Presupuestos para un cambio de paradigma

Presupuestos para un cambio de paradigma

España necesita muchos presupuestos más como éste para hacer realidad este cambio de modelo de país.

Macro of the Iberian peninsula on the front of a fifty-euro billDavid Díez Barrio via Getty Images

Vivimos una situación de emergencia social. El coronavirus ha provocado radicales cambios en nuestra forma de vida. Todo ha cambiado a nuestro alrededor. Nada es igual, ni volverá a serlo. Distinta forma de relacionarnos, una vida más digitalizada y telemática, restricciones y cambios en la movilidad; en nuestra convivencia se han puesto metros de por medio, los abrazos y besos quedan para otros tiempos; requerimos más que nunca servicios públicos suficientes y de calidad, valoramos más que nunca la investigación, el talento y la innovación; asumimos como un problema real el cambio climático, las causas y sus efectos; los movimientos sociales reivindicativos de la igualdad real emergen con más fuerza que nunca, la cogobernanza y la coordinación entre administraciones es un clamor, urge una acción europea y una unión real de naciones solidarias contra la pandemia y la transformación con vistas a futuro, el multilateralismo se defiende en el contexto mundial y Trump abandona la Casa Blanca. No obstante, hay negacionistas al cambio de paradigma que se hacen defensores de unas esencias ya putrefactas y caducas.

Están en tramitación unos nuevos Presupuestos Generales del Estado para el 2021, después de dos años con presupuestos prorrogados. Los primeros presupuestos para un cambio de paradigma. Los presupuestos de Montoro para el 2018, prorrogados hoy, son una herramienta inútil para luchar contra la pandemia y contra los cambios fundamentales que se impulsan en el contexto nacional e internacional.

Los Presupuestos que presenta el Gobierno progresista son unos presupuestos expansivos para seguir luchando contra la covid-19 y transformadores para poner las bases de un nuevo modelo de país. Unos presupuestos que incluyen 27.000 millones de euros de los fondos europeos para la recuperación, la transformación y la resiliencia. Una primera partida de un total de 72.000 millones de euros de ayudas no reintegrables, conseguidos tras una dura y exitosa negociación de Pedro Sánchez en Bruselas. La UE ha iniciado un cambio de política que acaba con la austeridad, flexibiliza las reglas fiscales y mutualiza la deuda por las transferencias a los países afectados, mientras el Banco Central Europeo mantiene su política expansiva y controla el mantenimiento de la prima de riesgo de los Estados miembros.

En estos momentos necesitamos de una importante inversión social para proteger a los más vulnerables y no dejar a nadie atrás

No son unos presupuestos incrementalistas, no se limitan a aumentar las partidas; ni continuistas, no desarrollan por inercia las mismas políticas. Son un revulsivo contra la pandemia con el fortalecimiento de los servicios sanitarios, educativos y de protección social. Son unos presupuestos de emergencia que mantienen el escudo social creado para superar la crisis. Incluyen recursos para la compra de vacunas, la mejora de la atención primaria y la renovación de tecnologías sanitarias. También propician una inversión social en el fortalecimiento de los servicios educativos y de formación profesional, aumento para las becas, se dotan más recursos para la dependencia, suficientes recursos para el ingreso mínimo vital, la eliminación del copago farmacéutico, la lucha contra la pobreza infantil y la ampliación de los permisos de paternidad. En estos momentos necesitamos de una importante inversión social para proteger a los más vulnerables y no dejar a nadie atrás.

Unos presupuestos que incorporan recursos para sostener nuestro dañado tejido empresarial, principalmente de pymes y autónomos. La apuesta por la digitalización, la investigación y la innovación ya no es sólo un objetivo estratégico sino que se dotan 11.500 millones de euros para ello. También se incluyen importantes recursos para la mejora de las infraestructuras de transportes, apoyo a la industria y a la energía alternativa. Se ponen los mimbres para un cambio real de nuestro modelo productivo, donde se mejore la productividad, la competitividad, el valor añadido y la calidad de empleo.

La política fiscal es muy diferente de políticas anteriores que cargaron el esfuerzo fiscal sobre la clase media trabajadora. En este caso, se toman medidas fiscales que aportarán una recaudación adicional de más de 6.000 millones de euros. Todas las medidas fiscales tienen como objeto, además de aumentar los ingresos públicos, incorporar progresividad a las figuras tributarias e implantar nuevos impuestos verdes, impuestos digitales y a las transacciones financieras. Este mayor esfuerzo fiscal recae sobre las rentas más altas, los grandes patrimonios y las grandes corporaciones.

Se establece una política de rentas que mejora el poder adquisitivo de los pensionistas y de los empleados públicos. Las subidas del 0,9 % para las pensiones contributivas y los salarios públicos y la subida del 1,8% para las pensiones no contributivas están muy por encima de la subida de los precios previstos para el 2021.

España necesita muchos presupuestos más como éste para hacer realidad este cambio de modelo de país

Se mejora la financiación de las CCAA y las EELL, a través de un aumento sustancioso de las transferencias. Las CCAA recibirán transferencias extraordinarias por 13.500 millones de euros, los Ayuntamientos podrán aplicar sus ahorros y ambos se implicarán en la gestión de los fondos europeos del Next Generation EU.

Se va a invertir en una reforma de las administraciones públicas, más ancladas en estos momentos en el siglo XX que en el siglo XXI. Modernizar la Administración pública, hacerla más innovadora, digitalizada y racionalizada. Un gasto público que sea evaluado por su eficacia y eficiencia y por su contribución real al bienestar ciudadano. También este impulso forma parte del cambio de modelo productivo.

La pandemia ha evidenciado lo que todos sabíamos pero no se abordaba. Nuestro país necesita de nuevas estrategias y políticas a corto plazo que nos permitan estar entre los países más innovadores y digitalizados del mundo, más libres, más comprometidos con la igualdad y con el medio ambiente. Estos son los primeros presupuestos enfocados hacia un cambio de paradigma. España necesita muchos presupuestos más como éste para hacer realidad este cambio de modelo de país.