Qué es el caso Roe vs Wade y por qué fue decisivo para el derecho al aborto en EEUU

Qué es el caso Roe vs Wade y por qué fue decisivo para el derecho al aborto en EEUU

El Tribunal Supremo ha derogado este derecho tras medio siglo de blindaje a nivel federal.

Manifestantes en favor del derecho al aborto, en San Luis (Misuri, EEUU), en 2019. SAUL LOEB via AFP via Getty Images

El 3 de mayo, Estados Unidos amaneció en blanco y negro. El medio Politico publicó la insólita filtración de un borrador del Tribunal Supremo en el que este se mostraba favorable a anular el fallo Roe versus Wade (Roe contra Wade). Estos no son unos nombres cualquiera: de ellos depende la protección del derecho al aborto en el país desde 1973. Este viernes 24 de junio, el Tribunal lo ha derogado.

La decisión no pilla del todo por sorpresa y se daba por sentada, teniendo en cuenta la mayoría conservadora del Supremo 6 a 3, de los cuales tres jueces fueron nombrados por Donald Trump. 

Las las implicaciones de la decisión del Supremo serían muchas. Vamos por partes.

Qué es el caso Roe vs Wade y por qué da nombre a esta ‘ley’

En 1970, una mujer llamada Norma McCorvey –con el seudónimo de Jane Roe en documentos judiciales– quiso interrumpir su embarazo y puso un recurso contra el artículo 1.196 del Código Penal del Estado de Texas, donde residía, pues este prohibía y castigaba con multa y cárcel el aborto excepto si era para salvar la vida de la madre.

Henry Wade, el fiscal de distrito del condado de Dallas, representó al Estado de Texas durante el proceso, que pasó a ser conocido como Roe versus Wade. El Tribunal del distrito falló a favor de la denunciante en este caso concreto, pero no se pronunció sobre el derecho al aborto, y ambas partes apelaron. 

En 1971, el caso llegó hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos. El veredicto tardaría dos años en llegar –ya con la hija de McCorvey nacida y dada en adopción–, pero la decisión fue clara y sentó un precedente que se extiende hasta ahora. El 22 de enero de 1973, el máximo Tribunal dictaminó, por 7 votos a favor y 2 en contra, que la ley de Texas era inconstitucional y se basó en el derecho constitucional a la privacidad (Decimocuarta Enmienda) para incluir ahí la decisión de una mujer sobre si desea o no interrumpir su embarazo.

De este modo, reconoció por primera vez el derecho a abortar sin restricciones durante el primer trimestre de embarazo. 

Por qué fue (y es) tan importante el dictamen de 1973

La decisión sobre el caso Roe contra Wade supuso la anulación y modificación de numerosas leyes estatales y federales sobre el aborto, que quedaba así protegido jurídicamente como derecho constitucional en todo el país. 

El derecho estadounidense funciona sobre el precedente que sientan las decisiones de los Tribunales. Una decisión del Supremo no puede ser deslegitimada por cortes inferiores estatales, sino que en todo caso puede ser modificada o revertida por el mismo Tribunal.

En decisiones posteriores, el Supremo ha modificado su dictamen inicial sobre el caso Roe v. Wade, pero en términos generales ha seguido respaldando el derecho al aborto.

Qué decían los jueces (en su borrador no definitivo)

En el documento que publica Politico, un texto de 98 páginas escrito por el juez Samuel Alito, este calificaba la decisión de Roe vs Wade como “equivocada”. “La conclusión ineludible es que el derecho al aborto no está profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de la nación”, rezaba el texto, que añadía que es “hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”. 

Por qué ampararon este derecho hace 50 años y ahora no

Curiosamente, cinco de los siete jueces que votaron a favor del derecho al aborto en 1973 habían sido nombrados por republicanos, mientras que uno de los que votó en contra fue nominado por los demócratas. Quienes votaron en contra alegaron que la decisión excedía las facultades del Supremo y, al invalidar tantas leyes estatales, correspondía más bien al Legislativo. 

