Por qué la teoría del megatsunami en La Palma no es plausible

Por qué la teoría del megatsunami en La Palma no es plausible

La mayoría de expertos refutan la investigación de 2001 que habla de olas que destrozarían Canarias y que llegarían a Estados Unidos.

La lava que sale del volcán, en la madrugada del lunes al martesEuropa Press News via Europa Press via Getty Images

La erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma ha despertado el temor en los vecinos que han perdido sus casas y sus terrenos de cultivos, pero también de personas alrededor de las Islas Canarias y de todo España. Gran parte de culpa la tienen los bulos que han surgido en torno a la activación del volcán y las predicciones más catastrofistas.

Una de esas teorías se incluyó en un documental de la BBC y el fragmento sobre La Palma está corriendo como la pólvora en redes sociales.

En el vídeo, Simon Day, miembro del Centro de Investigación de Amenazas de la Universidad College de Londres, presenta la teoría de que tras un período de actividad, con erupciones y terremotos, una parte del volcán puede desprenderse y provocar un megatsunami.

Day elaboró en 2001 un artículo de investigación publicado en Geophysical Research Letters junto a Steven Ward, del Instituto de Geofísica y Física Planetaria de la Universidad de California, titulado Potential collapse and tsunami in La Palma, Canary Islands. En su investigación, Day y Ward creen que la ladera del volcán podría desprenderse y caer bruscamente al mar en cuestión de minutos después de varias semanas de actividad intensa del volcán.

La cosa no termina ahí. Según ellos, esto podría provocar un tsunami gigantesco que destruiría el archipiélago canario, parte del norte de África y parte de Europa. Además, las gigantescas olas llegarían a la costa este de Estados Unidos. La teoría de Day y Ward es muy poco probable y la mayoría de expertos la desmienten.

De hecho, el pasado viernes, tras la reactivación de Cumbre Vieja, el Instituto Volcanológico de Canarias publicó un texto en el que se aseguraba la estabilidad del volcán. La institución habla de la preocupación que todavía sigue mostrando gran parte de la sociedad por el hipotético derrumbamiento del flanco oeste de la isla, a pesar de haber sido refutado por los expertos.

“Para que el flanco de Cumbre Vieja llegara a reunir condiciones próximas a la inestabilidad tendrían que darse simultáneamente un terremoto de magnitud excepcionalmente alta y una erupción volcánica explosiva de gran magnitud, o bien que el edificio volcánico actual alcanzara en su crecimiento natural al menos mil metros más sobre la máxima elevación actual. Para alcanzar esta altura tendrían que transcurrir más de 40.000 años, tomando como referencia la tasa media de crecimiento de la isla en el último millón de años”, reza el texto. Dede INVOLCAN también aseguran que la estabilidad está garantizada ante posibles erupciones.

El presidente del Colegio Oficial de Geólogos, Manuel Regueiro, confirma que “sería rarísimo que ocurriera, al menos en la situación actual”. “Todas las islas de Canarias han tenido deslizamientos, como es lógico, pero para que se caiga un ladera tienen que acumularse millones y millones de capas y en el caso de La Palma la lava ya está bajando al mar”, explica a El HuffPost el geólogo.

“La verdad científica nos dice que hace 560.000 años hubo un gran deslizamiento que, obviamente, debió provocar unas buenas olas. De ahí a que suceda ahora, es muy improbable. Quizás suceda dentro de un millón de años, pero no con la situación actual”, relata el experto.

La verdad científica nos dice que hace 560.000 años hubo un gran deslizamiento que, obviamente, debió provocar unas buenas olas. De ahí a que suceda ahora, es muy improbable. Quizás suceda dentro de un millón de años, pero no con la situación actual.
Manuel Regueiro, presidente del Colegio Oficial de Geólogos

Regueiro explica por qué es difícil un desplazamiento: “Ahora mismo en La Palma van saliendo conos que se colocan encima de otros conos y forman capas, en este caso horizontales, de materiales volcánicos. Para que caiga la ladera tiene que haber más peso y que rompa, algo que es difícil ya que las capas son horizontales”.

El vulcanólogo y divulgador científico Robin George Andrews también se ha referido a la teoría catastrofista del 2001, alegando que el que se produzca un megatsunami como el que pronosticaban Day y Ward “no es tan sencillo”. El experto ha elaborado un hilo en el que desmiente las teorías que llevarían a un desastre de tal magnitud y que, de producirse un desprendimiento sobre el mar, sería de una pieza de menor tamaño que daría lugar a un pequeño tsunami. Aunque, a priori, esto tampoco sucedería.

En su explicación, Andrews también cita el estudio de Dave Petley, un experto en deslizamientos de tierra que visitó la zona de Cumbre Vieja en 2017 para analizar la posibilidad de un tsunami gigantesco. Petley no ha encontrado evidencias que demuestren la inestabilidad del terreno y señala que durante la erupción de 1971 no hubo ningún deslizamiento.