La ‘old school’ de Casado

La ‘old school’ de Casado

Las ofensivas ideológicas del PP contra el Gobierno por EH Bildu y la ley Celaá tras perder la batalla de los presupuestos.

Pablo Casado en la recogida de firmas contra la Ley CelaáEFE

El pasado martes se cerraba el plazo para presentar las enmiendas parciales a los Presupuestos Generales. El Congreso registraba 3.793. El Gobierno tiene que ir negociando ahora estas propuestas que terminarán de dibujar el mapa con el que La Moncloa sacará adelante sus cuentas… y se asegurará prácticamente la permanencia de la coalición hasta dentro de tres años.

Los números le salen al Ejecutivo para aprobar a final del año finalmente los presupuestos, aunque todavía no se decanta por la vía de la investidura (la que gana enteros según pasan las horas) o por la de Ciudadanos. Pablo Casado y el PP son conscientes, y lo admiten en privado, que si no pasa nada muy gordo, probablemente aguante este Gobierno bastante más de lo que se presuponía al principio.

Por lo tanto, los populares cambian de estrategia. Casado vuelve a enterrar su giro moderado escenificado durante la moción de censura de Vox y esa baza de presentarse como el PP que sabe gestionar dando la batalla con las cuentas públicas. En los últimos días la dirección de Génova ha regresado a la guerra ideológica, muy al estilo de Vox

Casado y los suyos no hablan de números estos días en los debates sobre las cuentas públicas y han puesto todo el foco en EH Bildu. Han aprovechado además la aprobación de la ley Celaá para regresar a la afrenta ideológica. El argumentario que repiten los ‘populares’, casi al unísono con Vox y Cs, es que el PSOE está pactando con batasunos y que el Gobierno a cambio está cediendo ante los independentistas a través de la ley educativa eliminando el castellano y atacando a la escuela concertada.

Tapar los presupuestos con Bildu y Celaá

Son dos temas muy sensibles en la sociedad con los que los populares pretenden polarizar y ensombrecer el relato de que el Gobierno tiene apoyos suficientes para sacar adelante las cuentas y sobrevivir. EH Bildu, por ende, se ha convertido en el gran protagonista, con un PP haciendo una ofensiva contra Sánchez por “infame”. 

En el PSOE reconocen que no es una tarea sencilla luchar contra las “fake news” y las “mentiras” de Casado sobre este tema. No hay ningún pacto con EH Bildu, repiten en Ferraz y en La Moncloa, pero tampoco se pueden negar a esos votos. Una operación promocionada especialmente por Pablo Iglesias (UP) para fortalecer el bloque de investidura y asegurar votos para las leyes durante los próximos años.

La estrategia de Sánchez pasa estos momentos por no ahondar ni hablar directamente sobre Bildu, defender que los presupuestos son indispensables en este momento de la pandemia y acusar de trumpismo político al Partido Popular. Miembros del Ejecutivo y del partido sostienen que estas críticas del PP ya están “desgastadas” y que no cuajará entre los votantes ese “viejo libro” de ETA y Cataluña. Fuentes de Génova 13, en cambio, mandan este mensaje: “Sánchez sólo hace oposición a la oposición. No da ninguna explicación sobre su pacto con Bildu. Tampoco da explicaciones ante su ataque a la libertad de educación. Y, para rematar, el presidente más mentiroso de la historia acusando de mentir…”

El PP ha lanzado en paralelo, según fuentes populares, una “ofensiva” contra la ley Celaá a lo largo y ancho de España. Los populares quieren explotar al máximo esta iniciativa contra el Gobierno. Por el momento se ha aprobado en el Congreso y tiene que ir ahora al Senado. La consigna de la dirección es clara: mucho ruido con este tema. Se pudo comprobar en el propio Hemiciclo con los diputados en pie gritando “libertad” y golpeando sus escaños. Génova 13 ha recuperado estrategias pasadas como la recogida de firmas contra la ley, que a muchos les ha recordado a la campaña de Mariano Rajoy contra el Estatut de Cataluña.

El Gobierno, convencido con seguir adelante con la ley

Desde el Gobierno, admiten fuentes del Ejecutivo, se sabía que el PP se iba a oponer desde el principio y no iba a intentar pactar la reforma educativa. Como dicen fuentes socialistas, esos gritos de libertad deberían haber sido de “mis privilegios”. Celaá ha seguido adelante con la ley a pesar del ‘no’ del PP y, según su entorno, está convencida de la necesidad de sacar adelante el proyecto que elimine los aspectos más lesivos de la ley de Wert. Y recuerdan desde el Ejecutivo que, a pesar de no contar con el PP, el nuevo proyecto ha contado con los votos de 177 diputados (mayoría absoluta) de PSOE, UP, ERC, PNV, Más País, Nueva Canarias y Compromís.

En el Gobierno se reafirman con esta nueva ley al buscar la “equidad”, según fuentes del Ministerio de Educación, frente a la reforma de Wert, que “fomentaba la desigualdad”. “La Lomloe va a revertir eso, por eso refuerza la escuela pública, que había sufrido los recortes de los gobiernos del PP”, indican. Recuerdan las fuentes que la escuela pública es junto con la sanidad pública los pilares del Estado del Bienestar. Pero señalan que en los últimos años se ha producido una diferencia: la gente si tiene un problema grave de salud, va a la sanidad pública, en cambio hay mucha gente que intenta no ir a la educación pública y quien puede pagar se va a la privada. Algo que se intenta revertir con esta nueva reforma.

El PP más ideologizado ha vuelto y el Gobierno trata de placar las críticas mientras saca adelante las vitales cuentas públicas. España en su mismidad.