La opaca reforma del piso de Johnson que lo pone contra las cuerdas

La opaca reforma del piso de Johnson que lo pone contra las cuerdas

El primer ministro de Reino Unido se ve salpicado por un gasto de 66.000 euros, denunciado por ser muy elevado y por usar fondos de su partido.

Boris Johnson mira al cielo durante una visita a Perranporth, Cornwall, el pasado 7 de abril.TOM NICHOLSON via Getty Images

El Gobierno conservador del Reino Unido defendió este domingo al primer ministro, Boris Johnson, ante las crecientes acusaciones de la oposición de que lidera una Administración corrupta marcada por el amiguismo.

En los últimos días, el jefe del Ejecutivo, de 56 años, ha sido acusado de tratar de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del partido; de conceder contratos públicos, y de dar trato de favor a empresarios y políticos afines, todo lo cual niega.

Las críticas a su gestión se producen a pocos días de que el 6 de mayo tengan lugar elecciones autonómicas en Escocia y municipales en partes de Inglaterra, donde el Partido Conservador aspira a afianzar su mayoría.

La reforma del apartamento oficial

En declaraciones a Sky News, la ministra de Comercio Internacional, Liz Truss, mantuvo hoy que ha recibido “garantías” de que Johnson “pagó de su propio bolsillo” la renovación del piso donde vive con Carrie Symonds y el hijo de ambos, y “confía plenamente” en que eso fue así.

Sin embargo, no aclaró si el jefe del Gobierno previamente trató de obtener el capital de donantes tories, tal como ha publicado la prensa y reveló también el viernes el antiguo asesor jefe del primer ministro, Dominic Cummings.

Cummings, cesado en noviembre por luchas internas, alegó en su blog que Johnson tenía un plan “poco ético, estúpido y posiblemente ilegal” para que simpatizantes “pagaran secretamente” por las obras de su apartamento en el número 11 de Downing Street (más amplio que el de su despacho oficial, en el número 10).

The Daily Mail informa de que el jefe del Ejecutivo se vio obligado a desembolsar finalmente 58.000 libras (unos 66.000 euros) al no prosperar su plan para que los afiliados hicieran “donativos” mediante una “Fundación de Downing Street” presidida por el lord conservador David Brownlow, que no llegó a constituirse.

Por otra parte, la ministra Truss tachó de “chismorreo” la alegación de Cummings de que Johnson intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a la prensa que impondría (en noviembre) un segundo confinamiento por la pandemia, al darse cuenta de que el culpable podía ser un amigo de su novia, el consejero Henry Newman.

Las revelaciones del antiguo confidente de Johnson se suman a una polémica anterior por amiguismo y presunto conflicto de intereses en el Ejecutivo, después de que los medios publicaran que el “premier” y varios ministros pudieron favorecer a empresarios como el pro-Brexit James Dyson y políticos como el ex primer ministro tory David Cameron y el príncipe saudí Mohamed bin Salman.

Los laboristas reclaman los números

En declaraciones a la BBC, la vicelíder del Partido Laborista, Angela Rayner, pidió que Johnson comparezca el lunes ante la Cámara de los Comunes para responder a “serias preguntas” sobre la posible recepción de capital no declarado y el uso de fondos públicos durante la pandemia.

“Los asuntos vistos estos días han socavado la institución del Gobierno”, afirmó Rayner, quien demandó al Ejecutivo que publique, “con ocho meses de retraso”, la lista de donaciones recibidas por los conservadores.

El líder en los Comunes del Partido Nacional Escocés (SNP, mayoritario en Escocia), Ian Blackford, secundó la petición: “Cuanto más tiempo Boris Johnson permanezca escondido y sin rendir cuentas, más insoportable se hará el hedor a corrupción que le rodea a él y a su Gobierno”, dijo.

Lo que dicen las encuestas

Una encuesta de la firma Opinium publicada ayer por The Observer indica que los conservadores aventajan a los laboristas en intención de voto de cara a los próximos comicios, con un 44 % frente a un 33 %, si bien el sondeo se hizo entre el 21 y el 23 de abril, antes de las explosivas confesiones de Cummings.

La misma encuesta señala que un 37 % de los entrevistados cree que Johnson es corrupto, frente a un 16 % que opina lo mismo del líder laborista, Keir Starmer.

Con seguridad, Starmer, que lucha por reflotar el laborismo tras su caída en las generales de 2019, mantendrá esta semana la presión sobre su rival para maximizar sus opciones ante unos comicios en los que se elige un nuevo Parlamento escocés y concejales en 143 municipios ingleses, además de 13 alcaldes, incluido el de Londres.