Muere el preso independentista corso cuyo caso desató unos disturbios históricos

Muere el preso independentista corso cuyo caso desató unos disturbios históricos

Condenado a cadena perpetua y en máxima vigilancia, Yvan Colonna fue apalizado por un preso yihadista. Los corsos acusan a Francia de no garantizar su seguridad.

Carteles en París en solidaridad con Colonna, el 16 de marzo de 2022. Daniel Pier/NurPhoto via Getty Images

El preso nacionalista corso Yvan Colonna ha fallecido este lunes tras dos semanas en coma por la brutal agresión sufrida hace casi tres semanas a manos de un preso islamista condenado por terrorismo en la prisión de Arles (sur de Francia).

La agresión ha provocado importantes manifestaciones y graves disturbios con decenas de detenidos en las movilizaciones en defensa del preso, condenado a cadena perpetua por el asesinato del prefecto de Córcega en 1998. El lema de las protestas era, en muchos casos, “Statu francese assassinu” [Estado francés asesino, en idioma corso].

“La familia de Yvan Colonna confirma su muerte esta noche en el Hospital de Marsella. Piden que se respete su luto”, ha anunciado el abogado de la familia, Patrice Spinosi, en declaraciones al diario corso Corse-Matin.

El 17 de marzo le dieron la libertad “por razones médicas”

Colonna, de 61 años, estaba en coma postanóxico ―por falta de oxígeno― desde la agresión, perpetrada el pasado 2 de marzo, y el pasado 17 de marzo un tribunal le concedió la libertad “por razones médicas”, una petición recurrente de sus abogados. Colonna, sin embargo, no pudo volver a Córcega.

El corso fue agredido por un yihadista condenado por terrorismo que estuvo en Afganistán en un “estrangulamiento con las manos desnudas”, según la Fiscalía.

Una abogada de Colonna, Sylvain Cormier, había expresado su sorpresa por lo ocurrido, dado que el preso corso “es uno de los más vigilados en Francia (...) y le impiden acercarse a sus familiares” en Córcega. Sin embargo, “la administración penitenciaria no ha podido garantizar su protección más básica”.

El Estado era legalmente responsable de la seguridad de Yvan. Si muere, tendrá que rendir cuentas
La familia de Colonna

“El Estado era legalmente responsable de la seguridad de Yvan Colonna. Si muere, la administración penitenciaria y toda la jerarquía política de la que depende tendrá que rendir cuentas”, afirmó la familia de Colonna tras el ataque.

Los separatistas corsos lucharon por la independencia de Francia durante décadas. En 2014, el Frente Nacional de Liberación de Córcega (FLNC), uno de los dos principales movimientos independentistas corsos clandestinos, depuso las armas.

Toca “esclarecer esta agresión de especial gravedad”

El Ministerio de Justicia ha encomendado a la Inspección General de Justicia “esclarecer plenamente las condiciones de esta agresión de especial gravedad” en un centro penitenciario que alberga a detenidos que cumplen largas condenas o presentan riesgos.

Colonna fue detenido en 2003 y condenado a cadena perpetua por el asesinato del prefecto de Córcega en 1998, Claude Érignac, cargos que siempre ha negado. Fue encarcelado en Arles ―Bocas del Ródano― y sus peticiones de traslado a Córcega fueron reiteradamente denegadas por las autoridades.

En 2016, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó un recurso contra su encarcelamiento, con lo que se confirmaba definitivamente su condena.

Sus apoyos en España

Entre los movimientos independentistas catalán y vasco el caso Colonna también ha tenido mucho seguimiento. Esta mañana, el actual coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, publicaba en Twitter la noticia de la muerte de Colonna, mandando sus condolencias a sus familiares, amigos y al pueblo corso, en un mensaje escrito en euskera y en francés.

La pasada noche, el partido nacionalista vasco Sortu expresaba su solidaridad con Colonna y la lucha corsa, compartiendo una publicación del partido Corsica libera que defiende la independencia de Córcega.

También la noche del lunes, la organización catalana Assemblea Nacional Catalana manifestaba en Twitter sus condolencias a la familia del preso corso, al tiempo que apoyaba las movilizaciones de protesta.

Decenas de heridos y detenidos en los disturbios

Desde que, a principios de marzo, se conoció la agresión que sufrió Colonna en la prisión de Arles, las principales ciudades corsas han sido escenario de importantes protestas y disturbios.

  Un manifestante sostiene la bandera corsa en una de las manifestaciones en apoyo a Colonna, el 13 de marzo. PASCAL POCHARD-CASABIANCA via AFP via Getty Images

El pasado 9 de marzo, al menos tres manifestantes, 23 policías y un reportero gráfico resultaron heridos en varias protestas en solidaridad con Colonna. Las cifras fueron creciendo con los días. Los manifestantes acusaban a las autoridades francesas de no haber atendido la petición de Colonna de ser trasladado a una prisión corsa.

Los manifestantes atacaron repetidamente a los agentes de Policía en el edificio de la prefectura de Bastia, en el norte de la isla mediterránea, con cócteles molotov.

En la capital corsa, Ajaccio, los manifestantes atacaron a la Policía frente al edificio municipal, lanzando piedras y bombas incendiarias, a lo que la Policía respondió con granadas de choque y gases lacrimógenos.

El 13 de marzo las protestas reunieron a unos 10.000 manifestantes según los convocantes ―7.000 según la policía―, en una manifestación convocada por sindicatos y partidos nacionalistas corsos.

  Manifestación en Bastia (Córcega, Francia), el 13 de marzo. En la pancarta se lee "Estado francés asesino", junto a la foto de Colonna. PASCAL POCHARD-CASABIANCA via AFP via Getty Images

“Un ciclo de discusiones sin precedentes”

Un día después, el Gobierno francés anunció que enviaría a Córcega a su ministro de Interior, Gérald Darmanin, para tratar de poner fin a estos disturbios.

En un comunicado, Darmanin explicó que a petición del presidente francés, Emmanuel Macron, iría a Córcega para “abrir un ciclo sin precedentes de discusiones” con los representantes de las administraciones territoriales y con las “fuerzas vivas”.

Afirmó que “el Gobierno ha entendido las demandas de los cargos electos de Córcega sobre el futuro institucional, económico, social y cultural de la isla, en particular las del presidente del consejo ejecutivo, Gilles Simeoni”.

El 17 de marzo, tras dos semanas de altercados en Córcega, el Gobierno francés se felicitó por la vuelta a la calma tras la concesión de libertad a Colonna, aunque reconoció que esta era era “frágil”. El Gobierno de Emmanuel Macron señaló que si esta tendencia de estabilidad se prolongaba se podría negociar sobre las competencias locales y sobre otras demandas penitenciarias de las familias de terroristas corsos.

¿Seguirá durando esa “frágil” calma tras la muerte de Colonna?