Ni un famoso sin su documental: por qué el 'docureality' es un filón para las plataformas

Ni un famoso sin su documental: por qué el 'docureality' es un filón para las plataformas

Georgina Rodríguez, Sergio Ramos o Tamara Falcó son algunos de los rostros conocidos que han mostrado su vida en Netflix y Prime Video.

Georgina Rodríguez, Sergio Ramos y Tamara Falcó.NETFLIX/PRIME VIDEO

Tamara Falcó, Georgina Rodríguez, Sergio Ramos, Laura Pausini, Chiara Ferragni, la influencer Grace Villareal y, próximamente, David Beckham. Los famosos y plataformas como Netflix y Prime Video han visto en los docurealities la mejor manera de conectar con los espectadores y todavía al formato todavía le queda cuerda para rato.

Desde Netflix informan de que en los últimos meses han lanzado más de 15 títulos entre los que también están First Class, el reality con algunos miembros de la jet-set de Barcelona, o Insiders, capitaneado por Nawja Nimri, o ¿A quién le gusta mi follower?, un dating show que se estrenará próximamente presentado por Luján Argüelles donde también estará Jedet. En la plataforma aseguran que la oferta no se estancará sino que seguirá creciendo y pondrán todos sus esfuerzos en seguir enganchando a sus suscriptores con formatos de no ficción.

La plataforma de streaming está feliz con cómo han funcionado sus contenidos locales dentro y fuera de España, de hecho, Soy Georgina consiguió instalarse en el Top 10 de países como Egipto, Turquía, Maldivas o El Salvador. Para Elena Neira, profesora de la UOC y autora de Streaming Wars apostar por personajes de sobra conocidos a nivel local es todo un acierto.

“Este tipo de realities, como el de Tamara Falcó, que aquí la conoce todo el mundo pero fuera no, son una apuesta por el talento local y sirven para fidelizar al público de aquí”, reflexiona la experta. Según Neira, es evidente que el reality vive tiempos de gloria desde el éxito de Las Kardashian, pero los actuales presentan algunas diferencias relativas al storytelling para adaptarlos a las plataformas.

“Puede consumirse de manera más seguida, lo que han hecho es adaptar el reality al formato bajo demanda. Y no deja de tener ese punto de interés morboso en la vida de la gente”, señala la autora.

Para ella, el camino de Netflix hacia estos contenidos de no ficción, donde entran los docurealities pero también los realities al uso como Amor con fianza, es una transición natural. “Todo es una cuestión que inventaron ellos mismos. Cuando lanzan Élite se dan cuenta del volumen de seguimiento que tenían los actores en redes sociales, entonces hacen series a media para capitalizar ese éxito”, sentencia Neira. 

La experta en televisión cree que las plataformas están apostando por estos contenidos, entre otras cosas, por su rentabilidad. “Es un tipo de contenido más barato de hacer que una serie. Cada vez hay más, es un formato emergente, con lo cual es algo que tiene recorrido a largo plazo”, señala.

Es un tipo de contenido más barato de hacer que una serie. Cada vez hay más, es un formato emergente, con lo cual es algo que tiene recorrido a largo plazo
Elena Neira, profesora de la UOC y autora de 'Streaming Wars'.

A pesar de que tanto Prime Video como Netflix se han lanzado a este formato, es la segunda quien está haciendo una apuesta más clara. “Los contenidos de no ficción están triunfando y Netflix quiere un trozo del pastel de esos formatos de no ficción que funcionan tan bien en la televisión convencional”, apunta Neira.

Por qué engancha la vida de los famosos

Los realities y docurealities han ido cambiando a lo largo de los años pero su éxito permanece intacto y los espectadores quieren saber más sobre los famosos a los que siguen. ¿Por qué? Para la psicóloga Sanitaria y terapeuta EMDR Belén Picado, algunas personas se enganchan porque al conocer detalles sobre ellos como “momentos de éxito y también situaciones complicadas”, se sienten “más próximas a ellos”.

“Esta cercanía será aún mayor si el personaje ha pasado por alguna situación similar a la del espectador. A menudo este último ya suele saber algo del personaje, pero conocer detalles sobre el ser humano que hay detrás va a influir para que lo perciba más cercano y, de paso, para que tenga una mayor sensación de veracidad respecto a lo que está viendo”, cuenta la experta.

Para Picado, en los docurealities hay “ingredientes suficientes” para que el espectador se quede enganchado capítulo tras capítulo. “Es habitual que haya algún tipo de trauma; muchas son historias de superación en las que hay desde situaciones de pobreza a maltrato, rechazo familiar… Y esto no solo favorece que nos sintamos identificados y empaticemos con el personaje en cuestión, sino también que queramos saber cómo continúa la historia y cómo va superando cada obstáculo”, explica la psicóloga.

Con este formato matan dos pájaros de un tiro y, como explica Picado, los espectadores ven que los famosos también “son seres humanos”. “Si, además, ese famoso o esa famosa es de origen humilde y ha conseguido fama, dinero, el amor de alguien también admirado…. el enganche será todavía mucho mayor porque el mensaje que se está transmitiendo es ‘Si yo he podido, tú también’ y ’Los sueños se cumplen. Lo de menos es que estos mensajes sean o no realistas”, añade. Este podría ser el caso del reality de Georgina Rodríguez, en el que la influencer rememora su pasado y reflexiona sobre todo lo que no se podían permitir ella y su familia cuando vivían en Huesca.

Picado también menciona el componente puramente científico que hace que nos enganche: “Cada vez que vemos un capítulo de alguno de estos docudramas se libera en nuestro cerebro una importante cantidad de dopamina. Este neurotransmisor nos proporciona una sensación placentera que nos llevará a querer repetir y a ver un capítulo tras otro… anticipando que con ello recibiremos otro chute de placer”.

Además de para sentirse más cerca de estos famosos, en ocasiones se recurre a este tipo de formatos para desconectar o ‘no pensar’, aunque no todo se limita al escapismo y también hay verdadero interés en esa persona conocida.

Cada vez que vemos un capítulo de alguno de estos docudramas se libera en nuestro cerebro una importante cantidad de dopamina. Este neurotransmisor nos proporciona una sensación placentera que nos llevará a querer repetir
Belén Picado, psicóloga Sanitaria y terapeuta EMDR.

“Si alguien se sienta un día a ver uno o dos capítulos de un docureality sobre un personaje que le gusta o le genera curiosidad y lo hace para entretenerse no tiene por qué suponer un problema. Incluso si en un momento puntual se hace una ‘maratón’ de episodios”, señala Picado, que cree que es un problema cuando se recurre a estos formatos para “evadirse de una realidad que es demasiado dura”.

Es decir, “cuando nos ‘tragamos’ un capítulo tras otro como una estrategia (desadaptativa) de afrontamiento en situaciones difíciles asociadas a estrés, depresión, soledad o ansiedad”, y es el vehículo principal para lidiar con los problemas u olvidarse de ellos.