Muere "de forma repentina" el ministro de Exteriores de Bielorrusia

Muere "de forma repentina" el ministro de Exteriores de Bielorrusia

Vladímir Makéi, 64 años, no tenía dolencias conocidas. En tiempos fue prooccidental, lo que lo señaló como un posible interlocutor para Ucrania. De ahí las dudas sobre lo ocurrido.

Vladimir Makéi, durante una rueda de prensa, el pasado febrero. via Associated Press

El ministro de Exteriores de Bielorrusia, Vladímir Makéi, de 64 años, ha muerto este pasado sábado, según ha informado la diplomacia bielorrusa. “Ha muerto repentinamente el ministro de Exteriores de Bielorrusia, Vladímir Makéi”, informó literalmente el portavoz de la diplomacia del país, Anatoli Glaz, sin ofrecer más detalles, en una nota citada por la agencia estatal BELTA. Las causas de su fallecimiento no han trascendido.

Makéi estuvo al frente de la cartera de Exteriores durante más de una década, desde el 20 de agosto de 2012, y accedió a este cargo después de ser durante cuatro años el jefe de la Administración presidencial de Bielorrusia.

Su fallecimiento ha causado consternación tanto en el régimen de Alexandr Lukashenko como en el Gobierno amigo de Moscú. “Estamos conmocionados por la noticia de su muerte”, escribió en las redes sociales la portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova, nada más conocerse la noticia. A sus condolencias se han sumado ya países amigos de Vladimir Putin y del propio Lukashenko como Cuba, Venezuela o Nicaragua. La Embajada rusa, por su parte, ha recordado “la gran contribución” de Makei “al fortalecimiento de las relaciones ruso-bielorrusas, y a la construcción y el desarrollo progresivo del Estado de la Unión”, en referencia a la alianza formada por Rusia y Bielorrusia. “Como un profesional reconocido y un patriota sincero de su país, defendió con firmeza y eficacia los intereses de la República de Bielorrusia en las plataformas internacionales”, según el comunicado, recogido por la agencia rusa Interfax.

Makéi, antes de llegar a la cancillería, ya había forjado una importante carrera. Sirvió en las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética y de Bielorrusia entre 1980 y 1993, donde alcanzó el rango de coronel en la reserva y, ya bajo el régimen de Lukashenko -en el poder desde 1994-, comenzó su ascenso en la política, dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores. Legó a representar a su país ante el Consejo de Europa antes de pasar al departamento de presidencia, además de trabajar en la Embajada bielorrusa en Francia.

Su postura había sido de lo más prooccidental que podía encontrarse en el gabinete de Minsk, satélite de Rusia. Antes de las elecciones presidenciales y las protestas masivas contra el gobierno en Bielorrusia en agosto de 2020, Makéi había sido uno de los iniciadores de los esfuerzos para mejorar las relaciones de Bielorrusia con Occidente. No obstante, ante la violencia de la represión de esas manifestaciones, buscó un discurso más alineado con el régimen del llamado último dictador de Europa.

En las semanas previas a la invasión rusa de Ucrania y ya el 24 de febrero, cuando se consumó la agresión, el ministro se había declarado partidario de la actuación “defensiva” del Kremlin, alegando que Occidente había provocado la guerra y que las autoridades ucranianas deberían aceptar los términos de paz rusos. Makéi prometió que no habría ningún ataque a Ucrania desde el territorio de Bielorrusia, eso sí, pero su país fue por donde pasó uno de los seis frentes terrestres abiertos por las tropas de Putin. No se sabe aún si jugaba al despiste o estaba fuera de los planes secretos de la andanada.

Las sospechas

Su perfil ha hecho que algunas voces apunten a una muerte sospechosa, no natural. Un excompañero suyo, el exministro y exembajador bielorruso en España Pável Latushka, actualmente uno de los líderes opositores en el exilio, comentó su fallecimiento en Twitter: “Como embajador en París y en Madrid en 2018, me preguntaron de forma confidencial: ‘¿Puede Vladímir Makei convertirse en un rival real para Lukashenko en las elecciones?’. Mi respuesta fue: ‘Sí, sí puede’. En 2020, Makéi se traicionó a sí mismo y parece que no pudo sobrevivir a ello. Vladímir Makéi ha muerto hoy”.

Aleksy Dzikawicki, subdirector del canal de televisión bielorruso Belsat, ha desvelado que “se suponía que Makéi pronto estaría en la reunión de la OSCE en Lodz (Polonia)”. Efectivamente, este jueves y viernes se va a celebrar una conferencia de los ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. Versará sobre guerra de Ucrania, que es lo que señalan los que ven sombras en su muerte, por si pudiera ejercer de mediador, pero lo cierto es que en la agenda de estos días también está tratar “la situación en las regiones euroatlántica y euroasiática”. La OSCE está formada por 57 Estados, Bielorrusia y Rusia entre ellos, aunque Dzikawicki sostiene que el canciller ruso, Sergei Lavrov, no ha sido invitado a la cita.

“Este es el cuarto caso en la historia del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia cuando ocurren eventos similares”, añade Latushka, en referencia a los despidos previos de ministros de Relaciones Exteriores antes de las cumbres de la OSCE. “No vivió hasta esa fecha por solo tres días, en circunstancias extrañas”, remarca.

Abiertamente ha hablado Lev Shlosberg, político opositor ruso y activista de derechos humanos, en una entrevista con el Daily Mail: “Es muy difícil, casi imposible, creer en la naturaleza natural de las causas de la muerte de Vladimir Makéi”.

Europa Press señala que su último servicio conocido fue viajar a la capital de Armenia, Ereván, a la cita del miércoles y el jueves pasados de Organización del Tratado de Seguridad Colectiva y el viernes se había reunido con el nuncio del Vaticano, Ante Jozic. Es muy posible que las negociaciones entre Rusia y Ucrania estuvieran sobre la mesa, ya que el Papa Francisco ha mostrado públicamente su intención de ser mediador si se da la oportunidad.