Pablo Iglesias descubre el último WhatsApp que ha recibido: de Irene Montero y muy muy mundano

Pablo Iglesias descubre el último WhatsApp que ha recibido: de Irene Montero y muy muy mundano

¿A quién no le ha pasado?

Pablo Iglesias e Irene Montero se abrazan en un acto electoral.Sergio R Moreno / GTRES

Los políticos son, en ocasiones, personas más normales de lo que aparentan. Para intentar demostrarlo, TVE ha sometido a un cuestionario personal a los candidatos de los principales partidos a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Una de las preguntas que les han planteado ha sido bien curiosa: “Si abrimos WhatsApp, ¿cuál es el último mensaje que leemos?”. De entre todas las respuestas, seguramente la más llamativa es la del líder de Podemos, que ha afirmado que es un mensaje de su pareja, la ministra Irene Montero.

“Uno de Irene preguntándome algo de la ropa que le había puesto a los niños”, ha asegurado el político.

Estas son las respuestas del resto:

Ángel Gabilondo: “De mi hijo Hugo ayer por la noche, hablándome de mi nieto Mauro”.

Isabel Díaz Ayuso: “A mi madre esta mañana para decirle que la quiero mucho”.

Edmundo Bal: “Mi núcleo familiar diciéndoles que venia aquí a la tele pública”.

Rocío Monasterio: “Uno de mi hijo planeando el cumpleaños de mi hija mayor”.

Mónica García: “De mi hermano para ver cómo se ven nuestras hijas”.

Otra cuestión que les ha planteado TVE es qué ciudad prefieren que no sea Madrid. Estas son las respuestas:

Pablo Iglesias: Bolonia.

Isabel Díaz Ayuso: Málaga

Edmundo Bal: Huelva

Mónica García: Buenos Aires.

Rocío Monasterio: Roma

Ángel Gabilondo: San Sebastián.

Por lo demás, Ayuso ha contado que de joven le llamaban entre sus amigas “chincheta” y también “galleta” y ha explicado la razón: “Por los ojos”.

Ángel Gabilondo, por su parte, ha desvelado que le pusieron el mote de “clorofilo” porque una vez llevó unos zapatos verdes mientras que Rocío Monasterio ha afirmado que le llamaban “bombón tequila”.

Pablo Iglesias ha preferido no desvelar sus motes del pasado, pero sí ha admitido que ahora la ultraderecha le llama siempre “coleta rata” y “chepudo”.