Quién (y cómo) es Naomi Osaka, la encargada de encender el pebetero olímpico

Quién (y cómo) es Naomi Osaka, la encargada de encender el pebetero olímpico

La tenista es una de las grandes esperanzas de Japón y todo un símbolo por su personalidad.

Naomi Osaka, tras encender el pebeteroHANNAH MCKAY via Getty Images

El misterio se desveló justo al final. Naomi Osaka, la tenista japonesa, ha sido la encargada de encender el pebetero olímpico. Los Juegos de Tokio 2020 ya han comenzado oficialmente y lo han hecho de la mano de un símbolo nacional. Sin grandes aspavientos, con una emoción contenida en leves reverencias a los presentes, en cierto modo como es ella, Naomi ha subido los escalones que le han conducido al centro mismo del mundo durante este viernes 23 de julio.

Osaka, nacida en la ciudad homónima hace 23 años, es la número 3 del ranking WTA, aunque meses atrás llegó a ser primera. En apenas tres años ha disparado su nombre y la importancia de su figura, tanto que es una de las grandes esperanzas de la amplia delegación japonesa para sus Juegos.

Llega en racha y pese a su juventud ya acumula cuatro Grand Slams (Open de EEUU en 2018 y 2020 y el Open de Australia 2019 y 2021), en superficies similares a en la que se disputará la competición olímpica.

Pero su relevancia va más allá de sus cada vez mayores méritos deportivos. Es una figura que no deja indiferente a nadie, empezando por su origen. Hija de padre haitiano y madre japonesa, se crio en EEUU, donde también se ha convertido en ídolo social. Su ligazón con el país norteamericano es total e, incluso, se maneja mejor en inglés que en japonés. No obstante, ella se siente japonesa. Y haitiana.

Su carácter, introvertido y peculiar, también le ha llevado a verse envuelta en poémicas. Este mismo año, decidió abandonar el torneo de Roland Garros tras plantar a los medios por “salud mental”. Antes de dar el paso, recibió una advertencia por parte de la organización en forma de multa, por lo que optó por abandonar y tomarse un tiempo fuera del tenis. Osaka aseguró entonces que hablar con los periodistas le provoca “una gran ansiedad” además de confesar que había tenido varios episodios de depresión. Duro poco y ya está lista para los Juegos.

Tokio 2020 le ha obligado a estar bajo el foco que ella misma decidió evitar hace unos meses. Recientemente, compartía orgullosa su posado en la portada de la revista Sports Illustrated, con el comentario de “primera mujer haitiana y japonesa en la portada”, junto a otros reportajes en publicaciones como Vogue. Esta misma semana, la plataforma Netflix estrenó una miniserie sobre su vida en los últimos años.

Defiende que no quiere ser el centro de atención, pero que hace lo que cree mejor para todos. Se le ha visto dando la cara contra la discriminación racial o mostrando actitudes poco habituales en una estrella del deporte. “Ahora ya me da igual lo que opine la gente”, apunta en su documental.

En un reciente vídeo de cara a los Juegos, la tenista quiso mandar un mensaje a todas las chicas “diferentes”, un adjetivo que ella misma ha tenido que soportar: “Piensan que soy diferente, callada, que no encajo en lo que debería ser una atleta olímpica. Si no encajamos en lo que la gente que cree que debemos ser... bien, eso significa que nosotros somos las que vamos a cambiarlo”.