Muere a los 78 años la actriz cómica Rosa María Sardá

Muere a los 78 años la actriz cómica Rosa María Sardá

La actriz sufría un cáncer linfático desde 2014.

La actriz Rosa María Sardá ha fallecido este miércoles a los 78 años, según ha informado la Academia de Cine.

Ganadora de dos goyas como mejor actriz de reparto, por Sin vergüenza y ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, Sardá recibió en 2010 la Medalla de Oro de la Academia. Además de haber presentado las galas de los Premios Goya en 1993, 1998 y 2001.

Sardá sufría un cáncer linfático desde 2014, que había paralizado desde entonces su actividad en el cine y el teatro. La última aparición televisiva de la catalana tuvo lugar en Lo de Évole (laSexta) el pasado 27 de abril donde habló abiertamente de su enfermedad.

“No. Yo no lucho contra nada. No se lucha contra un cáncer. El cáncer es invencible. No se lucha. Es una cuestión de que los que se ocupan de ti tengan más o menos tino al programar unas ciertas medicaciones. No se trata de un match a ver quién gana. El cáncer siempre gana”, sentenció la actriz.

Nacida el 30 de julio de 1941 en el seno de la familia de cómicos Sardá, de donde saldría también su hermano, el presentador Javier Sardá, la actriz empezó a hacer teatro de manera amateur en el barrio barcelonés de Horta, donde dio sus primeros pasos en el mundo de la comedia. De formación autodidacta, Sardá dio muestras de su talento polifacético como intérprete, humorista, presentadora y directora teatral.

La catalana dio el salto al cine en la década de los 80, cuando protagonizó la cinta Moros y cristianos (1987) de Luis García Berlanga y apareció en varios programas de televisión como  Olé tus vídeos y Ahí te quiero ver, donde realizó varios sketches.

A lo largo de su extensa trayectoria, con cerca de 50 filmes a sus espaldas, Sardá participó en cintas tan reconocidas como Todo sobre mi madre (1999) de Pedro Almodóvar o Te doy mis ojos (2003) de Icíar Bollaín, saliéndose de su marcado registro cómico.

Su fino humor y su tremenda ironía quedaron patentes en los gags que realizaba, especialmente los que protagonizaba junto a Enric Pous, el Honorato, en el programa Ahí te quiero ver, donde se sentaban en un sofá a ver la televisión.

En los últimos años se le rindieron diferentes homenajes, entre ellos el de los informadores cinematográficos, que en 2016 le concedieron el Premio Feroz de honor.

“En la ferocidad de este mundo es emocionante que seamos capaces de hacer fiestas y seguir haciendo cine, pese a todos los palos. Somos afortunados porque no estamos cruzando el Egeo en una patera, ni en campos de refugiados”, dijo al recoger ese premio, demostrando una vez más su compromiso político y social. Este 2020 debería haber recibido el Fotogramas de Plata especial en una ceremonia que se suspendió por la pandemia del coronavirus.

El año pasado estuvo entre las firmantes de un manifiesto de intelectuales, artistas y políticos, que pedía a los partidos catalanes que no impidieran la designación del líder del PSC, Miquel Iceta, como senador autonómico para que pudiera ser nombrado presidente del Senado, algo que no sucedió.

Su posicionamiento político que le ha hecho firmar en varias ocasiones manifiestos afines a la izquierda y a participar en varios mítines del PSOE, la llevó también a devolver en 2017 la Creu de Sant Jordi que recibió en 1994 de manos de Jordi Pujol, como muestra de su posición totalmente contraria al independentismo.

“El que me la entregó es un corrupto. Y [lo devolví] porque, si no piensas como ellos, te consideran un mal catalán, y por tanto no creí que fuera digna de ese galardón”, dijo sobre esto a El País Semanal en 2018.

En 2019 publicó su primer y único libro, Un incidente sin importancia (Planeta), una novela con un marcado carácter autobiográfico.

La ironía y el humor frente a la enfermedad

Sardá vio paralizada su actividad por un cáncer linfático que le fue diagnosticado en 2014. Desde entonces, su actividad en las tablas y las pantallas se ha ido reduciendo a papeles eventuales en cintas como Rey gitano (2015), Ocho apellidos catalanes (2015) y La reina de España (2016).

A pesar de convivir con la enfermedad durante seis años, siempre conservó su sentido del humor y sobre todo, su marcada ironía. Y a la pregunta de ”¿cómo estás?”, que le formuló Jordi Évole en su última entrevista respondió con ironía: “No estoy en mi mejor momento, pero porque a los 78 años no creo que sea el mejor momento de la vida, ¿a ti qué te parece?”.

Sobre el uso de la ironía incluso en situaciones duras, como la que ha vivido frente al cáncer, Sardá respondía en 2019 a El Confidencial, que “algunas cosas hay que tomárselas en serio y otras con una mirada más optimista. El sentido del humor aquí es muy del garrote y del plátano en la cara”.