No son seres extraños, Lidia

No son seres extraños, Lidia

El Partido Feminista está causando sufrimiento a seres humanos con estas y otras declaraciones.

Imagen de archivo de Lidia Falcón. Efe

“Son seres extraños”. Eso es lo que piensa Lidia Falcón sobre las mujeres trans, tal como lo refleja en la entrevista que ha concedido recientemente a El HuffPost . La transfobia del Partido Feminista, que considera a la mujer un ser mitológico con características atlantes, se vuelve cada día más furibunda, se revuelve más ante la diversidad.

Lidia se refiere a las mujeres trans como un lobby, un grupo de presión. Cuánta irresponsabilidad, cuánto despropósito. Y sobre todo, cuánto daño causado intencionadamente. Las personas trans sufren más de un 80% de paro, vejaciones e insultos; se me hace difícil pensar cómo alguien pueda defender que un colectivo objetivamente discriminado hasta el extremo como las personas trans podría ser en algún caso un grupo de presión. La fijación del Partido Feminista con las mujeres trans, que desafían su concepto canónico y bíblico de mujer, es digno de estudio. 

Lidia también comparte formas argumentales con la extrema derecha: afirma que las personas LGTBI lo son por decisión propia. En la entrevista dice que las mujeres trans sufren doble discriminación porque “ellas han escogido ser leídas como mujer, es una opción”. Es decir, afirma sin pudor que las mujeres trans no son mujeres, sigue insistiendo en la tesis de que son hombres que afirman ser mujeres. Es terrible e irresponsable. E indigno.

Naciones Unidas, ONU Mujeres, ONU SIDA, además de las principales ONGs del mundo no tienen duda al respecto de que las mujeres trans son mujeres y de que los hombres trans son hombres. Pero este feminismo religioso del Partido Feminista parece que tiene serios problemas con el progreso, y con la dignidad de las personas LGTBI. Las personas trans no merecen soportar tanto odio.

El Partido Feminista está causando sufrimiento a seres humanos con estas y otras declaraciones.

Cada vez que Falcón afirma que las mujeres trans no son mujeres o que los hombres trans no son hombres atenta contra los derechos de estas personas, les niega su identidad, se la cuestiona. Las afirmaciones acerca de que las personas trans se mutilan cuando se operan asevera más su ignorancia y su dogmatismo. Me producen auténtica repulsa estas declaraciones, este pensamiento y la defensa de un tipo canónico de mujer que solo existe en la cabeza de Lidia y del Partido Feminista.

Si usáramos un distorsionador de voz y nos tapáramos los ojos no podríamos distinguir si las frases lesivas sobre la dignidad de las personas trans vienen de Santiago Abascal o de Lidia Falcón, de Vox o del Partido Feminista de España. Comparten tesis y retórica. Ambos usan términos como lobby gay o lobby trans. Ambos dicen que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva. Y ambos están lesionando la dignidad de las personas transexuales.

Afortunadamente, la mayor parte de la sociedad no tolera estas afirmaciones. Afortunadamente, la mayoría tenemos claro el concepto de respeto y de diversidad. Y callar no es la solución, callar nunca es la solución. Las personas trans no están solas ni lo estarán: somos muchos los que estamos a su lado, y no daremos pasos atrás ni a un lado. Su dignidad tiene que ser defendida colectivamente por toda la sociedad. El Partido Feminista está causando sufrimiento a seres humanos con estas y otras declaraciones, menoscabando la dignidad de las personas trans de un modo consciente y gratuito.

Todos reconocemos la condición de víctima de Lidia Falcón a manos del fascismo. Pero ser víctima no te da licencia para convertirte en verdugo, ser víctima del fascismo no te da carta blanca para arremeter contra las personas trans, uno de los colectivos más vulnerables y discriminados de la historia. Por el contrario, quienes, desde su posición de privilegio intentan menoscabar la dignidad de otros están más cerca del totalitarismo que de la democracia. Y no merecen mi respeto. Las personas trans son mis hermanas.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Doctorando en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona, en la línea de investigación "Poder, Subjetividad y Género". Activista por los Derechos Humanos. Máster en Intervención Psicológica por la UDIMA y Experto Universitario en Trastornos de la Personalidad por la misma universidad. Máster en Formación del Profesorado en UNED. Diplomado en Perspectiva de Géneros y Bioética Aplicada por la Universidad de Champagnat, Mendoza, Argentina. Formación de posgrado en violencia de género y participación en congresos internacionales de temática feminista, bioética, diversidad sexual y género. Dos veces portavoz de derechos del Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica, único organismo internacional público en materia de juventud en el mundo. Premio Cristina Esparza Martín 2020 en la categoría de Activista del año por su defensa de la igualdad de género y a favor de los derechos del colectivo LGTBI. Ha sido uno de los observadores internacionales coordinados por el centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero para velar por el cumplimiento de la Ley de Amnistía del Estado de México.