Netanyahu gana con soltura las elecciones pero no se garantiza la mayoría

Netanyahu gana con soltura las elecciones pero no se garantiza la mayoría

Con un 90% de los votos escrutados, todo indica que la situación será similar a la del bloqueo del pasado abril

El líder del Likud, Benjamín Netanyahu.EFE

“Una gran victoria para Israel”. El primer ministro de Israel y líder de la derecha del Likud, Benjamín Netanyahu, se expresó así al conocer los primeros sondeos a pie de urna, que le otorgaban entre cuatro y cinco escaños más que en las elecciones de septiembre, cuando logró 32.

Lo cierto es que Netanyahu encabeza el lento recuento electoral y muestra una amplia ventaja sobre su rival, Azul y Blanco, de Beny Gantz, aunque con el 90% escrutado los datos no le garantizan una mayoría simple de 61 diputados de los 120 que necesita en la Cámara para formar un gobierno de coalición con sus socios tradicionales: la ultraderecha (Yamina, 7 escaños) y los partidos ultraortodoxos (SHAS y Judaísmo Unido de la Torá, unos 9 y 7).

El Likud se quedaría a dos escaños de una mayoría simple que le garantice formar gobierno. Así, a falta aún de contabilizarse un 10% de papeletas, el Likud se hace con 36 escaños de 120, mientras Gantz se quedaría en 32.

Situación similar a la de abril

Estos datos aún pueden variar ligeramente, pero todo indica que Netanyahu tendrá que enfrentarse a una situación similar a la del pasado abril, cuando se quedó a un escaño de la mayoría y hubo que convocar nuevas elecciones.

Entonces, estas formaciones lograron 60, pero al no conseguir el que faltaba de ningún modo, la Knéset (Parlamento) acabó disolviéndose y convocando nuevos comicios, que se celebraron el pasado septiembre sin conseguir tampoco desbloquear la situación.

Si estos datos se mantienen, está por ver cómo consigue Netanyahu los apoyos que le faltan para formar ejecutivo. Las principales fórmulas son bien conseguir el voto de un tránsfuga de algún partido, bien formar un gobierno de unidad con Gantz, bien conseguir volver a hacerse con el apoyo de Lieberman, que anoche ya dijo que “no se moverá ni un milímetro” de lo prometido a sus electores, es decir, que no gobernará con los ultrarreligiosos.

La corrupción no pasa factura

Las cifras de los comicios, los terceros en el país en menos de un año y que han tenido una participación del 71% -sin precedentes desde 1999-, confirman que la acusación a su líder por tres cargos de corrupción no parecen haberle pasado factura política.

“Gracias”, dijo Netanyahu en su cuenta de Twitter, tras conocerse los sondeos.

Esta madrugada, Netanyahu señaló que los resultados son una “victoria dulce”, “una victoria contra viento y marea”: “Hace poco hablé con todos los líderes de las facciones de derecha. Haremos todo lo necesario para formar un gobierno nacional amplio que sea bueno para Israel”, afirmó.

Gantz, por su parte, admitió “pena y desilusión” y, aunque pidió esperar a los datos oficiales, reconoció que “no es lo que queríamos que sucediera. Si estos son los resultados, no es lo que llevará a Israel al camino correcto”.

Como nota curiosa en la noche del recuento, el digital Times of Israel informó de que los funcionarios a cargo de las elecciones se están negando a contar los votos de los más de 4.000 israelíes bajo cuarentena por el coronavirus que emitieron su voto en recintos especiales estériles y con grandes medidas de seguridad.