¿Por qué Netflix estrena bombazos en verano?

¿Por qué Netflix estrena bombazos en verano?

Fotograma de la tercera temporada de 'Stranger Things'. Netflix.

Por Jorge Gallardo-Camacho, codirector del Grado Internacional de Comunicación. Profesor e investigador, Universidad Camilo José Cela:

Los meses de verano destacan habitualmente por una caída en picado de la audiencia en la televisión tradicional: el sofá de casa pierde fuerza como sede del entretenimiento, salimos más a la calle y, en definitiva, disfrutamos de nuestras vacaciones mientras rompemos con la rutina. De hecho, en España el promedio de consumo de los meses de agosto es de 173 minutos por persona al día, lo que supone 52 minutos menos que el del resto del año, según un informe elaborado por Barlovento Comunicación que analiza el comportamiento del telespectador estival desde 1992 en España.

Esta situación se traduce, desde los orígenes de la televisión generalista, en una desinversión en estos meses, donde se prueban formatos o series de producción ajena “baratas”, de difícil encaje en otras fechas o directamente se emiten reposiciones, (los reruns en Estados Unidos).

El razonamiento hasta el momento es que es absurdo apostar por formatos caros en una fecha en la que baja el consumo televisivo. Encontramos excepciones en la televisión por cable en Estados Unidos, donde HBO (cuando solo era un canal de pago lineal) estrenó en pleno mes de junio series como Sexo en Nueva York en 1998 o The Wire en 2002, con la intención de lanzar contenido para generar prestigio a su marca aprovechándose de la debilidad de la televisión generalista. Pero no olvidemos que la televisión de pago ha de justificar su existencia durante todos los meses de verano para evitar bajas en sus suscripciones.

Ante la misma disyuntiva se han encontrado ahora los videoclubs digitales “low cost” como Netflix, HBO y el resto de plataformas OTT (Over The Top), al cambiar la forma de interpretar el consumo. Lejos de moderar su gasto en estas fechas, Netflix estrena bombazos como Stranger Things o La Casa de Papel en el periodo vacacional por diversos motivos:

  • Para intentar conquistar esos minutos de descenso de la televisión tradicional hacia el streaming.
  • Para evitar bajas masivas de usuarios que podrían ahorrarse un par de mensualidades antes de su vuelta a la rutina diaria marcada por la vuelta al colegio o el trabajo. Cabe recordar que Netflix está sufriendo una pequeña sangría de suscriptores en su mercado doméstico(Estados Unidos) y que no está creciendo mundialmente tal y como se esperaba desde que subió los precios.
  • Para evitar la fuga a otras plataformas de pago, como HBO, que han apostado por estrenos también en estas fechas, como el documental El pionero.
  • Y para reinar en verano sobre las otras pantallas generando nuevos hábitos vacacionales. Por ejemplo, los usuarios pueden descargar sus nuevas series favoritas para verlas offline en el avión, y tienen la posibilidad de poder entrar a la plataforma desde el extranjero (eso sí, teniendo solo acceso global asegurado a los contenidos de Netflix). HBO lamentablemente no permite acceder con el usuario localizado desde todos los países; por ejemplo, fuera de la Unión Europea no se puede disfrutar de los contenidos con la contraseña de España.

Netflix ha cambiado la forma de medir el éxito de las series y ahora también ha cambiado la estacionalidad del éxito audiovisual.

Stranger Things fue un fenómeno que nos sorprendió a todos hace tres veranos, y ahora vuelve a hacerlo rompiendo todos los récords de audiencia mientras el consumo televisivo tradicional está por los suelos: 40,7 millones de hogares vieron la serie en sus cuatro primeros días y 18,2 millones la acabaron en ese breve periodo. Parece que el verano también invita a pegarse buenos atracones de series; el binge-watching ha llegado para quedarse.

Aunque los datos reales de audiencia de Netflix son “secretos”, la empresa de medición Nielsen también mide el fenómeno y ha aportado datos que confirman las cifras de la plataforma. El éxito de La Casa de Papel también es indiscutible, y ha sido el contenido más visto de la plataforma en España, Italia, Francia, Portugal, Brasil, Chile y Argentina con 34 millones de espectadores en solo una semana.

 

Lo que está claro es que el cambio en el consumo vacacional se está produciendo primeramente en los perfiles más jóvenes. En este sentido, el presidente de HBO advierte de que el promedio de edad del espectador de su canal tradicional (lineal) es 15 años más viejo que el de los consumidores de sus plataformas de streaming. De esta manera, la estacionalidad del éxito audiovisual ha cambiado impulsada por las plataformas como Netflix frente a la televisión generalista que apostó en sus inicios por la emisión lineal.

Los grupos de comunicación que poseen televisiones lineales son conscientes del descenso del consumo tradicional y por ello están apostando, mejorando o creando plataformas bajo suscripción de contenidos exclusivos. Por ejemplo, en España, Atresmedia ha presentado Atresplayer Premium donde por primera vez se estrenarán algunas series antes que en la emisión en abierto.

Pero que esto no sirva para decir que la televisión tradicional ha muerto. Porque no es así. El placer que aporta ser telespectador pasivo también se ha trasladado al consumo de vídeo en Internet. Y es que no siempre apetece interaccionar o tener que elegir lo que vamos a ver. El placer de ver lo que te pongan sigue atrayendo a millones de personas.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.