Pornhub quiere hacernos tragar pornografía “sostenible”

Pornhub quiere hacernos tragar pornografía “sostenible”

Según anuncia el eslogan “las modelos más calientes hacen que te corras mientras salvas el planeta al mismo tiempo”.

Sextainability.YOLANDA DOMÍNGUEZ

De los productores de McDonald’s es una cadena de restaurantes sanos y Barbie es una muñeca igualitaria llega… ¡La pornografía salvará al planeta! ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Años y años invirtiendo en I+D, celebrando cumbres mundiales sobre el cambio climático, imponiendo sanciones a las empresas que contaminan ¡y resulta que la solución para preservar el medioambiente estaba en la pornografía! La famosa web Pornhub, una de las mayores plataformas de porno online, acaba de lanzar la campaña “sexstainability” en la que varias chicas les cuentan a los hombres (las mujeres debemos carecer de compromiso medioambiental) que ahorrar luz es sexy y plantar árboles te pone a cien mientras se restriegan hojas verdes por la boca. Según anuncia el eslogan “las modelos más calientes hacen que te corras mientras salvas el planeta al mismo tiempo”. Cada vez que veas uno de sus vídeos de la campaña donarán 10 céntimos a la ONG 2030 or Bust. Si tú también te has preguntado qué tiene que ver el porno con la sostenibilidad sigue leyendo un poco más. 

Hace apenas unos meses The New York Times publicó un extenso artículo en el que denunciaba los vídeos de violaciones, maltrato a mujeres y abusos a menores que se encontraban en esta web, así como la monetización del sufrimiento, de la pederastia, la pornovenganza, los vídeos grabados sin consentimiento y los mensajes racistas y misóginos habituales en este tipo de contenidos. Esto provocó que, tanto Mastercard como Visa, bloquearan los pagos con tarjeta y que el gigante del porno tuviese que retirar casi la mitad de sus vídeos por no poder verificar el origen de los mismos. Y para lavar su imagen pública, Pornhub no ha pensado en revisar sus contenidos, sino que ha contratado a una agencia de publicidad que asocie su marca a lo que se lleva ahora: lo conscious, lo healthy, lo wellness y lo eco-minded. El resultado es tan absurdo como insultante: los consejos de “ahorra electricidad”, “come menos carne” y “usa menos plástico” conviven con los de “tierna adolescente destrozada”, “ella no puede respirar” o “intercambio de hijas”. Todo muy ejemplar.

Cada vez que veas uno de sus vídeos de la campaña donarán 10 céntimos a la ONG 2030 or Bust

Es preocupante que seamos capaces de detectar cualquier injusticia y desigualdad menos la que se ejerce contra las mujeres. Sabemos que debemos cuidar la capa de ozono, pero ver cómo se humilla y se maltrata a la figura femenina no plantea ningún tipo de conflicto. Ni moral, ni ético, ni legal. Las plataformas de pago han cuestionado la posible ilegalidad de los vídeos por su procedencia, pero no por su contenido. La mayoría de las webs que han compartido la campaña lo han hecho celebrándola y sin acompañarla de ninguna reflexión crítica. La plataforma española analista de publicidad Marketing Directo alaba la acción educativa de la iniciativa, pero ni una sola mención a su hipocresía. La propia ONG 2030 or Bust ve perfectamente compatible preservar la diversidad de las especies a costa de la trata de mujeres y niñas que encuentra en la pornografía uno de sus mayores escaparates. La cultura visual ha degradado hasta tal punto nuestra imagen que ya ni se nos incluye en la sección de “salvar a la humanidad”. 

Sabemos que debemos cuidar la capa de ozono, pero ver cómo se humilla y se maltrata a la figura femenina no plantea ningún tipo de conflicto

Llevamos años escuchando que la pornografía no educa y ahora resulta que la misma mujer humillada que antes no te afectaba, te sugiere que recicles… vas y salvas el planeta. Existen innumerables estudios, artículos, estadísticas, libros, asociaciones y plataformas que explican con datos y cifras cómo la pornografía es una fuente de desigualdad entre hombres y mujeres, además de alimentar la trata y el tráfico sexual. Entre las figuras internacionales más relevantes que intentan concienciar sobre esta cuestión se encuentran Gail Dines, con su libro Pornland o Cincy Gallop con su charla Make love, not porn. En España la directora Mabel Lozano lleva años creando documentales que desvelan el oscuro mundo de la prostitución y la pornografía. El dúo activista Towanda Rebels realiza vídeos divulgativos en los que alertan sobre sus efectos. Lluis Ballester, Doctor en Sociología y Filosofía, comparte sus estudios sobre la influencia del porno en nuestras relaciones interpersonales. Y la teórica Rosa Cobo acaba de publicar un libro en el que nos habla de cómo la pornografía sostiene las relaciones de poder. 

Este tipo de campañas deja claro que ni a la publicidad, ni a las empresas, ni a algunas ONGs les preocupa la ética. Como para preocuparles salvar a la humanidad o al planeta.