¿No eres productivo en el trabajo? Échale la culpa a tu oficina

¿No eres productivo en el trabajo? Échale la culpa a tu oficina

Pasas 2.000 horas al año en el trabajo. Lo mejor para todo el mundo es que sean lo más llevaderas posible.

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Si notas que te cuesta avanzar en las tareas de la oficina, quizás no sea culpa de tu capacidad de concentración. Tal vez la culpa la tenga tu espacio de trabajo.

El diseño de una oficina puede influir en tu productividad a lo largo del día. Si ves que a menudo te quedas mirando el ordenador sin hacer nada, conviene que consideres si alguno de estos factores ambientales o el diseño de tu oficina están lastrando tu potencial.

1. El aire rancio de la oficina

Si trabajas en una oficina, es probable que la mayor parte de tu tiempo lo pases bajo techo. El aire que respiras en estos espacios cerrados puede afectar a tu función cognitiva.

Hacer que entre algo de aire fresco o tener un buen sistema de ventilación está asociado a un mejor rendimiento laboral, según un estudio de 2017 realizado por los investigadores de la Universidad de Harvard, la Universidad de Siracusa y la Universidad Estatal de Nueva York.

En un experimento, los investigadores reunieron a más de 100 directores, arquitectos y diseñadores en 10 edificios para realizar pruebas cognitivas al final del día. Los grupos que trabajaron en edificios con certificación VERDE con una buena calidad de aire mostraron un rendimiento un 26% superior al de los grupos que trabajaron en edificios convencionales, según unas pruebas adaptadas según factores como los ingresos anuales, el tipo de trabajo y el nivel de estudios.

2. La mala iluminación

Disponer o no de luz natural es un factor decisivo para los trabajadores. De hecho, en una encuesta realizada en 2018 por la organización Future Workplace, muchos trabajadores señalaban la luz natural como el principal punto a favor que podían conseguir en la oficina, por encima de tener una cafetería, un gimnasio o una guardería en el mismo edificio.

No es ninguna sorpresa: la falta de iluminación natural le puede pasar factura al organismo, según un estudio dirigido por el profesor Alan Hedge, del Departamento de Diseño y Análisis ambiental de la Universidad Cornell, realizado con 313 empleados de oficina. Los empleados que contaban con luz natural sufrían menos casos de dolor de cabeza y vista cansada.

“Con mayor acceso a vistas e iluminación natural a través de ventanas de vidrio inteligente, los trabajadores mostraron una productividad un 2% mayor”, afirma el estudio. “La mejora (y la reducción) de la productividad está asociada a las condiciones ambientales de los empleados, de modo que las empresas que creen un ambiente de oficina con abundante luz natural y vistas al exterior aumentarán sus beneficios”.

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3. Los compañeros con los que te sientas

Los seres humanos son animales sociales que imitan el comportamiento que ven a su alrededor. Las investigaciones demuestran que la conducta de las personas es contagiosa. Cuando un compañero de trabajo es desagradable, se te pegará su mala actitud.

En muchas ocasiones, al planificar dónde se sentará cada empleado, no se tiene en cuenta cómo afecta a la productividad la proximidad con determinados tipos de compañeros. En un estudio de 2016 de la Escuela de Negocios Harvard que analizó la velocidad y la calidad del trabajo de 2.000 empleados de una empresa de tecnología, los investigadores descubrieron que sentarse en un radio de 10 metros de un trabajador de alto rendimiento podía llegar a aumentar en un 15% la productividad de sus compañeros.

La contrapartida es que los malos hábitos también son contagiosos. El estudio descubrió que sentarse cerca de un compañero de trabajo tóxico (definido como un trabajador que ha sido despedido) aumenta el riesgo de ser despedidos también. “En cuanto una persona tóxica se sienta a tu lado, el riesgo de que tú también te vuelvas una persona tóxica aumenta”, sostiene Dylan Minor, uno de los autores del estudio.

4. La temperatura, porque no os ponéis de acuerdo en la oficina

Si alguna vez has estado en guerra con tus compañeros para controlar el termostato de la oficina, sabrás que la temperatura ideal para trabajar varía según cada persona.

En una encuesta realizada por CareerBuilder a 3321 trabajadores, el 53% de ellos aseguraron ser menos productivos cuando tienen frío y el 71%, que su productividad cae cuando hace demasiado calor.

Los propios investigadores llegan a conclusiones distintas sobre la temperatura ideal. En un estudio de 2016 de los investigadores de la Universidad Politécnica de Helsinki y del Lawrence Berkeley National Laboratory se halló que la productividad máxima se daba a los 22 grados centígrados, mientras que un estudio independiente de la Universidad Cornell defiende que 25 grados es la temperatura óptima para reducir los errores de tecleo y aumentar la productividad de los empleados.

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos no tiene ninguna normativa sobre la temperatura de los edificios de oficinas, pero recomienda que esté entre 20 y 24,4 grados centígrados, una diferencia que a algunos les parecerá lo mismo que pasar de una nevera a una sauna, según sus preferencias.

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5. Una oficina sin plantas a la vista

Tal vez la plantita que tienes en el escritorio sea la razón de que logres mantener la concentración durante tanto tiempo y hacer todo tu trabajo. Tener plantas a la vista no solo sirve para sentirse acompañados, sino que también mejora la concentración, según la teoría de restauración de la atención. Esta teoría defiende que es posible rejuvenecer la capacidad de atención observando la naturaleza, porque cuando se disfruta de la naturaleza, se pone en marcha una atención que no requiere de ningún esfuerzo.

Un estudio de la revista Journal of Experimental Psychology comparó oficinas con y sin plantas y descubrió que los trabajadores que contaban con plantas a la vista mostraban niveles mayores de concentración.

En otro estudio publicado en la revista Journal of Environmental Psychology se solicitó a 34 estudiantes repartidos de forma aleatoria en dos grupos que realizaran una prueba de lectura en la que debían recordar la última palabra de determinadas oraciones. Quienes realizaron esta exigente prueba con cuatro plantas a la vista obtuvieron una mayor puntuación que quienes lo hicieron sin plantas cerca.

Antes de que te sientes en tu puesto de trabajo y empieces la jornada laboral, recuerda que hay multitud de factores ambientales visibles e invisibles que inciden en tu productividad. Quizás no puedas cambiarte de sitio para buscar más luz natural o mejor compañía, pero sí que puedes colocar una planta en tu escritorio. Si piensas que tu espacio de trabajo no es el ideal, háblalo con tus jefes o con el departamento de recursos humanos.

Pasas 2.000 horas al año en el trabajo. Lo mejor para todo el mundo es que sean lo más llevaderas posible.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.