Morado oscuro casi negro

Morado oscuro casi negro

Los días más difíciles de Unidas Podemos

Pablo IglesiasEFE

En shock. Indignados. Dudosos. Arrepentidos. Humillados. Esperanzados. Heridos. Divididos. Sorprendidos. Enmudecidos. Manipulados. Avergonzados. Entristecidos. Furibundos. Orgullosos. Ansiosos. 

Por todas estas sensaciones han pasado los miembros de Unidas Podemos durante los últimos diez días. Una ruleta rusa emocional, que ha acabado como toda España vio: con la abstención en el Congreso y tumbando la investidura de Pedro Sánchez como presidente.

Son muchas las sensaciones que quiebran las cabezas de la dirección de UP. Desde el viernes por la tarde la tónica es el silencio. Y toca repensar lo que hay que hacer ahora. Pero se ha puesto todavía todo más negro después de que el mismo viernes al mediodía decidiera salir ante las cámaras la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, para dar por cerrada la puerta a un Gobierno de coalición.

En la dirección de Podemos siguen creyendo que reclamaron lo justo y que el PSOE tenía desde hace mucho tiempo claro que no quería pactar y lo hizo imposible. Con un momento grabado entre los dos líderes: la llamada que se hicieron al final de la tarde del miércoles. Pedro Sánchez le dijo a Iglesias que no aceptaba darle las competencias que quería y que mantenía su oferta: una Vicepresidencia del Gobierno para Irene Montero y los ministerios de Igualdad, Sanidad y Vivienda.

En la mente de Iglesias siempre estuvo que él había cedido el que más: dando un paso atrás personalmente y aceptando que el líder del socio no entrara en el Ejecutivo. Y su precio eran una Vicepresidencia y cinco ministerios, pero siempre que tuvieran competencias realmente y presupuestos. UP aspiraba principalmente a competencias de Hacienda y al ministerio de Trabajo.

Buscando al ‘malo’

Y durante los primeros días de la investidura hasta la fatídica noche del miércoles predominaba la sensación de que UP estaba ganando la batalla del relato (esa obsesión de los spin doctors) y que el PSOE era el ‘malo’. Pero todo en política cambia: y la reconversión de sus propuestas en exigencias y la filtración del documento hizo que el PSOE retomara la iniciativa y dejara a UP fuera de juego, en el ámbito teórico de la irrealidad.

Unidas Podemos jugó en la negociación casi de tú a tú, pidiendo una presencia proporcional. Para el PSOE era contrario, no les aseguraban los votos para la mayoría absoluta y no iba a dar ninguno de los ministerios de Estado (Interior, Defensa, Exteriores). Para los morados lo otro era simple “decorado”: algo que ahora utiliza el PSOE diciendo que rechazaron materias sociales, el verdadero corazón de la izquierda.

Y en estos calurosos días UP se encuentra en una encrucijada, en una situación dificilísima. Ya se evidenció poco antes de la votación, cuando se reunió la dirección confederal. Hubo de todo. Aunque al final salió abstención, según fuentes conocedoras, había miembros que incluso apoyaban darle un sí al PSOE sin entrar y, en cambio, un sector más duro quería votar ‘no’.

Hasta el último minuto lo intentó Alberto Gazón (IU). Incluso pensó en pedir que se retrasara la votación para buscar el último acuerdo. Iglesias se sacó de la chistera a última hora una propuesta que no gustó al PSOE: cambiar el Ministerio de Trabajo por competencias en política activas de empleo. Los socialistas ridiculizaron esa medida diciendo que eran competencias de las CCAA, dando a entender que no conocían la arquitectura institucional. Su compañero Garzón no le aplaudió durante la intervención, y al final un poco con desgana.

De cara a los próximos meses, Garzón ha movido ficha rápidamente. Este viernes por la tarde IU publicaba un comunicado: pedía a Podemos apoyar a un Gobierno del PSOE en solitario en base a los programas si no había acuerdo de coalición. Las fricciones internas están aseguradas, incluso se puede llegar a un momento como el del PSOE del Comité Federal.

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Y es que la sensación en la izquierda es que una repetición electoral no sería para nada buena. Hay una gran decepción entre los ciudadanos, no se vaticina una alta participación y el miedo a Vox se ha relajado bruscamente. El propio Iglesias lo ha verbalizado: Si hay elecciones, Sánchez no será presidente.

En el PSOE dicen que las encuestas les dan bien, y emiten señales contradictorias sobre las elecciones. Sánchez manifiesta que no va a tirar la toalla y ahora apela con fuerza a que se abstengan PP y Cs. Y de Gobierno de coalición, ni hablar. En cambio, Podemos sigue todavía diciendo que se puede negociar.

La presión de IU: apoyar al PSOE sin Gobierno de coalición

El límite es el 23 de septiembre -si nadie alcanza antes la investidura- se disolverán las Cortes y habrá que ir a elecciones el 10 de noviembre. En conversaciones internas en Unidas Podemos siempre se menciona a un nombre como obsesionado por ir otra vez a las urnas: Iván Redondo -el jefe de gabinete de Sánchez y su más cercano consejero-.

Además, hay un fantasma que se agita para Iglesias y que en UP creen que además se está potenciando desde La Moncloa. El nombre: Íñigo Errejón. Más Madrid rechaza por el momento aspirar a nivel nacional, pero la presión puede crecer ante una nueva llamada a las urnas: una ventana de esperanza ante el fracaso de la actual izquierda en el Congreso.

Dentro del partido hay sectores que creen que hubiera sido mejor entrar ya en el Gobierno, sobre todo, teniendo en cuenta la situación de debilidad -son la cuarta fuerza del Congreso y tuvieron un sonado batacazo en las municipales-. En el peor momento de su líder, al que ya no rodea ninguno de los fundadores. Él, en cambio, ve toda una operación del establishment contra la formación e incluso desde su entorno revelan que Sánchez les dijo que la CEOE no quería a los morados.

La pregunta es si se puede permitir UP ir a otras elecciones. ¿Podría caer en la irrelevancia? ¿Acabaría convertida en la nueva IU? Pero, ¿sus militantes soportarían en cambio dar un sí a Sánchez sin entrar en el Gobierno?

Además, los siguientes pasos, si hay, serán muy difíciles ante el clima de desconfianza absoluto ahora mismo entre los dos potenciales socios. Todo puede pasar en política, pero hoy por hoy no hay ninguna conexión. Y con el espectáculo de estos días de sillones frente a políticas.

Los días más difíciles. Iglesias es muy cinéfilo... Morado oscuro casi negro.