El duro mensaje del primer ministro de Portugal contra Holanda

El duro mensaje del primer ministro de Portugal contra Holanda

António Costa, muy crítico con el gobierno holandés y su postura sobre el coronavirus.

António Costa, primer ministro de Portugal.Reuters

El primer ministro de Portugal, António Costa, considera que la crisis del coronavirus ha puesto sobre la mesa una duda adicional para la Unión Europea (UE), la de su propia unidad, cuestionada a su juicio por la postura de Holanda sobre los instrumentos para paliar los efectos económicos de la pandemia.

“Más que una cuestión económica o financiera, es una cuestión política la que está encima de la mesa. Tenemos que saber si podemos seguir con 27 en la Unión Europea, con 19 (en la zona euro), o si hay alguien que quiera quedarse fuera. Naturalmente, me estoy refiriendo a Holanda”, subrayó Costa.

En una entrevista con la agencia Lusa publicada hoy, el primer ministro subrayó que éste es “el momento de clarificación política de Europa” y volvió a arremeter contra la postura holandesa, contraria a la mutualización de la deuda a través de los llamados “coronabonos”.

“Personalmente, tal vez sea por ser un optimista irritante, me gustaría creer que es de verdad posible hacer Europa con 27 y que es posible hacer la zona euro con 19, pero para eso es necesario que todos tengan la capacidad política de no estar como rehenes de populismos electorales”, agregó.

"Tenemos que saber si podemos seguir con 27 en la Unión Europea, con 19 (en la zona euro), o si hay alguien que quiera quedarse fuera. Naturalmente, me estoy refiriendo a Holanda"

Costa recordó las discrepancias surgidas en Europa durante la crisis migratoria, en la que “ya se había entendido que Europa no estaba a la altura de responder con 27, habiendo por lo menos cuatro países con los cuales no se podía contar”, y lamentó que ahora la situación se esté, a su juicio, replicando.

“Ahora se sabe que, quizás, no se puede responder a un desafío de esta naturaleza (el coronavirus) con 19, porque hay por lo menos un país de la zona euro que, de hecho, se resiste a comprender que el hecho de compartir una moneda común implica compartir un esfuerzo común”, aseveró.

Para el jefe de Gobierno de Portugal, que registra unos 435 fallecidos y más de 15.000 contagiados por coronavirus, responder conjuntamente a la pandemia no es una “cuestión de solidaridad, sino de racionalidad, porque ‘solidaridad’ es un término que se puede emplear cuando hay un país que tiene un problema específico”.

Y en este caso “todos fuimos alcanzados por igual y esta pandemia pone en cuestión el funcionamiento del propio mercado interno como un todo”.

“Si ante esto no hay racionalidad suficiente para entender que tenemos que responder en conjunto, y no hay coraje de resistir al populismo y se tiene miedo de las elecciones del próximo año, se comienzan a tener actitudes teniendo en cuenta criterios electorales y no de responsabilidad para el conjunto de los ciudadanos de la Unión Europea”, consideró.

Y eso, “nos lleva a preguntar si podemos tener una zona euro con estos 19 Estados miembros, o si, de hecho, tenemos que tener otras formas de organización en el interior de Europa”, concluyó.

El líder socialista portugués dijo además que espera que el Consejo Europeo del próximo 23 de abril esté a la altura del desafío porque, insistió, han sido “las capitales las que han estado limitando la capacidad de respuesta de la Unión Europea”.

“Si la UE no hizo más no fue por la Comisión, no fue por el Parlamento Europeo, no fue por el Banco Central Europeo. No hizo más porque algunos Estados miembros no han permitido que la UE haga más, y por tanto es responsabilidad del Consejo, solo del Consejo, de los Estados miembros”, afirmó.

No es la primera vez que el primer ministro luso arremete contra Holanda y muy especialmente contra su titular de Finanzas, Wopke Hoekstra, quien en el Consejo del pasado día 26 planteó que se investigue a países como España por no tener margen presupuestario para luchar contra el coronavirus pese a que la zona euro creció en los últimos siete años.

Un planteamiento, dijo entonces António Costa, “repugnante”, “mezquino” y “contrario al espíritu” de la Unión Europea.