"No me merezco tanto odio": la dura carta de un niño asturiano de 11 años que sufre acoso escolar

"No me merezco tanto odio": la dura carta de un niño asturiano de 11 años que sufre acoso escolar

Y el colegio concluye que no se cumplen las condiciones para considerar que existe acoso.

Acoso escolarEFE

“No entré con buen pie en este colegio, se me acusó de pesado, molestón, vete de nuestro lado. Se me acusaba de cosas que yo no hice. Cuando tocaba jugar a ‘pelotazo’, siempre quieren darme a mí el primero”.

Así narra un niño de once años, según El Comercio, la tortura que lleva sufriendo en su centro escolar desde que tenía tres.

A pesar de que la familia lo había denunciado en repetidas ocasiones, comunicándoselo a tutores, orientadores y equipos directivos, hasta el año pasado no se inició un protocolo de actuación ante situaciones de posible acoso escolar.

El mundo está lleno de personas muy pero que muy malas. No me apetece hacer nada ni salir de casa
Menor

El propio niño dice que a veces, ante el rechazo de los compañeros, reacciona acariciándoles la cara, lo que empeora la situación. Pero, sobre todo, lo que cuenta es la tristeza que siente. “El mundo está lleno de personas muy pero que muy malas. No me apetece hacer nada ni salir de casa”. Y finaliza su carta: “Estoy muy triste y con el corazón roto en mil pedazos. Yo creo que no me merezco este trato de tanto odio hacia mi”, informa el medio.

A consecuencia de la activación del protocolo se recabó información que confirmaba que los incidentes se habían producido, y también de las dificultades para integrarse del menor.

Sin embargo, a finales de septiembre se transmitieron las conclusiones del informe en el que se determinaba que el acoso no era real ya que no se cumplían las cuatro circunstancias necesarias: repetición, intencionalidad, desequilibrio de poder e indefensión y personalización.

La dirección del centro ha rechazado hablar más del asunto, aunque aseguran que están implementando medidas “educativas y correctoras para expresar mejor las emociones”. La familia por su parte se ha negado a firmar el informe.