Como explica el abogado Pedro Soriano Mendiara, en los años 70, la opinión sobre el derecho al aborto no dividía ideológicamente a los estadounidenses según su tendencia política. Soriano señala en Twitter que fue “la alianza entre el movimiento evangélico y el ala conservadora” del Partido Republicano –que acabó dando el poder a Ronald Reagan en 1981– lo que “situó la cuestión del aborto en los términos partidistas que conocemos ahora”. 

Apunta este abogado que, durante los años 80 y 90, hubo temor a que los jueces nombrados por republicanos revirtieran esta decisión, pero en cambio algunos dieron la sorpresa mostrándose favorables a mantener el fallo de Roe versus Wade. 

Qué ha cambiado en este tiempo

En dos palabras (y simplificando mucho): Donald Trump. El que fuera presidente entre 2017 y 2021 desechó el ‘tradicional equilibrio’ 5-4 de los jueces del Supremo al nombrar en 2018 a Brett Kavanaugh en sustitución del moderado Anthony Kennedy y a Amy Coney Barrett tras la muerte de la progresista Ruth Bader Ginsburg en 2020.

Los nombramientos de Kavanaugh y Coney Barrett fueron muy contestados en su momento; entre otras cosas, el primero por ser acusado de abuso sexual por varias mujeres, la segunda por su conservadurismo ultrarreligioso.

¿Pero a qué viene el fallo ahora?

En los últimos años, Estados Unidos (y el mundo en general) vive una cruzada reaccionaria muy centrada en la lucha contra los derechos de las mujeres. Varios legisladores republicanos de diferentes Estados han desafiado el derecho al aborto que estipula la sentencia Roe v. Wade, aunque hasta ahora estas decisiones habían sido revocadas por los tribunales.

Ahora la situación ha cambiado. En mayo de 2021, el Tribunal Supremo admitió a trámite un recurso contra la anulación de un tribunal federal de la ley del aborto de Misisipi, que prohíbe prácticamente cualquier interrupción voluntaria del embarazo a partir de la semana 15 de gestación. 

El Supremo accedía así a revisar el fallo Roe versus Wade, y de aquellos polvos estos lodos (que aún están por confirmarse, pues la decisión no se conocerá hasta junio o julio).

La Casa Blanca se puso entonces alerta, y anunció un proyecto de ley para proteger el aborto a nivel federal. Sus temores, al fin y al cabo, no eran infundados. 

En septiembre de 2021 entró en vigor una ley en Texas que prohíbe el aborto a partir de las primeras seis semanas de gestación. Según esta norma, el aborto queda prohibido una vez se detecta el latido fetal, lo que a menudo ocurre antes incluso de que la mujer se entere de que está embarazada. La ley no contempla excepciones por violación o incesto, aunque sí habla de una excepción por “emergencias médicas”. Permite, además, que cualquier persona pueda denunciar a otra que participe o colabore en la realización un aborto, por una recompensa de 10.000 dólares. 

Esta es una de las leyes más duras y controvertidas presentadas en el país y, sin embargo, el Supremo no dio respuesta en esta ocasión a los recursos presentados por organizaciones que facilitan la interrupción del embarazo. 

Desde entonces, otros Estados republicanos se han ido sumando, inspirados por Texas, a este recorte de derechos. 

¿Qué pasará ahora?

Aunque el Tribunal Supremo haya anulado la sentencia Roe versus Wade, esto no prohíbe automáticamente el aborto en Estados Unidos, pero sí permitiría que los Estados legislaran restrictivamente sobre ello. Más de dos docenas de Estados ya han preparado proyectos de ley para prohibir o restringir este derecho. 

Axios señala a 13 Estados donde el aborto se prohibiría, mientras que en otros 18 se modificaría, como muestra el siguiente gráfico publicado en Twitter:

Según estima la organización Planned Parenthood, antes del fallo histórico de Roe vs Wade que despenalizó el aborto, cada año se producían entre 200.000 y 1,2 millones de abortos clandestinos en el país. En los años 60, estos eran tan peligrosos que el 17% de todas las muertes por embarazos y partos eran consecuencia de un aborto ilegal, y el 23% de los ingresos a hospitales por embarazos en Nueva York se debían a complicaciones provocadas por abortos que entonces tenían que realizarse de forma clandestina y en condiciones lamentables. 

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es