Muere Diego Armando Maradona a los 60 años

Muere Diego Armando Maradona a los 60 años

El 'Pelusa', 'D10S', como se le apodó a juego con el dorsal que le acompañó, no fue únicamente uno de los mejores jugadores de la historia. También fue un icono cultural, político y hasta religioso.

El famoso aforismo de Nietzsche, revestido de lenguaje deportivo, se ha hecho realidad: Dios ha muerto. O lo que es lo mismo, adiós a uno de los grandes genios del fútbol y del deporte mundial. Diego Armando Maradona se ha ido a los 60 años.

El ‘Pelusa’, el ‘Barrilete Cósmico’ o, directamente, ‘D10s’ —a juego con el dorsal que le acompañó en sus grandes momentos—, ha fallecido a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. El accidente cardiaco ha ocurrido pocas semanas después de la operación de urgencia a la que se sometió el 3 de noviembre por un hematoma subdural.

El futbolista, que pasó diez días ingresado en estado grave, parecía haberse recuperado de forma satisfactoria en el domicilio que tenía en Buenos Aires, donde ha sufrido el paro este miércoles alrededor de las 13:00 (hora local). Pese a que se desplazaron inmediatamente cuatro ambulancias, no pudieron hacer nada por recuperarle. La investigación del fiscal encargado ha confirmado la causa “natural” del deceso, descartado cualquier rastro “de violencia o criminalidad”.

La mano de Dios y el mejor gol de siempre

Maradona fue futbolista, para muchos el más grande de la historia (en una competición con Pele, Cruyff y actualmente Messi), pero fue mucho más: icono cultural, referente social, publicitario... Una de las grandes figuras contemporáneas.

Su técnica prodigiosa con el balón le acompañó siempre, incluso retirado y absolutamente fuera de forma era habitual verle hacer malabares, pero fue con los colores de su selección argentina cuando logró sus mejores éxitos, especialmente cuando se proclamó campeón del mundo en 1986.

Como los maestros de la música y de la pintura, ha desafiado nuestro intelecto, ha enriquecido el espíritu
Víctor Hugo Morales, periodista

En ese torneo, disputado en México, firmó sus dos obras más legendarias, ambas en el duelo contra Inglaterra en cuartos de final y cuando aún coleaba el conflicto entre los dos países por las Islas Malvinas: el tanto conocido como “La mano de Dios” por anotarlo con la mano en una pillería que no vio el árbitro y otro, quizás su mejor legado, tras una jugada magnífica en la que regateó a media Inglaterra. La FIFA lo premió como el mejor gol de la historia en el año 2000.

Ídolo en el Barça, Dios en el Nápoles

A nivel de clubs, el mítico 10 defendió los colores del varios equipos, destacando su paso por el Barcelona (1982-1984) y especialmente el Nápoles (1984-1991), donde sobrepasó la figura de ‘simple’ ídolo y se convirtió en una verdadera pasión entre sus seguidores. 30 años después nadie que hable en la ciudad olvida lo que significó el ‘Pelusa’.

En su palmarés aparecen dos ligas italianas, una Copa de la UEFA, una Supercopa y una Copa de Italia con el Nápoles, hitos impensables por entonces para un modesto equipo del sur del país en plena era del temible Milán de Arrigo Sacchi. La reacción del club transalpino ha sido inmediata, el estadio San Paolo pasará a llamarse Diego Maradona.

Allí llegó tras un paso de dos temporadas en el Barcelona, donde había levantado una Copa del Rey, una Supercopa y una Copa de la Liga. Su palmarés se remata con una Liga Argentina con el Boca Juniors.

También vistió los colores del Sevilla, la temporada 1992-1993, ya en el epílogo de su carrera y lejos de su mejor forma, lo que no quitó que dejase exhibiciones que aún se recuerdan en Nervión. Sus últimos pasos en el campo de juego los dio de vuelta a casa, en Newell’s Old Boys, Boca Juniors y con la albiceleste en el Mundial de 1994 de Estados Unidos.

“En el momento en que Diego se retiró del fútbol activo, dejó traumatizada a Argentina”, subrayó Jorge Valdano, compañero de Maradona en las selecciones nacionales. “Diego fue más que un futbolista genial. Fue un factor extraordinario de compensación para un país que en pocos años vivió varias dictaduras militares y frustraciones sociales de todo tipo”, recoge Associated Press.

Tras su retirada, Maradona dio el salto a los banquillos, donde llegó a ser seleccionador de Argentina entre 2008 y 2010, además de dirigir varios equipos en su tierra, en los Emiratos Árabes y en México. Actualmente era el entrenador del equipo argentino Gimnasia de La Plata.

Una lucha constante contra las drogas

Sin embargo, su carrera y su figura siempre ha estado ligada a los problemas con las drogas, en una lucha constante contra las adicciones. Su historial, plagado de goles y acciones mágicas, también cuenta con varias sanciones por dopaje y consumo de sustancias prohibidas. La primera de ellas, en 1991, supuso un parón de 15 meses hasta que recaló en el Sevilla. No fue la última, ya en el ocaso de una carrera histórica.

Igualmente, su hoja clínica ha estado cargada de ingresos en centros médicos, incluido un internamiento en una clínica psiquiátrica, junto a numerosas operaciones relacionadas con dolencias cardiacas, lesiones derivadas de la actividad deportiva y problemas de sobrepeso.

Durante su carrera y especialmente en la última etapa de su vida, Diego Armando ha compartido campañas de prevención y concienciación sobre el consumo de drogas, con especial implicación con los jóvenes y los sectores más desfavorecidos.

Un icono cultural, político... y religioso

Pero nada de ello minimizó el significado de la ‘marca Maradona’. No es un futbolista más, ni siquiera es el mejor de toda la historia. Su figura representa un icono multidisciplinar, desde lo político a lo cultural pasando por lo espiritual. No es un juego de palabras: bajo su nombre nació una suerte de religión, la Iglesia Maradoniana, creada por sus seguidores.

Andrés Calamaro, uno de los músicos argentinos más reconocidos internacionalmente, le dedicó uno de sus temas célebres.

En el terreno político, Maradona fue un marcado activista de izquierdas y simpatizante de la causa chavista. En el plano personal entabló especial amistad con Fidel Castro, así como con otros líderes como Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Evo Morales. A finales de 2019 el ‘Pelusa’ visitó la Casa Rosada, residencia el presidente argentino (por entonces Alberto Fernández) para desarrollar un proyecto de impulso al deporte en los barrios populares.

“Como los maestros de la música y de la pintura, ha desafiado nuestro intelecto, ha enriquecido el espíritu, se nos ha anticipado en la percepción del mundo que nos rodea. Nadie me ha emocionado a más y me dejó en tal asombro como Diego”, dijo de él el periodista Víctor Hugo Morales, popular periodista uruguayo que le puso voz al mítico gol de Maradona a Inglaterra.

Luto mundial

Su muerte ha llenado de recuerdos, lamentos y duelo las redes y la agenda de todo el mundo. En Argentina se han decretado tres días de luto nacional como ha anunciado el presidente.

Incontables equipos, deportistas y personalidades han compartido mensajes de pésame por la pérdida de un genio del balón y toda una personalidad que ha dejado una huella imborrable dentro y fuera de las canchas.

Hoy me despido de un amigo y el mundo se despide de un genio eterno. Uno de los mejores de todos los tiempos. Un mago sin igual. Se va demasiado pronto, pero deja un legado sin límites y un vacío que nunca se llenará. Descansa en paz, as. Nunca serás olvidado.