ya vendría después. Nunca olvidaré cuando me dijo que lo lamentaba por sus amigos. Sus palabras fueron: “Sé cómo me sentiría yo si te pasara a ti. Pero yo no estaré aquí. Yo me habré ido, así que a mí me dará igual”.

Sabía que crear una organización benéfica no sería un paseo por el parque, pero también era consciente de que era importante para mí y de que sería un modo estupendo de canalizar mi duelo.

Cuando estaba a su lado en el hospicio, ambas sentíamos que la situación era muy injusta. Era demasiado joven para morirse por un cáncer de ovarios y pensamos que su muerte se podría haber retrasado e incluso evitado si hubieran detectado pronto su enfermedad. Si hubiera sabido un poco antes que sus síntomas eran los típicos del cáncer de ovarios o si los médicos no la hubieran ignorado diciéndole que sus molestias se debían al síndrome del intestino irritable...

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En ese momento, me prometí que no descansaría hasta que hubiera difundido la palabra sobre su terrible enfermedad y hubiera conseguido que su muerte tuviera una influencia importante. Veía lo que había sucedido con la campaña para cumplir su lista de deseos y tenía fe en que lograríamos que mucha gente tomara nota. La actitud de Vicki durante toda su enfermedad fue inspiradora, de modo que parecía un paso adecuado. Me di cuenta de que si podía encontrar algo que me apasionara en esos momentos difíciles, también podía hacer que el recuerdo de mi mejor amiga sirviera para algo.

Sigo recuperándome. Cuando una persona tan cercana a ti muere es como si salieras de una película a color y entraras a otra en blanco y negro. Todo lo que te rodea es más triste y gris. Con nuestra organización benéfica, Lemonade, podemos traer cierta felicidad a las familias afectadas por el cáncer de ovarios y transmitir la misma amabilidad que todo el mundo pudo presenciar por parte de mi amiga.

La organización benéfica se llama así porque frente a la adversidad y la mala suerte, hicimos limonada con los limones que nos daba la vida. Vi cómo la gente se unió por Vicki para crear algo memorable y no quise que aquello terminara. Y yo quería mantener vivo su recuerdo y seguir creando experiencias positivas para personas como ella.

Aunque Lemonade solo consiga ayudar a una única persona a cumplir su lista de deseos, ya habrá merecido la pena

Supongo que decirle lo que planeaba hacer le dio cierta tranquilidad y sentido a lo que le sucedía, de modo que tuve que darlo todo. Si lográbamos contarles a otras mujeres lo que le pasó a ella, habríamos conseguido algo positivo.

La fortaleza y la actitud de Vicki aprovechando su tiempo al máximo fue el motor de la organización benéfica, así como su filosofía. Incluso el logo, que es un útero kawaii (cuqui) está inspirado en su admiración por Japón, que por desgracia nunca llegó a visitar.

Siete meses después de nuestra pérdida, tenemos una directiva compuesta íntegramente por mujeres con recursos, dedicadas, creativas y, lo más importante, con empatía y ganas de que la organización benéfica tenga éxito. Será necesario mucho trabajo y ya hemos invertido seis meses de investigación y planificación para constituirla. Aunque Lemonade solo consiga ayudar a una única persona a cumplir su lista de deseos, ya habrá merecido la pena.

Ya ha habido gente sin miedo a pedir ayuda que ha contactado con nuestro equipo y ha atraído a muchas más personas de todo tipo que, como nosotras, quieren ayudar a las señoras de nuestra zona. Vivimos en Yorkshire, que tiene la mayor tasa de cáncer de todo el Reino Unido.

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Los estudios demuestran que el número de casos de cáncer de ovarios está en aumento. Se le conoce como el cáncer silencioso, pero sus síntomas no tienen nada de silenciosos: son muy notorios. Estómago inflamado, ganas de orinar muy a menudo y sensación de cansancio permanente son algunos de los síntomas que tuvo Vicki y que no le detectaron hasta que llegó a urgencias con un tumor del tamaño de una tripa de embarazada para que le hicieran una histerectomía.

Lo que se propone Lemonade es enseñarle a la gente a través de eventos y redes sociales cuáles son los síntomas del cáncer de ovarios a los que hay que estar atentos. Estamos moviéndonos con el hasthtag #notsilent.

Lo más bonito de esta historia es que la familia de Vicki está implicada. Su sobrina, Georgia, está haciendo pulseras en apoyo a las mujeres y las venderemos en nuestra fiesta. Su madre, Enid, va a hacer pasteles para los eventos que tenemos en mente. Leanne, su hermana, está en la directiva conmigo.

Los comentarios que he recibido me han animado a seguir. Siento como si fuéramos el equipo más débil en un partido y nos estuvieran dando más ánimos por ello. Tal vez porque estamos empezando y porque supongo que es destacable que consigamos exprimir limonada de una situación tan amarga.

Este post fue publicado poriginalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.