La guerra sin fin del PP

La guerra sin fin del PP

Los frentes de Casado se recrudecen: Ayuso no se da por aludida, Álvarez de Toledo contesta duramente y aumenta la polémica por la misa franquista.

Pablo CasadoEuropa Press News via Getty Images

No ha sido un buen lunes para Pablo Casado. Gris, plomizo y hostil como el temporal que recorre España. La guerra del Partido Popular no tiene fin, de hecho cada día se complica más y más. Los ánimos siguen encendidos y nadie es capaz de frenarla. Ni siquiera el propio líder parece en condiciones de acallar a sus rivales. 

Una situación interna cada vez más virulenta y cuyos efectos no dejan de crecer. El propio Pablo Casado se ve envuelto en una nueva polémica por haber acudido durante el fin de semana -con motivo del congreso del PP andaluz en Granada- a una misa en la catedral en la que se honró a Franco (se cumplían el 20-N 46 años de su muerte). Los partidos de la izquierda han salido en tromba este lunes para criticarlo y exigir explicaciones a un líder popular que guarda silencio. Desde el PP dicen que fue por error, que no sabía nada y que entró al final.

Lo que todo el mundo en el PP escuchó alto y claro fue el mensaje lanzado por Pablo Casado este domingo en la clausura del congreso del PP andaluz: “Esto no es un talent show de megalomanías”. Y dejó más perlas para Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo: el PP es un partido en el que se trabaja unido y no caben “solistas” ni “personalismos”.

Tras el cruce de dardos y de metáforas envenenadas desde el sur (Ayuso le llegó a decir a Juanma Moreno que “vuele libre”), el lunes no ha sido de paz ni de recoger velas. La presidenta madrileña, en plena tournèe ante los medios, se ha ido a TVE para dejar bien claro que no se daba por aludida. Con una declaración bien directa a Génova 13: “Ser crítico y tener criterio propio no es ser desleal”.

Sigue con la misma postura: hay que celebrar “pronto” el congreso del PP de Madrid, al que se presentará: “Llevamos dos meses con la polémica del congreso y se ha hecho eterno y prolongarlo otros ocho meses más, creo que desgasta, erosiona, crea más guerra interna, más malentendidos”. Asimismo, insiste en que no hay una campaña contra la dirección y no está coordinada con Álvarez de Toledo: “¿Dónde vamos las dos?”

La exportavoz del Partido Popular en el Congreso sí se ha sentido muy aludida y ha contestado a Pablo Casado sobre el talent show: “Está llamando personalismo a la personalidad y divismo al liderazgo”. Ha querido desmontar al presidente popular: “La personalidad y el perfil propio no son incompatibles con trabajar en equipo ni con ganar elecciones, al contrario”. Asimismo, ha enfatizado: “Es una vieja trampa de la izquierda confundir la libertad o la personalidad con la megalomanía para anular al individuo que destaca”.

Fiel a su estilo, se la ha devuelto a Casado argumento que no se imagina a grandes directores de orquesta como Leonard Bernstein, Riccardo Muti o Arturo Toscanini lamentando que haya “grandes figuras” en sus orquestas, algo que tampoco recrea en la política con Reagan, Churchill, Thatcher o Adenauer. “Ni tampoco a Aznar o González”, se ha quejado en RNE.

El PP sigue “enmarañado”, como reconoce la propia Díaz Ayuso. No hay visos de acuerdo y en Génova 13 no piensan rebajarse y ceder ante la madrileña para adelantar la fecha del congreso. Sería reconocer que tiene más poder la Puerta del Sol y que pierde el pulso ante la parte del partido que se ha engrandecido tras el 4-M y se considera por encima de la estructura. Ella dice que no es un pulso pero lo es en toda regla.

Y va para largo porque el congreso del Partido Popular de Madrid no está previsto hasta el segundo trimestre del año que viene. En la dirección del PP ven que están sufriendo un ataque como el que hubo contra Mariano Rajoy en 2008 por una parte del partido que entiende que hay que ser más duros y dar la batalla ideológica frente a un partido más centrado y con una visión de amplia mayoría. En Génova 13 entienden que Madrid no es toda España y que hay que tener un partido más moderado para captar votantes en otros lugares como Andalucía y Galicia con idiosincrasias sociales diferentes a la capital.

Casado, después de sus mensajes directos del fin de semana, ha querido rebajar un poco el cuerpo a cuerpo y no ha querido responder ni a Díaz Ayuso ni a Álvarez de Toledo. Desde Vitoria, el líder del PP ha dicho que en el partido están “todos unidos en un proyecto para construir una alternativa para España urgente”. “Somos un equipo que vamos todos a una”, ha apostillado.

La polémica misa

Y Casado se ha traído otra polémica del congreso del PP andaluz. El sábado estuvo en una misa en la capilla del Sagrario de la catedral de la ciudad andaluza, en la que se honró a Franco. Desde el PP se insiste en que fue por casualidad, que estaba visitando el templo y se unió a la misa al final al no poder ir el domingo. Los populares señalan que no fue una eucaristía por el dictador, sino que se pidió por varios difuntos, entre ellos Franco, pero que su líder no lo sabía. En Génova dicen que se está utilizando el tema para ‘tapar’ el apoyo de Bildu a los presupuestos.

  Pablo CasadoEuropa Press News via Getty Images

El PP, según ha comentado su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, cree que se trata de una polémica “estéril” y que el PSOE siempre “saca a pasear a Franco”. La Fundación Francisco Franco, sin embargo, ha agradecido a Casado que asistiera a la misa y ha señalado que no invitó personalmente al popular, por lo que “no puede responsabilizarse ni atribuirse su presencia en la misma”.

Pero la izquierda considera que Casado tiene que dar explicaciones. El propio PSOE, a través de su portavoz en el Congreso, Héctor Gómez, ha exigido al popular que aclare si “avala” la dictadura franquista. “Hemos visto a otros grupos en esta Cámara poner en valor la realidad de la gestión de Francisco Franco en su dictadura, queremos saber qué piensa Casado al respecto”, ha indicado, para calificar de “agresión” y de “irresponsabilidad política” haber estado en esa misa. A las críticas se han unido otros grupos de izquierdas como Compromís, Unidas Podemos y Más País.

Casado no consigue controlar al partido y calla sobre la polémica misa. A Dios rogando.